María Cárdenas Camacho | La Prensa del Táchira-. "Mi primer juguete fue un guante y una pelota", expresó Ángel Padrón, que tras semanas de hacer historia en el béisbol, volvió a su tierra y fue recibido por una caravana repleta de familiares, amigos y amantes de la pelota, que le hicieron saber a toda una comunidad que el campeón histórico único venezolano y segundo jugador de la Serie del Caribe en realizar un "no hit, no run" estaba de nuevo en su casa.
El serpentinero empezó a jugar sobre la loma cuando apenas tenía tres años de edad, alentado por su familia y especialmente por su hermano y también entrenador Nelson Padrón. El pitcher poco a poco fue mostrando su potencial, primero vistiendo los colores de su pueblo, los míticos Cardenales de Cordero en el Campo Deportivo "Ali Ramírez Roa", en donde tantos niños de la comunidad dan sus primeros pasos.
"Siempre mostró buenas cualidades, cuando representamos al Táchira en Corporación Criollitos de Venezuela, Ángel formaba parte de ese equipo de categorías pequeñas de Cardenales de Cordero que se coronó subcampeón Nacional", explicó su hermano.
El camino de Ángel, "el muchacho de Cordero", empezó siendo histórico, puesto que ese subcampeonato nacional es el primero y único a nivel estatal. Estos Torneos Nacionales fueron la mecha para encender su carrera, puesto que uno de los scouts de Carlos Guillen lo vieron jugar, en donde Ángel ponchó a nada más y nada menos que un joven Luis Arráez jugador de los Marlins de Miami.
"Compartir con todos los muchachos de aquí de Cordero, poder jugar con mi hermano en este estadio", rememora el pelotero como uno de sus recuerdos preciados antes de decirle adiós a la lomita de su pueblo y abrirse paso entre los grandes. Firmando con las menores de Las Medias Rojas de Boston cuando solo tenía 17 años, para pasar años después a ser parte de los Cardenales de Lara, Ángel fue poco a poco afinando su pitcheo con los Tigres de Aragua.
Sin embargo, el destino de Ángel le deparaba algo histórico y tenía que vestir los colores de un club que llevaba más de 30 años sin conquistar un título y con Padrón entre sus filas, los Tiburones rompieron la maldición más grande del béisbol venezolano y se quedaron con el título. Si esto no era suficiente los Tiburones repotenciados se abrieron paso por la Serie del Caribe y en el último juego de la fase de grupos ante Nicaragua, Ángel se sube a la loma como suplente y terminó marcando un hito histórico.
"Es inexplicable lo que sentí, lo primero que pensé fue en mi hija y de verdad aún no me lo creo. Estoy muy feliz de haber realizado esta hazaña por mi país, por Táchira y por mi pueblo, Cordero", explicó el jugador, quien fue nombrado hijo ilustre de la comunidad y muchos esperan que su nombre se pose sobre el Estadio Metropolitano de Béisbol, porque proezas como esta son irrepetibles.
Si bien pelotero que viene de toda gloria no se olvida de su pueblo y mucho menos del campo que lo vio crecer y actualmente buscará entregar un proyecto a las autoridades para poder financiar la remodelación del "Ali Ramírez Roa", para que los sueños de los más pequeños se sigan forjando "Antes de irme del país entregaré el proyecto para arreglar el campo, porque da mucho dolor verlo en estas condiciones".
Finalmente, el pelotero envía un mensaje a todos los pequeños peloteros que cada fin de semana acuden al campo y sueñan ahora con ser Ángel Padrón. "Luchen por sus sueños. De pequeño lo imaginé, siempre dije que iba a lograr un no hit no run y el siete de febrero lo logré".
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR
