Redacción | La Prensa del Táchira.- La mayor parte de los petroglifos hallados en el Táchira se encuentran en la zona norte, especialmente en los municipios Ayacucho y Lobatera. Mitos, encantos y muchos relatos giran alrededor de los petroglifos tachirenses como forma de expresión de nuestros pueblos originarios que tallaron, en estos "libros de piedra", detalles de su cultura, jerarquías sociales, rutas migratorias y parte de su cosmogonía ancestral.
El director del Museo del Táchira, Anderson Jaimes, subraya que la investigación de petroglifos en la región andina venezolana se encuentra concentrada en la zona norte del Táchira, donde se ha ubicado la presencia de más de 200 piedras talladas en la era prehispánica. Sin embargo, un municipio destaca especialmente, Ayacucho, ya que concentra más de la mitad de los petroglifos tachirenses y su capital San Juan de Colón alberga el petroglifo más documentado y observado: "La piedra del mapa".
Este gran bloque de piedra (de una longitud de 3,78 metros por 1,80 metros de alto) que actualmente se encuentra dentro del perímetro de la escuela nacional bolivariana "Francisco de Paula Reina" es el perfecto ejemplo del imaginario mágico-religioso que se desprende del arte rupestre tachirense, es decir, de los rastros dejados por los pueblos originarios de estas tierras en diferentes superficies rocosas de la entidad.
"La piedra del mapa" no sólo muestra parte de cultura y cosmogonía de los pueblos indígenas, al conjugarse, por medio de una talla prolija, figuras adornadas con atributos de poder y autoridad relacionados con el chamanismo, una mujer en estado de gravidez, serpientes y una serie de huellas humanas, de osos y tigres. También las historias tejidas a su alrededor hablan de la in fluencia que tienen hasta nuestros días.
"Los pobladores tienen la creencia que si se mue ve la piedra se inunda Colón. En 1920, cuando la piedra es enterrada por orden de Eustoquio Gómez, dicen que llovía sin parar y aseguran que apareció un indio diciendo que si no desenterraban la piedra, Colón se iba a inundar. Y en 1950 cuando se movió al sitio que hoy ocupa, para no afectar el trazado de las vías, dicen que comenzó también a llover día y noche, hasta que trajeron al obispo para que rezara y quitara el encanto que le habían puesto los indios", detalló.
Existen igualmente otras leyendas, como que quien se sube a la piedra, aunque emigre, volverá a pasar sus últimos días en San Juan de Colón; sin embargo, Jaimes destaca que es precisamente la tradición oral que hace referencia a la presencia indígena en estas zonasla que los ha ayudado a ubicar en la mayoría de los casos los petroglifos y otros hallazgos arqueológicos, como ocurrió con un sitio conocido como "Plan de los Indios", en la aldea Los Vegones, también del municipio Ayacucho.
Señala que en búsqueda de la llamada "piedra del mapa" de Vegones (los pobladores de la zona la llaman así al igual que la del centro de Colón), en las excavaciones arqueológicas del 2008 se consiguieron con un abrigo rocoso con material asociado (restos cerámicos de carácter utilitario y ceremonial), y al estar formado dicho abrigo por más de un petroglifo asociado pasó a ser una "estación rupestre" también llamados Sitios con Arte Rupestre (SAR).
Jaimes destaca que la mayoría de petroglifos de la región fueron elaborados con una piedra dura que haría de cincel y otra que cumpliría la función de martillo, lo que producía un surco lineal o planar que configuraba el diseño. Sin embargo, en el caso de Los Vegones, los motivos no fueron realizados con esta técnica, sino que se trata de líneas muy definidas, trazadas sobre la roca posiblemente con un cuarzo. "En una combinación de fuerza y motricidad fina, para generar un singular trabajo de filigrana sobre piedra".
Herencia Lobatera
El historiador Samir Sánchez refiere en su investigación "El sueño del Hechicero, arte en los petroglifos de Lobatera", que de continuar "la incuria, no conservación y no valorización de la memoria prehispánica andino-tachirense", Lobatera perderá el último eslabón de conocimiento que lo conectaba al mundo de sus antiguos pueblos.
