Alex Durán | La Prensa del Táchira.- Ante la escasez de compradores, los dueños de locales y comercios en la frontera ven con preocupación el panorama de una ciudad que se convirtió en lugar de paso: San Antonio. Impuestos y servicios públicos llevan al límite a los pocos empresarios de la zona.
Desde la parte comercial de la ciudad, las opiniones giran en torno a la poca afluencia de compradores. Juan Yonekura, administrador y dueño de una venta de moto repuestos, ve con preocupación la soledad de San Antonio del Táchira, dijo «si no se toman medias seremos una ciudad con puertas cerradas». Para él urge una «Zona Económica Comercial» que ayude a todos.
Carel Contreras, comerciante de víveres, se siente preocupada «por la estandarización de los comercios que crean que todos tenemos la misma capacidad de pagar cuando los ingresos son diferentes», pues desde que la frontera está abierta mermó el flujo de venta.
Lo mismo sucede con otro sector comercial, las papelerías. Una de ellas con más de 60 años de trayectoria lucha por mantenerse. Adela, su propietaria desde el año 1995, mantiene la atención diaria con dos empleados y aseguró «cumplo con todos los requisitos, impuestos y es difícil mantenerse pese a los costos que se suman a fin de mes».
Como un domingo
La presidenta de la Cámara del Comercio Industria y Producción de San Antonio del Táchira, Isabel Castillo, aseguró que los costos de los impuestos municipales están agotando la vida de los comerciantes en la zona de frontera.
Castillo, refirió que «se ve como domingo, todos los días el comercio». A su juicio, la suma de impuestos con los servicios públicos es una carga para la activación de los negocios que aún subsisten en la ciudad. «Debe haber un apalancamiento para que se reactive la economía» sugirió a la par de mencionar la Ley de Armonización Tributaria que, para ella, supone un peso más a quienes tienen comercios.
Se pudo conocer, que para la Dirección Administrativa Tributaria (DAT), las declaraciones de Castillo mezclan temas que no tienen relación con ellos. «El tema de servicios públicos y los precios que establecen a los comercios no dependen de nosotros», manifestaron. A su vez, José Rodríguez, un usuario que estuvo en la mañana renovando su patente mostró que «la dan por un lapso de tres (03) años, antes solo era uno».
Cuando se consultó sobre los descuentos que ofrecen a los contribuyentes, desde la oficina de información dijeron tener en cuenta la puntualidad del pago de trimestres que, si se suma al año, es un descuento final para el momento de pagar el periodo anterior.
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