La primera tragedia ocurrió en San Andrés, Colombia, donde una embarcación desapareció de manera misteriosa con más de 30 migrantes, incluyendo a 13 tachirenses, según lo denunciado por el diputado de la Asamblea Nacional, Gustavo Rangel. Lamentablemente, hasta el día de hoy, ninguno de ellos ha sido encontrado. La segunda tragedia tuvo lugar en México, donde otro grupo de migrantes tachirenses desapareció sin dejar rastro el 30 de octubre, dejando a sus familias en una profunda angustia. El último incidente ocurrió el 6 de noviembre en Coronel, Chile, donde un incendio devastador arrasó con un grupo de migrantes tachirenses provenientes del municipio Junín, cobrando la vida de 14 personas.
Ante estos hechos, el abogado y exdirector de la Policía del Táchira, Jesús Berro, expresó su conmoción y destacó que estas tragedias son extremadamente lamentables y que es necesario tomar medidas urgentes para proteger a aquellos que se ven obligados a migrar. En relación a México y los rumores sobre un posible secuestro, Berro asegura que el coyotismo y los grupos delictivos han operado en la frontera con Estados Unidos desde hace muchos años y representan un peligro para los migrantes. Explica que el secuestro se ha convertido en una modalidad utilizada por estos grupos criminales para obtener beneficios económicos, por lo tanto, no descarta que en este caso pueda haber algún vínculo con estos delincuentes.
Berro expresó su preocupación por la falta de acciones por parte de las autoridades para brindar apoyo y protección a los migrantes. Resaltó la importancia de reconocer el valor del capital humano y de implementar políticas públicas que propicien condiciones favorables para que los ciudadanos no se vean obligados a migrar en condiciones tan peligrosas.
En busca de apoyo para repatriar cuerpos
María Landazabal, familiar de algunos de los fallecidos en el incendio de Chile, informó que están solicitando ayuda a las autoridades de ese país para poder repatriar los 14 cuerpos y darles sepultura en el municipio Junín, su ciudad de residencia.
Cabe destacar que el hecho ocurrió el pasado 6 de noviembre en Coronel. El alcalde Javier Valencia, de esa municipalidad, señaló que se trataba de familias venezolanas que vivían en condiciones precarias. Posteriormente, se supo que los 14 venezolanos habían llegado recientemente desde Villa Bahareque en La Petrólea. Aunque se desconocen las causas del siniestro, el alcalde dijo que investigaban el posible recalentamiento de una estufa.
Entre los fallecidos se encuentran ocho menores de edad, con edades entre los 4 y los 13 años, así como seis adultos pertenecientes a las familias Vivas Martínez, Soto Martínez y Márquez Pérez
Sin rastro de los 36 desaparecidos
Nancy Mendoza Suárez y Lisbeth Bautista, quienes son familiares de algunos de los 23 migrantes tachirenses desaparecidos en México, manifestaron su preocupación por la falta de noticias de sus seres queridos durante más de 10 días. Explican que la última vez que tuvieron contacto con ellos fue el 30 de octubre, cuando les informaron que tenían planes de salir de México y dirigirse hacia la selva del Darién con el objetivo de llegar a Estados Unidos. Además, tampoco se tiene información sobre el paradero de los 13 tachirenses desaparecidos de un barco que partió el 21 de octubre desde San Andrés con rumbo a Nicaragua. La última noticia que se tuvo fue el hallazgo de pasaportes de ocho de los desaparecidos en aguas de Costa Rica.
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