Ana Uzcátegui | La Prensa Táchira.- Hoy es una realidad producir rubros agrícolas en Colombia, es más económico que producirlos en Venezuela, por eso los mercados populares siguen estando llenos de alimentos que provienen del contrabando, aunque este flagelo ha disminuido un poco en los últimos meses, desde que el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai) comenzó a solicitar el Sigesai, que es un sistema de guiado en el que ahora deben transportarse las frutas y hortalizas", así lo informó Saúl Elías López, presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines.
Al ser un país con alta inflación, con un crédito bancario muy mermado para el sector privado y con grandes fallas en servicios públicos, como el agua, la electricidad y el combustible para producir, la alternativa que le queda a los agricultores es ser cada vez más eficientes. "Hay que cambiar el modelo productivo, integrar prácticas con bioinsumos, otras prácticas para mejorar fertilidad del suelo, incorporar la agrotecnología que va a impactar en la disminución de los costos. No se puede producir bajo el mismo esquema, porque ya el Estado no subsidia agroquímicos, fertilizantes ni semillas. Ahora hay una transición donde cada dólar cuenta", dijo.
¿Cómo está la agricultura venezolana?
El agro y la industria alimentaria hoy está garantizando por lo menos entre 60 y 70% de los alimentos que consumimos.
¿Cuál es la situación del abastecimiento de alimentos en Venezuela?
Podemos hablar del maíz blanco donde pudiéramos estar alcanzando un 65% de abastecimiento a nivel nacional para la demanda de harina precocida. El maíz amarillo está en 45%. Arroz abastece el 60% del mercado. Tenemos dependencia de importación casi 100% de trigo y de otros cereales, como la avena. En leguminosa incrementamos la dependencia en las importaciones. En frijol mungo o chino que es para exportación netamente, no supera el 25%. En hortalizas hemos tenido un descenso importante por el comercio vía contrabando por la frontera con Colombia. Hoy las hortalizas llegan al 60% del mercado nacional, cuan?do antes era al 80%. Raíces y tubérculos, la papa ha disminuido su producción. Frutales también han disminuido, con las musáceas, con los cítricos ha sido por enfermedades que afectaron la producción. Tuvimos una disminución en la producción de aves y cerdos; sin embargo, en estos momentos se está recuperando. Caña de azúcar hay un abastecimiento del 60% del consumo, y tenemos también rubros como la palma africana, que está creciendo en los últimos años y que se ha vuelto importante para Venezuela en cuanto a la producción de aceite. Finalmente, hay un crecimiento en el suministro de carne, existen 11 millones de cabezas de ganado, de las cuales 3.5 millones son bufalinas. Que eso representa un abastecimiento en carne que puede rondar el 80%.
¿Si Venezuela ha mejorado su abastecimiento de alimentos, por qué se ubica como uno de los países con mayor inseguridad alimentaria?
Nosotros tenemos capacidad realmente de abastecer a todo el país, el problema no es de disponibilidad en rubros, como la carne y cereales y otros que han venido ganando espacio, sino el problema es el acceso, la capacidad de compra por parte de los consumidores para poder acceder a toda la canasta alimentaria normativa. Vemos que con un salario promedio que tiene cerca del 80% de la población de Venezuela, no supera los 300 dólares, una sola persona no puede cubrir una canasta alimentaria normativa para un grupo familiar promedio de cinco personas, por eso las personas dejan de consumir algunos nutrientes, dentro de la dieta priorizan algunos carbohidratos porque da una sensación de energía y saciedad, aunque no necesariamente la persona esté bien nutrida.
Las cajas CLAP le llegan a 7.5 millones de personas, ¿esos productos de los CLAP siguen siendo importados?, ¿ha tenido participación el productor nacional?
La Sociedad de ingenieros Agrónomos no hace seguimiento a las cajas CLAP. Sí sabíamos que en un principio los productos eran importados, luego se incorporó la producción nacional en 2019 y 2020 con el incremento del frijol chino, pero la gente lo que hacía era buscar cambiar ese producto porque no hay hábito de consumo en Venezuela. Yo no estoy en desacuerdo con los CLAP, pero creo que pueden haber programas sociales mejores para abordar la inseguridad alimentaria en Venezuela.
El Gobierno debería crear políticas para transferir más dinero a familias pobres o crear bancos de alimentos. Yo me iría más por el programa Hambre Cero que ejecutó Brasil en el año 2005, en el que le daban una tarjeta y la gente compraba y adquiría lo que requería en los supermercados y eran acompañados con un proceso de formación, educación y de inserción de los ámbitos laborales, emprendimiento, así sacaron en Brasil a millones de personas de la pobreza. Como gremios hemos promovido, por ejemplo, crear bancos de alimentos que existen en Latinoamérica. Son bancos de alimentos donde llegan productos que están por vencerse, y se venden a un precio más asequible o se entregan a las poblaciones vulnerables que puedan ir a retirarlo. Eso funciona en Colombia, a través de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco).
