"La cultura es una vía muy adecuada y útil para acercar sociedades"

Ana Uzcátegui | La Prensa Táchira.- Tiene dos años en el país, primero fue encargado de negocios y desde enero de 2023 es embajador del Reino de España en Venezuela. Ramón Santos Martínez llegó en un momento de tensión diplomática entre ambos países porque el gobierno de Pedro Sánchez, en 2019 no reconocía la legitimidad del presidente Nicolás Maduro, y el apoyo fue dado al extinto interinato de Juan Guaidó. Hoy las cosas han dado un giro, no sólo hay un reconocimiento al gobierno socialista, sino que el país europeo ve con buenos ojos el alivio de sanciones internacionales dadas por Estados Unidos a Venezuela, y que le han permitido a petroleras como Repsol volver a explotar hidrocarburos en la nación. 

Lo ha cautivado la hospitalidad de los venezolanos, el Teatro Teresa Carreño, que afirma es único en el mundo, y el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Y aunque la sede diplomática está en Caracas ha procurado recorrer los estados para desarrollar eventos que promuevan la cultura española. 

"Yo siempre he dicho que una embajada no debe limitarse a la capital", afirma. Representa a unos 160 mil españoles que hacen vida en Venezuela, la mayoría llegó huyendo de la Segunda Guerra Mundial y de la cruenta dictadura de Francisco Franco.

¿Cómo están las relaciones entre España y Venezuela en este momento?

Están bastante bien. Ambos países están representados a nivel de embajadores y las comunicaciones son fluidas y respetuosas.

Usted ha tenido una amplia carrera diplomática en Latinoamérica y en EE. UU. Estuvo primero como embajador de España en Ecuador, luego en Bolivia, unos cuatro años en Panamá. ¿Ahora cómo ha sido su experiencia en Venezuela?

En Venezuela la amabilidad, el acogimiento, la hospitalidad de su gente es bastante frecuente. 

Para mí, llegar a Venezuela por un lado no me resultó muy complicado, porque los países de América Latina comparten muchos rasgos. Pero por otro lado, las circunstancias en la que llegaba, con relaciones entre los gobiernos que habían pasado por momentos de tensión, pues era una relación diplomática más delicada, más difícil de la que me había tocado vivir en otros países. 

Durante su trabajo como diplomático ha sido fundamental promover el intercambio cultural entre España y Venezuela. ¿Qué ha buscado transmitir en este país?

La cultura es una vía muy adecuada, muy útil para acercar sociedades, para acercar pueblos, y más en situaciones como en el caso de España y Venezuela, o como en el caso de España y cualquier país Latinoamericano. Las culturas están muy próximas, primero porque el vehículo principal de esa cultura es un idioma que compartimos que es el español y luego porque los productos culturales que consumimos son también relativamente parecidos, tenemos afición por el cine, el teatro, igual la música que tiene un ámbito más universal, pero en general hay una tendencia que aproxima los gustos culturales de españoles y venezolanos. Entonces, esta es una vía muy adecuada para acercar pueblos, son canales magníficos para resolver diferencias que se manifies?tan en otros ámbitos de la relación bilateral.

¿Qué puede aportar Venezuela al desarrollo cultural de España? 

Venezuela es un país fascinante en lo cultural, tiene un teatro como el Teresa Carreño, por ejemplo, que yo no lo he visto en ninguna parte del mundo ni siquiera en España. Y también por la variedad de producciones culturales que tiene, la gente aquí tiene la inclinación a ver espectáculos culturales. Siempre se habla de El Sistema, pero es que hay que hablar, es una construcción cultural venezolana que no tiene igual, y que poco a poco se ha ido extendiendo a todas partes del mundo, la han ido conociendo, en algunas zonas lo están replicando porque es una verdadera política cultural. En España fue reconocido con el premio "Princesa de Asturias de las Artes". En Caracas hay muchísimas obras de teatro, muchas compañías, en fin, hay mucha música, de todo tipo, hay una creatividad que tiene la cultura venezolana que la puede exportar a otros países.

Está por presentarse en Barquisimeto la Zarzuela "Los Gavilanes", que contará con más de 100 artistas en escena. ¿Qué ha visto en esta ciudad para convertirla en escenario de importantes eventos de la cultura española?

Hemos visto mucho deseo de hacer cosas en colaboración con la embajada de España y mucha afición a estas muestras culturales. Yo siempre he dicho que una embajada no debe limitarse a la capital donde de manera natural se producen la mayor parte de los eventos, sino que somos embajadores en todo el país y la embajada debe proyectarse con actividades al país entero. En Barquisimeto tenemos la fortuna de contar con la cónsul honoraria del estado Lara, Beatriz García, que nos ayuda a poder llevar estas obras culturales. Este año han traído tres espectáculos a la ciudad. Pero también estamos comenzando a llevar producciones culturales a Valencia, Maracaibo, la isla de Margarita. 

