El pan tachirense, un tesoro culinario que se niega a desaparecer

Ariana Moreno | La Prensa del Táchira.- El Día del Pan Tachirense, patrimonio cultural de nuestro estado, celebra su primer aniversario, envuelto en un ambiente lleno de nostalgia. A pesar de la realidad que atraviesa el país, cientos de panaderías en el Táchira siguen adelante, impulsadas por la pasión por el trabajo y la preservación de herencias con raíces portuguesas, italianas y francesas.

Quienes se mantienen en pie en este sector se aferran al recuerdo y al esfuerzo que tuvieron que hacer décadas atrás para abrir estas panaderías. Sofia Orozco, quien trabaja desde hace muchos años en la Panadería Francesa en Barrio Obrero, asegura que en tema de ventas "hay días buenos y malos"; sin embargo  explica que el pan tachirense es algo que no puede faltar en la mesa. Entre ellos, menciona al pan dulce y el pan español. 

De todos los panes tachirenses, el dulce, también conocido como el Pan Camaleón, es el indiscutible favorito de la población, según afirma el panadero Jonathan Wladrón, quien ha dedicado años de su vida a perfeccionar esta receta. Bajo su liderazgo, la panadería Pan House, también en Barrio Obrero, ha mantenido abiertas sus puertas durante 28 años ininterrumpidos. Su dueño manifiesta que el amor por lo que hace es lo que los mantiene en la lucha en este sector, además expresa que su negocio representa un patrimonio y es el sustento de toda su familia. 

Así mismo, trabajadores de la Panadería Atenas, ubicada en el centro de San Cristóbal, aseguran que llevan más de 44 años endulzando paladares. Aunque las ventas ya no son tan elevadas como antaño, afirman que el pan sigue siendo un elemento básico permitiéndoles mantenerse a flote. A juicio de sus propietarios, el hecho de ser un negocio familiar y no pagar alquiler es otra de las razones que les ha brindado la solidez necesaria para enfrentar los desafíos diarios.

Pese a las dificultades que enfrentan estos comercios, todos coinciden en que las recetas andinas han conquistado el corazón de todo el país y han trascendido fronteras debido a la migración.

Marina Torres, una fiel consumidora, lamenta que algunos panes ya no se produzcan, como la famosa Acema de Chicharrón, que solía ser un deleite en la localidad de Capacho, o el clásico pan francés. Además, destaca el auge de los panes artesanales, que representan una fuerte competencia debido al precio más bajo y a los ingredientes artificiales con que los fabrican.  

Esta compradora asegura que pese a que el pan ha perdido un poco su esencia, sigue siendo el deseo de todos aquellos visitantes que aseguran que no haber probado el pan de Táchira es no haber llegado a tierra andina. 

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