Nínive Quintero | La Prensa Táchira.- Desde el 2019, el problema de recolección de desechos sólidos se ha venido agravando hasta convertirse en una constante en el municipio Junín. Una de las medidas que se tomó como solución preventiva fue disponer de un estacionamiento ubicado en el centro de la ciudad como lugar de acopio. Cuatro años después, la medida sigue vigente.
La decisión fue tomada por disposición de las antiguas administraciones municipales; sin embargo, esta acción ha traído consigo otro problema. Así lo consideran quienes hacen vida en el municipio.
La presencia de olores desagradables, aves de rapiña, roedores y la montaña de basura que se observa sólo al pasar por la entrada del estacionamiento, ahora centro de acopio, contrastan con el paisaje urbano y cultural que caracteriza a la ciudad.
El estacionamiento es un espacio reducido y dentro del mismo se dispone de una rampla que conduce a una fosa donde se deposita la basura. Se ubica cerca del Mercado Municipal, la plaza Urdaneta y una concurrida zona comercial que cuenta con una panadería y otros negocios que ofrecen productos de consumo alimenticio.
Consulta popular
La alcaldía del municipio hace un año se refirió al tema abordándolo a través de una consulta popular, en la que se pretendía discutir movilizar el punto de recolección de basura del centro de la ciudad hacia un punto más alejado.
El alcalde, Jackson Carrillo, se refirió a esta situación a través de una transmisión en vivo de redes sociales, donde expresó que son necesarios los recursos económicos y que debe ser un trabajo en conjunto con el Ministerio de Ecosocialismo para adecuar los espacios que permitan un tratamiento adecuado.
Asimismo, señaló el alcalde Carrillo que hay una molestia por parte de las fincas de la zona seleccionada, la cual comprende un lote ubicado cerca de los edificios de la Quiracha.
Limitaciones que impiden una pronta solución
Luis Mendoza, director de Ambiente y Autogestión del municipio Junín, señala que la principal limitante que tiene el municipio para solucionar el problema son los recursos, ya que "la idea es diseñar un galpón que cumpla con todas las variables ambientales", pero la municipalidad cuenta con "un presupuesto de 22 mil dólares anuales, aproximadamente dos mil dólares mensuales".
Explicó que a nivel de contribuyentes, el año pasado se culminó con diez mil y al inicio de este año sólo mil familias pagaban las obligaciones tributarias.
Otra restricción para lograr el objetivo radica en el costo y el acceso al combustible para movilizar los compactadores y la condiciones mecánicas de los mismos.
Explica que se realizó una inversión en el mantenimiento de los camiones recolectores y además en época de lluvia la situación se complica para trasladar los desechos desde el municipio hasta los rellenos sanitarios, ya que a su juicio "el acceso a los vertederos de Ureña y San Josecito es muy difícil". Expone que las condiciones de las vías no son las mejores y por lo tanto los camiones sufren desperfectos.
El funcionario admite que hay riesgos de conta minación e incluso de "proliferación de enfermedades", además la poca disponibilidad del espacio no permite un tratamiento más óptimo de los desechos.
Una de las soluciones que intentaron gestar con ayuda de la empresa privada fue ubicar con tenedores en sitios estratégicos, pero no se logró.
Indicó que desde la municipalidad se ha buscado involucrar a organismos que se aboquen a buscar soluciones. "Hemos tenido conversaciones con la escuela de reciclaje de la UNET para realizar algunos proyectos y hacer contacto con diversas organizaciones para conseguir recursos; la expectativa es brindar una solución a la población a finales de año", aseguró.
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