Agencias | La Prensa del Táchira-. Las autoridades mexicanas, con el gobierno de Ciudad de México al frente, se alistan para recibir, por lo menos, 11 millones de peregrinos de todo el mundo para venerar a la Virgen de Guadalupe.
Con motivo del Día de Nuestra Señora de Guadalupe, que se celebra el 12 de diciembre, millones de personas viajan de todos los rincones de México, de otros países de América e incluso de otros continentes a la Basílica de Guadalupe, en la capital mexicana, para agradecer a la Virgen sus dichas y pedirle que obre por los familiares enfermos, entre otras peticiones personales.
La fe por la Virgen de Guadalupe surgió en México el 12 de diciembre de 1531, pues la leyenda dice que esta virgen morena se le apareció al indígena Juan Diego, quien fue canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II, en el Cerro del Tepeyac, a cuyos pies se ubica actualmente la basílica.
Este fervor puede romper récords este 2023, pues el año pasado se estimó la llegada de unos 10 millones de visitantes y, ahora, «vamos a tener, por lo menos, 11 millones de peregrinos visitando la basílica de Guadalupe», aseguró el pasado domingo el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres.
Ya en la explanada de la basílica, la peregrina Matilde Gómez, quien asiste desde Cuitláhuac, en el oriental estado de Veracruz, asegura a EFE que estos días de camino, así como la veneración a la Virgen, desprenden el «olor de la fe, del amor y de la esperanza».
Unos elementos que llegan a otros sentidos, según Jonathan Vera, proveniente de Amecameca de Juárez, en el céntrico Estado de México, porque cree que los festejos guadalupanos están teñidos de la tríada verde, blanco y rojo, colores distintivos tanto de la Virgen como del país.
«Estos días de peregrinaje y mañana son puras canciones o alabanzas de la Virgen de Guadalupe», afirma José Ignacio Oropesa, quien organiza la tradicional danza de los Toreadores en su nativo Ahuacatlán, en el también céntrico estado de Puebla.
De hecho, trae este baile tradicional a la explanada de la basílica cada año desde 2017, contó Oropesa.
«Veo la misma gente (que entonces), tienen devoción. A lo mejor nos bajó en la pandemia y apenas se está recuperando ahorita», admite Oropesa, que añade que él acude al encuentro para agradecerle a la Virgen «la salud» que ha tenido durante el año.
Gómez relata que el grupo con el que ha hecho el peregrinaje, de unas 50 personas, viene por diferentes motivos a la basílica: «Algunos traen una manda, otros vienen a pedir un milagro, muchos venimos a agradecer y, sobre todo, venimos con mucha fe».
Lleva 20 años acudiendo cada diciembre a venerar a la Virgen y está convencida de que, tanto el camino «cansado, pero muy satisfactorio» desde Veracruz, como la noche en la explanada de la basílica, son vivencias especiales.
«Todas las experiencias son realmente diferentes, todos los años se vive distinto», aseveró.
Fuente informativa: El Nacional
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