Alex Durán | La Prensa Táchira.- A diario en las adyacencias del Puente Internacional Simón Bolívar, venezolanos llegan a las chatarrerías de La Parada, a vender diferentes tipos de metales y así obtener ingresos para el día a día. Es una actividad que se ha mantenido con el pasar de los años.
En la zona funcionan varias recuperadoras, y es común ver la llegada personas con costales o en vehículos cargados de materiales ferrosos para la venta. Un propietario, dijo «aquí siempre vienen venezolanos a vender lo que traen, casi siempre yo recibo aluminios y hierros». En ese momento, un joven entró para ver cuánto le daban por una media bolsa de latas.
Más adelante, cerca de la línea fronteriza, una joven esperaba su turno para negociar su chatarra. Según un empleado del lugar ahí pagan el aluminio a 2300 pesos por kilo. Ella prefirió no identificarse, pero sí compartió que venía desde San Josecito, municipio Torbes; baja una vez por semana a la frontera con lo que recolecta para vender.
«Venir es un gasto, por eso reúno la chatarra y bajo a La Parada. No crea que esto deja mucha ganancia, se hace para sobrevivir», aseguró la joven. Además, «con la poca ganancia aquí compro carnes o pollo y mercado para cuando me devuelva a mi casa, sale más barato», manifestó. Así como ella, varias personas confluyen a este lugar para rebuscarse la vida, manifestó al final.
De acuerdo al tipo de metal, en los establecimientos se pagan entre 700 a 800 pesos colombianos por kilo, así lo dijo José, un encargado de otra recepción de chatarra en el lugar. «Yo solo recibo a los que lleguen, sean venezolanos o de aquí. Con el tiempo he visto muchos de allá», aseguró el señor desde su oficina mientras contaba las monedas de una venta realizada.
Otro material que se paga más alto es el cobre, este oscila entre los 21000 a 23000 pesos por kilo, pues este como algunos otros elementos metálicos, son más difíciles de conseguir para los vendedores. Para los del lugar, el dinamismo se mantiene pese a los controles de frontera.
Por último, los encargados consultados estuvieron de acuerdo en que está actividad se mantiene porque representa un respiro económico para las personas. Ya sea de Venezuela o de la localidad mantienen el punto de acopio para estos elementos.
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