¿Tiene también peso que en Lara hay una colonia importante de españoles, provenientes de la Islas Canarias?

Claro, cuando consideramos la población española repartida por todo el territorio, Lara es uno de los que tiene mayor concentración y efectivamente nos dan un apoyo enorme en la asistencia de estos eventos.

Su esposa es la reconocida artista plástica panameña Olga Sinclair. ¿En su hogar cómo se mezcla el arte con la diplomacia?

Me parece una mezcla que es muy fructífera y positiva, porque el problema de la diplomacia cuando estamos hablando de la vida de la pareja es que al ir de puesto en puesto, al salir de un país e ir a otro, las posibilidades laborales de tu pareja disminuyen muchísimo. Y en el caso de contar con una artista plástica que puede desarrollar su actividad en cualquier parte del mundo, pues ese problema se resuelve. Y luego, pues hay una armonía y una complementariedad muy profunda entre mi actividad como embajador en Venezuela y la de mi esposa, no tanto en su faceta de artista plástica, sino más bien en su faceta de presidenta de una fundación que realiza una labor que yo diría, salvando las distancias, es muy parecida a la labor que realiza El Sistema, enseñando música clásica a los niños. En este caso, es una actividad de talleres de pinturas que se hacen con grandes números de niños y que tiene un poco esa misma función de salvarnos por el arte. 

¿Cómo está el intercambio económico entre España y Venezuela?

Los números son pequeños. El intercambio comercial ha venido bajando desde el año 2013, quizás el año que menos intercambio ha habido es 2021, sumando la doble vía, importaciones-exportaciones, no llegamos a los 200 millones de dólares. Y a partir de 2022 se está incrementando porque ha sido posible empezar a hacer envíos de petróleo de Venezuela a España. En el campo de la presencia de empresas españolas, pues hay que decir que a pesar de la crisis económica que ha estado sufriendo Venezuela, las principales empresas españolas se han quedado. 

Esto es como en un matrimonio, permanecen en la salud y en la enfermedad.

¿Qué ha visto usted en el espíritu de los empresarios venezolanos?

Yo llevo aquí dos años y cuando llegué recuerdo una primera reunión con ellos en Anzoátegui, ahí por la zona de Lechería, Puerto Santa Cruz y los vi bastante desanimados. Y sin embargo, un año más tarde esos mismos empresarios estaban bastante esperanzados en que las cosas iban a mejorar, muchos de esos empresarios tenían empresas de servicios en el ámbito de petróleo y había expectativas positivas por el levantamiento de las sanciones.

Las naciones que integran la Unión Europea son ejemplo de reconciliación, entendimiento. ¿Qué debe aprender Latinoamérica de Europa para lograr su desarrollo económico? 

Ha puesto usted un ejemplo interesante, porque Europa es el continente que a lo largo de la historia seguramente más se ha matado entre sí. Cuando la guerra no era por el territorio o por las coronas, era por la religión. 

Después de esa catástrofe, que fue la Segunda Guerra Mundial, los europeos deciden no sólo renunciar a la guerra, sino renunciar a su soberanía. Nosotros no tenemos una moneda como españoles, es una unidad común que dirige un Banco Central, que no depende de ninguno de los países, es autónomo. El comercio de España no lo dirige España, lo mismo pasa con la política industrial. 

¿Cómo ve usted la cooperación de Latinoamérica en este momento?

Fíjate que los países europeos tienen lenguas distintas, se han peleado durante siglos por diferencias religiosas. Estos países han sido capaces de integrarse y de cooperar como nunca se había hecho en la historia del mundo y por eso Europa tiene 70 años viviendo en paz. No hay fronteras, tienen el mismo pasaporte. 

Llama la atención, que América Latina que tiene muchos más elementos de base para poder hacer una construcción parecida o incluso una mayor integración, un poco lo que era el sueño de Simón Bolívar y de Francisco Morazán en Centroamérica, los grandes próceres de la historia de este continente porque comparten la misma lengua, la misma religión, en términos étnicos hay una gran semejanza. Todo eso da las circunstancias para que en América Latina se produzcan procesos de integración, incluso que vayan más allá del europeo. Han intentado procesos de integración, y hay organismos, pero son organismos que no acaban de funcionar del todo. 

¿Qué ha impedido esa integración?

Yo me imagino que es la juventud de estos países. Este continente en general ha sido pacífico. En este continente le dan mucha importancia a la soberanía. La soberanía es como una cosa sagrada, como algo que no se puede tocar. Bueno, los europeos la hemos tocado, y la hemos roto en mil pedazos, y gracias a eso tenemos un mundo mucho mejor.

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