INTRODUCCIÓN.- La derecha fascista persiste en negar lo que acaeció el 11 de septiembre de 1973 en Chile. Cuando sus argumentos no le permiten explicar "algunas cosas", son muchos los que prefieren negar, lo que es innegable, a riesgo de hacer el ridículo. Por ello, usan una mentira rotunda y otras veces una mentira disfrazada o loca, para evadir situaciones incómodas. Pero la verdad trasciende, inequívocamente se impone.
NEGACIONISTAS OPINANDO.- A raíz de los sucesos acaecidos en el Chile de 1973, algunos partidarios del negacionismo, decidieron "varias respuestas" para explicar el proceder de los "fachos" en el Chile, aquel donde la detención arbitraria, la tortura, el asesinato y la desaparición forzada fueron habituales por quienes se adueñaron del poder a sangre y fuego.
ALGUNAS "PERLAS".- Según la "derecha", en Chile no hubo un "golpe de estado", sino un "pronunciamiento militar", como si el bombardeo a La Moneda, el asesinato del presidente Allende o la represión sangrienta a poblaciones obreras, supieran de esas "sutilezas" del lenguaje. Los "campos de detenidos", esto es estadios, barcos, escuelas, hospitales y otros, donde se detenía y torturaba hombres y mujeres, de cualquier edad, los represores dicen, que "nunca existieron". Según los golpistas, sí se detuvo a alguien, fue en sitios oficiales, cuidando las "formas legales". Los golpistas insisten que las "crueles imágenes" que recorrieron el mundo, fueron producto de una publicidad malsana orquestada por "el marxismo internacional", todo con el afán de perjudicar a la Junta que detentaba el poder en Chile. Esas fotografías donde se ven seres humanos acostados en el suelo, golpeados cruelmente o cargados en camiones como ganado, no pasan de ser montajes fotográficos. Las denuncias de abogados, varios de La Vicaria de la Solidaridad, al usar los recursos de "habeas corpus" activados a petición de familiares de detenidos y/o desaparecidos, nunca llegaron a buen fin, porque en Chile, según la Junta Militar y sus seguidores, no procedían, ya que "no habían detenidos". Con desparpajo señalaban que sus servicios de inteligencia y diplomáticos, habían descubierto a algunos de esos "supuestos detenidos gozando un exilio dorado" en algunos lugares paradisíacos. Cuando aparecían muertos, concluían que se debía a rencillas entre rivales políticos. Engrosando la voz aseguraban que "investigarían hasta las últimas consecuencias"
LA NEGACIÓN.- Con el tiempo, los porfiados hechos se impusieron y declararon que en Chile, la dictadura cívico y militar liderada por Augusto Pinochet, con el beneplácito de los EE.UU. y coludidos con empresarios chilenos e internacionales, practicaron "terrorismo de estado". Hubo serias intenciones de eliminar a como diera lugar, a aquellos que pensaban diferente. Por ello hasta asesinaron a niños de poca edad, cuyo delito era ser hijos de otros asesinados. La falta de explicaciones ha motivado que en los fachos, se haya impuesto el negacionismo.
EL NEGACIONISMO.- En el Chile de hoy, pasado 50 años del martirologio del Presidente Constitucional Salvador Allende, muchos de los que vivieron estas horrendas experiencias, han ido dando pasos para generar narrativas orientadas a aquellos que no la vivieron. La "memoria histórica" estuvo a punto de perderse, ya que durante la "democracia representativa", se predicó que era "mejor olvidar esos años traumáticos". Así y todo, en la práctica el negacionismo se ha ido imponiendo, a tal punto que más de un 30% de la población chilena, según una encuesta, acepta que el "golpe de estado fue conveniente para Chile", y esas situaciones ligadas a tortura, asesinato o desapariciones, no pasarían de ser "elucubraciones caprichosas". Insisto, lo peligroso es que la memoria colectiva se puede ir diluyendo, con las consecuencias que ello implica. Thomas Jefferson decía "Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla".
CUIDAR LA MEMORIA HISTÓRICA ES UNA OBLIGACIÓN.
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