¿Qué cosas han incidido para que se esté recuperando la agricultura en Venezuela?
Lo más importante fue que se sinceró el tipo de cambio, la libre convertibilidad, no se aplicaron más controles de precio que hacía que muchos productores tuvieran pérdidas. Se han generado mayores libertades, pero no necesariamente hay confianza para invertir, porque aún hay mucha incertidumbre y por eso no llega la inversión necesaria.
Aquí hay muchos inversionistas extranjeros esperando la oportunidad para invertir, pero es un tema de incertidumbre jurídica, sobre todo con la propiedad de la tierra. Eso es un capítulo pendiente que debe ser abordado en Venezuela.
Desde 2019-2020, el Gobierno ha dejado de expropiar la propiedad privada en el país, pero ¿qué leyes no permiten que en Venezuela haya seguridad jurídica?
Sobre todo la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario...Hay más de 400 mil unidades de producción en Venezuela, ¿quiénes son dueños con propiedad plena de esas unidades de producción?, muy pocos, estimamos que no llega ni al 30%. Los demás tienen es un documento del Instituto Nacional de Tierras (INTI), en el cual tú puedes usar, gozar y usufructuar de tu unidad de producción, pero no puedes disponer de ella. Si yo quiero como dueño de una finca de una unidad de producción asociarme con una inversionista o alquilarte de las mil hectáreas que puedo tener en mi finca, 500 hectáreas para además generar una renta porque no tengo capacidad de producir todo, esta ley me impide hacerlo, sobre todo por la última reforma de 2010. Si esto se modifica se le envía un mensaje directo a la inversión extranjera.
¿Qué expectativas hay para la producción de alimentos este año?
El problema que tenemos es la falta de liquidez, falta mucho más dinero circulante de inversión para los créditos para que pueda crecer el sector, porque la previsión para este año 2024 es de retroceso en el maíz, por ejemplo, si no se abre un tema de inversión porque el año pasado por factores climáticos y también de falta de financiamiento y escasez de combustible, generó que muchos productores no lograran ni siquiera cubrir sus costos, perdieron y que hoy le deben también a estas asociaciones o empresas de financiamiento de insumos y bueno, las empresas están pensando en financiar menos. Por eso, todo apunta que va a haber una disminución de unas 50.000 hectáreas menos de maíz. Cultivaríamos 300.000 hectáreas, que no está mal, pero hubiésemos podido seguir con el crecimiento sostenido.
¿De cuánto es la cartera de crédito actualmente?, oí al presidente de Fedeagro decir que se necesita de un financiamiento de 1.500 millones de dólares anual.
Sí, por supuesto y eso no es descabellado si los comparamos con países de la misma región, Colombia que tiene un crédito general de 60 mil millones de dólares, nosotros no hemos llegado a los 1.300 millones de dólares para todo el sector. La cartera agrícola actual debe ser como unos 300 millones de dólares, eso es exiguo para lo que se requiere, sobre todo para inversión en maquinaria y tecnología.
Estamos viendo unas lluvias en época de sequía, zonas de extrema sequía o afectadas por inundaciones. ¿Cómo está afectando el cambio climático la agricultura venezolana?
Actualmente estamos en el fenómeno de El Niño, que es una disminución en los promedios mensuales de precipitación normal, es decir, llueve menos de lo que debería llover en el año. Sin embargo, la previsión para el segundo trimestre de este año y todo el ciclo de la agricultura de secano (sólo con lluvia), es que haya una transición a lo que es el fenómeno neutro, y luego hay una probabilidad ocurrencia de fenómeno de La Niña, que es un aumento en las precipitaciones por encima del promedio histórico. El tema es la erraticidad de las lluvias, es decir, tenemos fenómenos como los que ocurrieron a principios de este año, con lo que son vaguadas que incrementan los niveles de precipitación en momentos donde generalmente no llueve, como es el mes de enero, febrero. Tenemos fenómenos como el que ocurrió el año pasado de lluvias en la época del prehúmedo, que es para preparar tierras como abril, mayo, que afectan y disminuyen la superficie sembrada. Luego sequías en momentos de plena etapa productiva, de ciclo vegetativo reproductivo del cultivo que afectan los rendimientos, y luego disminución en la incidencia de radiación solar, etcétera y probablemente lluvias luego en la época de cosecha.
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