PARTIDOS POLÍTICOS EN AUTORITARISMO

Los partidos políticos en Venezuela, tienen aún pendiente la tarea de descifrar y desplazar del poder al actual régimen dominante, mediante los consabidos métodos electorales y políticos a pesar de que éste los restrinja o los manipule de acuerdo a sus conveniencias, sin importarles las exigencias nacionales e internacionales de ofrecer garantías en esta materia. Estas asociaciones han sido sometidas a restringidas condiciones de funcionamiento, que les impide en buena medida moverse con amplitud por el país entero, siendo ésta una de las condiciones más lesivas en este tipo de regímenes, salvo el partido oficialista, que tiene acceso a recursos del Estado, respecto de lo cual no hay un reclamo permanente de los partidos democráticos, sobre la necesidad de institucionalizar su financiamiento, bajo patrones de rendición de cuentas, como se hace en Democracias funcionales.    

Es claro de otra parte, que el régimen dominante, no ha dictado, dada su naturaleza, desde el año 1999, ninguna ley que regulara todo lo concerniente al financiamiento y contribuciones privadas, como ordena la Constitución, que hubiese obligado a estas Instituciones a modernizarse en el manejo de recursos propios. Enfrentar esas restricciones o limitaciones se complica más todavía, cuando siguen latentes lamentables escisiones entre los más importantes partidos democráticos, desde el año 2020, cuando confrontaron sobre el falso dilema de votar o no votar, lo que hasta la presente fecha no ha sido resuelto a pesar de la coincidencia de participar en las elecciones presidenciales 2024, mientras el Gobierno a pesar de sus continuos errores y hechos de corrupción, permanece incólume, maquinando tal vez, cuáles serán las próximas complicaciones a presentarle a la oposición. 

Lo que sí tiene establecido el régimen como una férrea directriz, es un autoritarismo electoral, que según el autor Andrea Schadler, le aumenta el marco de incertidumbre a nuestros debilitados y sordos partidos políticos opositores, por tener poca influencia en los procesos electorales a causa de esa falta de articulación, producto de sus disputas internas, sin que eso pareciera no importarles, pues el ego personal, puede más. Tal conducta gubernativa, impropia a una Democracia funcional, se inició con el Presidente Chávez+, que jugó a controlar todos los poderes como en efecto lo logró y a simular una democracia fachada, sin garantías electorales, que fueron en buena medida mantenidas por el actual gobierno y no cuestionadas con constancia y regularidad, por la oposición ante sus frecuentes abandonos del escenario electoral. 

Contra esas desgastantes posturas gubernativas, los partidos políticos, víctimas de las mismas, deberían promover desde sus estructuras formación democrática continua, es decir, están llamados a adaptarse a las nuevas realidades sin temor alguno, aunque para sus oligarcas, ello constituya una amenaza, pues los mismos están llamados a trabajar sin desmayar, en el diálogo o acuerdos para recomponer la articulación y movilización social, con argumentos convincentes. En este tipo de régimenes, los partidos políticos deben diseñar estrategias informativas continuas y convincentes, dirigidas a los militares con el propósito de hacerles conocer puntos de vista sobre la democracia ideal, sin que se les agreda de manera general, pues al tener bajo su custodia el parque de armas nacional, tienen poder para vetar cualquier iniciativa de transición cuando se puedan sentir amenazados.         

A manera de observación se señala que los partidos políticos, deben estar muy pendientes de la designación del nuevo CNE, con el propósito de supervisar y revisar en estos días el REP y poder exigir se corrijan las anomalías existentes en su base de datos y de no ser posible denunciar con pruebas fehacientes las ilegalidades que se consigan; de tal manera que no se justificaría que el venidero año, se extendieran quejas, reclamos o denuncias contra el organismo electoral por irregularidades, pudiéndose hacer ahora. Así mismo, las vocerías de los partidos políticos, deben incrementarse con la finalidad de deslegitimar los intentos del Gobierno por lavarse la cara, por la manera poco pulcra en que se administraron y distrajeron los millonarios fondos de PDVSA, por el estado de pobreza en que se mantienen jubilados y pensionados, de cómo está influyendo negativamente la corrupción del régimen en el mejoramiento de nuestra calidad de vida. 

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