Sánchez declara que los petroglifos son la "única huella de la raza primigenia de los Lobatera, los milenarios hijos del sol y de la bruma", detallando que además de la famosa "Piedra del Indio", en línea recta y dentro del área arqueológica, en la aldea Zaragoza se encuentran otras estaciones rupestres como la Piedra del Coconito, Piedra del Cometa, Piedra del Observatorio, Piedra de los Sacrificios y la Ciudadela (muro de contención de terraza).
Sin embargo, llama la atención sobre la Piedra del Indio como posible sitio ritual o de observación astronómica, ya que pudo cumplir funciones como piedra de ofrendas y sacrificios (si se daban en la tribu) o de seguimiento del curso de planetas y astros, ya que la cara superior de la roca es completamente plana y tiene cuencos o piletas tallados uno mayor y otro menor que podrían servir de espejos de agua para observar los cielos nocturnos.
En cuanto a las figuras representadas, Sánchez señala que la representación simple de las figuras humanas "desprovistas de adornos como tocados de plumas o revestimientos chamánicos presen tes en otros petroglifos de la región podrían ser un indicio de una antigüe dad más remota".
Sin embargo, destaca que la distribución iconográfica alrededor de una figura humana sentada parecen mostrar una intencionalidad de su autor en representar "el sueño o estado de trance del mohán o hechicero y las visiones que le rondaban en ese momento: espectrales formas humanas de alargada figura (de torso desproporcionado), probablemente relacionadas con sus antepasados; espíritus superiores en formas humanas estilizadas que compartían igual poder; espíritus de la naturaleza de la lluvia, animales fantásticos y fenómenos celestes representados a través de espirales concéntricas o como representación de serpientes enrolladas".
Sin embargo, va más allá al relacionar el llamado glifo "brazos de la creación", formado por dos espirales concéntricas unidas como especie de brazos que se abren hacia los espirales, con una copla de contrapunteo del baile tradicional tachirense el Pato Bombeao, recopilado en la aldea La Montaña, que podría hacer referencia a mito pre hispánico conservado a través de la tradición oral.
"El pájaro Simonfué dormía de pie y alargado / cuando despertó y bos tezó / abrió sus alas cantando / y ahí mismito todo salió: gente, vacas y mundo creado". Esta es la copla con la que Sánchez relaciona el glifo "brazos de la creación" con el mito de un ave de alto talle "que dormitaba y al despertar extendió sus alas, creando y abrazando bajo las mismas a todo lo que había creado o salido de ellas".
Además, resalta que, de forma coincidente, y desde el campo de la arqueoastronomía, la Piedra del Indio cuenta con un glifo identificado como "el Trisquel", formado por una triple espiral concéntrica con unión tangencial, cuya posición se puede considerar alineada en el horizonte astronómico con el punto de mayor visibilidad de tres estrellas de la constelación Crux o Cruz del Sur (Acrux, Mimosa y Gracrux), aunque por su ubicación, en el extremo más elevado de la roca no descarta que tenga alguna relación también con una representación de las tres estrellas del Cinturón de Orión, constelación que en los meses de octubre a marzo-abril, se observa al amanecer, exactamente, sobre el cénit en Lobatera.
La ruta del turismo arqueológico
La antropóloga, Reina Durán, destaca que la existencia de tantos petroglifos concentrados en la zona norte del estado Táchira puede ser explotado turísticamente con el establecimiento de una "Ruta de los Petroglifos" que toque los principales hallazgos.
"Se puede trazar una ruta que pase por Lobatera, Michelena, San Juan de Colón hasta llegar a Seboruco. Lobatera tiene la llamada Piedra del Indio. Bien cuidado ese petroglifo y disponiendo de una estructura básica, con bancas alrededor, se puede ofrecer este servicio al turista. En Seboruco, en Menorica-La Cuchilla, también encontramos un jardín con varios petroglifos juntos. Además de que el lugar cuenta con algunos abrigos rocosos y cascadas naturales que lo convierten en un sitio verdaderamente atractivo para visitar", detalló.
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR