Miopía, una pandemia ocular que acecha a niños y adolescentes

Leidi Reyes | La Prensa Táchira.- Horas continuas frente a dispositivos móviles ha desencadenado un número de casos de miopía cada vez más alarmante. Especialistas señalan que los años de Covid-19 fueron un detonante para esta pandemia ocular que hoy afecta principalmente a niños y adolescentes.

Abraham Salas, licenciado en optometría y miembro del Colegio de Optometristas de Venezuela, indica que la miopía se convirtió en una enfermedad de salud pública. Revela que de los 50 pacientes que atiende al mes, con esta condición, 30 son niños y adolescentes, de cinco a 18 años.

"Hay mayor prevalencia de miopía a nivel mundial y es reflejada especialmente en los más pequeños. Esto se debe al excesivo uso de las pantallas del computador y teléfonos celulares", detalla.

Salas explica que la miopía y los demás defectos visuales como el astigmatismo y la hipermetropía son adquiridos por las horas prolongadas frente a los dispositivos. Agrega que durante la pandemia vivieron sumergidos en la virtualidad, eso generó dependencia y el acercamiento a las herramientas tecnológicas produjo una hiperactividad de los músculos oculares que incidió en el aumento de los niños y adolescente con miopía.

"Se puede generar también por la genética, hay padres y madres que la padece y por supuesto puede haber un componente genético. Sin embargo, en la actualidad es porque el niño utiliza mucho el teléfono para entretenerse o estudiar pero lo hace desde una distancia menor a 40 centímetros. Nuestro sistema óptico no fue diseñado para estar tanto tiempo frente a las pantallas y menos a esa distancia", apunta.

Huníades Urbina, Vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina, explica que hay varios problemas visuales, unos congénitos, tumorales y otros adquiridos. Precisa que los más comunes en las consultas son hipermetropía y miopía. La edad en la que suelen aparecer los trastornos son en la niñez y adolescencia.

"Las edades más frecuentes son entre 3 a 5 años y luego la adolescencia entre 10 y 12 años. La idea es que los padres lleven al niño a evaluación oftalmológica por lo menos una vez cada año para estar pendiente cuando aparezcan estos trastornos, hay casos que con un ajuste del lente el defecto no se profundiza, a veces por la edad no se recomienda hacer la cirugía y hay otros escenarios en los que es necesario porque el daño es severo", admite

Gregorio Pernía, optometrista con más de 30 años de experiencia, revela que el incremento de casos de miopía es alarmante. En estos ocho meses de 2023 ha atendido al rededor de 56 paciente y solo uno presentó hipermetropía, el resto fue diagnosticado con miopía.

"Calculo un aumento de 30% según los casos que he atendido, las edades son desde los seis hasta los 17 años. El año pasado la cantidad de pacientes fue similar a la que he atendido hasta el momento, pero aún no termina el año".

Pernía recomienda a los padres prestar atención a la salud ocular de sus hijos e insta a los docentes y formadores a estar alerta si uno de sus alumnos demuestra afectaciones visuales.

"Los padres deben estar más pendientes del tiempo que sus hijos están frente a la computadora. Es ideal que puedan establecer horarios en los que se entretengan y aprendan, además de incluir actividades para que salgan de casa. Estas herramientas tecnológicas son muy buenas pero los padres deben colocarle límites a sus hijos. De lo contrario podrían sufrir miopía, desprendimientos de retina o glaucoma". recalca.

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