La Democracia implica toma de decisiones, cuando se trata de adoptar nuevos métodos de actuación, pues su desempeño y mejoría debe ser tarea inherente al ser humano. Está en la esencia de la democracia, encontrarse con nuevas situaciones, para adoptar posiciones, a medida que las sociedades se desarrollan, de manera especial en lo tecnológico, buscando con ello mejores formas de interacción social o de convivencia. Su sostenibilidad y legitimidad, se encuentra en buena medida en el intercambio de opiniones que tiendan a mejorarla, lo que supone espacios de encuentro, desencuentro, debate, aprendizaje y a lo mejor reflexión, sobre los asuntos comunes, pues como se ha dicho en opiniones anteriores, la democracia es también conflicto o confrontación cuando se trata de abordar temas políticos comunes.
Uno de esos espacios de encuentro está en las redes sociales, que han llevado a la digitalización de la democracia y de la política en este caso, en donde con mucha frecuencia se produce un frenesí comunicativo e informativo de todo tipo. Tal circunstancia ha producido también un revolcón en la acción política, dadas las múltiples opiniones poco racionales o radicales que allí se vierten. En cuanto a su finalidad, el conjunto de redes sociales, pretendían al momento de su expansión dar mayor visibilidad a los acontecimientos políticos y tal vez a las experiencias políticas de participación y activismo en línea, lo que en la sociología los brasileños Claudio de Camargo y Wellington Tavares, llamaron la masificación del activismo digital, antes reservados a otros actores sociales.
Con la digitalización de la política y de la democracia, se ha provocado un cambio estructural en la esfera pública, cuyos actores en teoría son responsable de generar consensos sociales, dado que se supone que con ellas habrá una mayor comunicación; sin, embargo, las redes se han endurecido contra los partidos políticos al tener sectores ciudadanos oportunidades para discutir ilimitadamente sobre el rol de los mismos en estos tiempos. En la sociedad democrática digitalizada se expresan preocupaciones sociales y políticas, desde el punto de vista de las percepciones personales, con fuertes discusiones públicas y compromisos políticos alejados de renombrados partidos políticos, lo que dificulta aún más, la formación de consensos, para la necesaria organización política nacional.
En las redes se han creado "cámaras de ecos" que sólo vienen generando ideas e informaciones únicas que no admiten opiniones en contrario. Este tipo de comportamientos lleva a muchos usuarios, sobre todo a los más radicales o exaltados a no dialogar e interactuar con personas que piensan de manera diferente a pesar de ser este uno de los objetivos más importantes, para lo cual se crearon las redes. Las críticas o insultos irrespetuosos, han conducido a conflictos o intolerancia entre notorios usuarios de las redes sociales, todavía se recuerdan las injurias entre dos destacados sociólogos, por pareceres discrepantes en torno a Ucrania y Chile, pues a veces en ese y otros casos prevalece el "yo omnipotente" que reducen un verdadero debate político a un proceso de personalización de la política.
Una duda que existe para muchos, entre los cuales me incluyo, es saber si en las redes sociales en realidad, se práctica la democracia y fundamentalmente el respeto a la dignidad de las personas y a las distintas formas de pensamiento, pues es muy frecuente encontrar groserías en lugar de opiniones, lo cual hace presumir sentimientos subalternos en contra de la política. Las situaciones anteriores conducen al llamado "espejismo de internet", porque a pesar de que éste otorga espacios para la información verídica o la comunicación sin condicionamientos personales, los hechos han demostrado que las redes sociales (tuiter, instagram) y otras más han caído en actos de manipulación para engañar o confundir a veces con fines inconfesables.
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