Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- El regreso a clases está rodeado por un ambiente lleno de dudas y expectativas. El gremio docente se encuentra debatiendo si irán a las aulas en las mismas condiciones en las que se terminó el año escolar 2022-2023, o si se tomarán medidas más drásticas como el llamado a un paro educativo nacional.
De acuerdo con los artículos 54 y 57 de la Ley Orgánica de Educación, el nuevo año escolar debería comenzar el primer día hábil de la segunda quincena del mes de septiembre, que en esta oportunidad corresponde al lunes 18. Sin embargo, Evencio Zenón Farías, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza del estado Táchira (Siteet), aseguró que el magisterio aún está esperando una respuesta por parte del Gobierno nacional a las peticiones que vienen haciendo a través de la negociación del convenio colectivo en la que se ha avanzado menos del 20%.
El representante del magisterio tachirense manifiesta que en los 45 días de receso docente, no se ha vislumbrado ninguna voluntad de dar solución al mayor inconveniente que tienen los maestros, que es el salario. "Un sueldo paupérrimo que no alcanza ni siquiera para pagar el pasaje", añade.
Por tanto, expresa que si el Gobierno no tiene la disposición de mejorar las condiciones, ellos tampoco. Explica que ningún docente puede tener la disposición —aunque lo quiera—, de retornar a la actividad de clase normalmente, especialmente ahora que se llama a dar clases los cinco días de la semana. "A lo sumo pudiéramos darle con lo que tenemos actualmente un día más. Y no es por cumplirle a la Zona Educativa, sino porque sabemos que nuestros niños lo necesitan".
15 dólares al mes
A su juicio, el pago que un docente recibe por su labor educativa "es miserable y vergonzoso". Describe que en la categoría IV (donde está la mayor concentración de personal), los maestros con la mayor carga horaria devengan un salario básico de 503, 88 bolívares, que a la tasa actual del Banco Central de Venezuela serían unos 15 dólares mensuales o 50 centavos de dólar diarios, una cifra que está por debajo de la línea de la extrema pobreza establecida por el Banco Mundial en 2,15 dólares de ingresos diarios.
En el caso del bono alimentario de 40 dólares anunciado por el presidente, Nicolás Maduro el pasado 1 de mayo, expresa que equivale a 1,3 dólares diarios que alcanza apenas para una harina Pan, lo que lo lleva a la conclusión de que las condiciones definitivamente no están dadas para el retorno a clases.
Por su parte, César Mendoza, presidente del Sindicato Unitario del Magisterio, declara que los maestros estaban ansiosos de que llegara el mes de septiembre porque se iba dar un aumento del salario mínimo; sin embargo, dice que los docentes se hicieron falsas expectativas porque a estas alturas no se sabe si habrá aumento y de cuánto será. Esta situación—manifiesta— los pone "entre la espalda y la pared", porque la mayoría de profesionales de la educación anhelaban reintegrarse a sus actividades en la mejor manera posible y que por el contrario, van a tener que tomar acciones sindicales. "Si el Gobierno no nos da una respuesta antes del 18, les vamos a calentar las calles", asegura.
Gerardo Ramírez, presidente del capítulo tachirense de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación de Venezuela (Fenatev), dice que no se avizora positivamente el inicio del año escolar 2023-2024. "El gobierno de Nicolás Maduro—declara— no se ha dignado a devolvernos los que nos robó desde el 2018 con el instrumento Onapre y además, no ha querido discutir la convención colectiva única y unitaria de los trabajadores de la educación".
"Estamos exigiendo el regreso de todas las primas y de la profesionalización, las grandes conquistas económicas, sociales, académicas que nos las robaron desde el 2018 (...) De manera que los maestros nos estamos preparando para organizarnos dentro y fuera de las escuelas a los efectos de empezar a estructurar las protestas", finaliza.
Asimismo, Mackler García, secretario general de la Federación Venezolana de Maestros, seccional Táchira, afirma que todos los docentes están de acuerdo en retornar como antes y cumplir con lo estipulado en la ley, con el ejercicio de la profesión docente de los cinco días académicos, pero sólo si hay mejoras en las asignaciones salariales y se le garantice los derechos laborales, contractuales y constitucionales que son tan importantes en la educación del país. "De no garantizarse, veo difícil que los maestros que estaban en un horario mosaico puedan reincorporarse al año escolar con toda normalidad (...) Porque si son los mismos beneficios, dudo que los docentes tengan ese entusiasmo, ese ánimo de incorporarse a las aulas de clase los cinco días como lo estipula la ley.
Y en caso de aprobarse un aumento salarial, manifiesta que este será bienvenido siempre y cuando cubra con las necesidades básicas de todos los trabajadores de la educación. Explica que anteriormente el docente tenía la posibilidad de costearse el transporte desde su hogar hasta su sitio de trabajo y retornar con toda normalidad, pero que el simple hecho de movilizarse se ha vuelto tan costoso que no alcanza el dinero.
Sin herramientas
Además de la situación docente, los expertos aseguran que existen otras limitaciones educativas que impiden el regreso a clases, como son las precarias condiciones de infraestructura de las instituciones, la falta de equipos y el alto costo de los útiles y uniformes escolares.
El profesor Mackler García afirma que el 70% de las 1400 instituciones educativas que se encuentran en el estado Táchira entre inicial, primaria y media general, no están aptas para dar clases. Asegura que aún carecen de pintura, mantenimiento, alumbrado, agua potable, distribución de aguas negras y baños para el uso escolar. "Es necesario hasta la dotación de equipamientos tecnológicos para desarrollar el proceso educativo". Asimismo, manifiesta que dos de cada diez representantes aseguran que no han podido cubrir las listas de útiles escolares, uniforme y calzado por su alto costo.
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