La economía en Venezuela tiene tres sectores que pese a la dolarización de facto aún no logran desarrollarse, pues requieren de inversiones importantes y en algunos casos uno del otro guarda estrecha relación, estos son: El sector construcción, el sector turismo y el sector financiero. Pues bien, solo el PIB de los últimos siete años (2013-2020) ha caído en términos generales 80% lo que da cuenta como nuestra economía ha reducido 10 veces su tamaño en términos reales, y aunque los últimos dos años la economía creció 6.5% y 5% respectivamente, no es suficiente para retornar a los niveles del año 2012.
El sector construcción, el cual es considerado el motor de la economía presenta una caída del 94% es decir, no hay una urbanización nueva, un conjunto residencial o bien un tren, ferrocarril, puerto, aeropuerto, prácticamente en ningún lugar del país, siendo este sector uno de los mayores generadores de empleo en cualquier economía mundial y uno de los que da cuenta si el país está o no creciendo en términos reales, lo que deja cerca de 1 millón trescientas mil personas sin empleo, pues hoy solo se hacen remodelaciones y ampliaciones muy puntuales, donde destacan algunas obras que quedaron completamente inconclusas y abandonadas.
Por otra parte, el sector turismo representa en otras geografías cerca del 40% al 60% del PIB sin embargo requiere de otros sub sectores que lo potencien como, por ejemplo, seguridad ciudadana, jurídica, disponibilidad de transporte, carreteras en óptimo estado, formas de pago eficientes, puertos y aeropuertos desarrollados, luz eléctrica, capacitación y créditos, es decir, un cumulo de esfuerzos que permitan el desarrollo propio del sector, de una localidad o región turística, a lo que hay que sumarle la pandemia que requiere de inversiones y controles adicionales.
Asimismo, se encuentra el sector financiero que en los últimos años ha venido en caída libre debido al encaje legal, la pérdida de la posición financiera, la devaluación y la hiperinflación sumado a que de cada diez agencias bancarias han cerrado seis en promedio, adicional a la suspensión de todo tipo de créditos casi en su totalidad, tales como créditos de política habitacional, tarjetas de crédito, créditos de política habitacional, en otros, dejando de lado la posibilidad para que la economía crezca.
Finalmente, el encaje legal que hoy el BCV tiene sobre la banca de 73% no permite la intermediación, sumado a la dolarización de facto que tiene el país, haciendo que este dinero en divisas no termine en el sistema financiero en su totalidad y este no pueda ser prestado, factores que contribuyen aún más a la caída del PIB y por ende al decrecimiento comercial e industrial del país aunado a que si existen créditos indexados en USD la tasa es en promedio del 19% mientras que en Europa o EEUU que apenas es de 12% o bien 10% anual, aunque hoy existe una dolarización del sistema financiero este dinero aún es insuficiente para potenciar el crédito.
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