Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- La situación económica en Venezuela ha afectado a muchos sectores, incluyendo a las peluquerías y barberías. La falta de poder adquisitivo de los tachirenses ha llevado a una disminución significativa en la cantidad de clientes que visitan los salones de belleza, por lo que muchos especialistas han tenido que buscar alternativas para mantener sus negocios a flote. Una de ellas es viajar a la ciudad colombiana de Cúcuta en busca de clientes.
Algunos han migrado definitivamente y otros, deben viajar una vez por semana o cada 15 días para atraer nuevos clientes dispuestos a pagar por servicios de estética, que en su país de origen se han convertido en un lujo que no todos se pueden dar. Reina Mejía, quien trabaja en un local de Barrio Obrero, asegura que la mayoría de peluqueros deciden viajar al país vecino no solo por tema de costos "porque los precios son casi iguales", sino que allá encuentran muchos más clientes "que no les duele gastar entre 300 mil o 400 mil pesos en un balayage porque tienen un poder adquisitivo que se los permite, mientras en Venezuela la gente no gasta plata en eso, porque no tienen, prefieren comer", dice.
Asegura que tiene clientes en Cúcuta, Colombia y por lo menos cada 15 días concreta varias citas y los atiende a todos en un mismo día y luego se regresa a San Cristóbal. Manifiesta que allá los estilistas venezolanos son muy buscados por su profesionalismo, sus precios accesibles y por su amabilidad; además de que hay una alta población de venezolanos que quieren ser arreglados por sus compatriotas.
Además, expresa que los costos de los insumos de peluquería son mucho más fáciles de conseguir y más económicos en Colombia por lo que las ganancias son mejores. Manifiesta que así como hay quienes viajan de vez en cuando, hay otros que decidieron empacar sus máquinas y tijeras para instalarse en Colombia a ejercer un oficio que en Táchira y toda Venezuela, está prácticamente en la ruina. Los estilistas aseguran que pese al maltrato y la xenofobia, los venezolanos han podido hacerse un puesto en las peluquerías colombianas, donde ganan entre 700 mil y un millón de pesos mensuales.
Quienes no se atreven a viajar fuera del territorio nacional en busca de clientes, manifiestan que se mantienen con la vieja clientela y que el amor por lo que hacen es lo que aún los mantiene en pie. Hjalmar Gandica, quien ofrece sus servicios cerca del Palacio de Justicia en San Cristóbal, expresa que todos los obstáculos que se le han presentado en los últimos años lo han impulsado a hacer las cosas mejor y que pese a que las personas ya no tienen la misma capacidad de compra que antes, hay quienes aún invierten en verse bien. Su colega de trabajo, Adolfo Pedraza asegura que han tenido que afrontar la situación de la mejor manera y que nada les impide salir adelante; incluso ante las constantes fallas en el servicio de energía eléctrica compraron un inversor de batería para poder atender a cualquier persona que llegue al local aunque no haya electricidad.
Nostalgia
Los estilistas con experiencia recuerdan con nostalgia las épocas de oro de las peluquerías en el Táchira, y es que cada vez, se ven más alejados de los buenos tiempos que les permitía vivir bien "a punta de tijeras".
Gloria Merchán, quien dice tener más de 20 años en el mundo de la belleza en el centro de San Cristóbal, asegura que durante los últimos años han visto una caída en el negocio de las peluquerías. Expresa que antes recibía más de 15 clientes por día y ahora no pasa de 4 o 5 (la mayoría de ellos son clientes de años). Dice que los clientes nuevos son muy pocos.
"Reinventarse es la clave del éxito"
No todos los casos son iguales en el Táchira. Hay estilistas más jóvenes que han dejado a un lado la peluquería tradicional, se han reinventado y les ha ido muy bien. Tal es el caso de Franklin Roa, quien expresa que hace unos cuatro años decidió hacer un curso de peluquería y desde entonces este arte forma parte de su único medio de sustento. Dice que el secreto es aprender nuevas técnicas, manejar las redes sociales, hacer promociones que atraigan a nuevos clientes y sobre todo, una buena atención.
También menciona que hoy en día, las personas se dejan llevar mucho por las apariencias y van a establecimientos modernos y agradables; por ello, afirma que es necesario invertir en el lugar de trabajo. Para Franklin es importante que los nuevos peluqueros aprendan y estén al día con las tendencias en las redes sociales y qué es lo que busca la gente.
Explica que en el estado hay muchos peluqueros y peluqueras, pero no todos están especializados en colorimetría y nuevas técnicas como balayage, mechas ombré, highlights, entre otras.
Sin embargo, la mayoría de los especialistas coinciden que la peluquería no es lo mismo que era antes. Las épocas en que las mujeres y los hombres iban al salón por lo menos una vez a la semana se han acabado y ahora las personas prefieren realizarse los cortes de cabello, las tinturas y los secados de cabello en su propia casa.
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