EL AUTORITARISMO

A propósito de la afirmación del presidente Lula conforme al cual, la narrativa de que Venezuela es gobernada por un régimen autoritario es creada por sus adversarios, es necesario salirle al paso para precisar que es el autoritarismo.

El autoritarismo envuelve a una persona o un pequeño grupo de personas que creen que ellos, y solo ellos, pueden hablar por los ciudadanos. Como supuestos representantes del pueblo, minimizan los controles y equilibrios, limitan el pluralismo político, sofocan y socavan a quienes se les oponen y monopolizan amplios poderes ejecutivos para maximizar su poder.

En una verdadera democracia, las elecciones tienen reglas predeterminadas, predecibles pero sus resultados son impredecibles.

En un gobierno autoritario, la realidad suele ser la contraria, y las reglas cambian numerosas veces, pero siempre con los mismos resultados, toda vez que son el resultado de la manipulación. El autoritarismo toma de la democracia sus formas pero no su contenido, por lo que usan formas democráticas que en el fondo no lo son.

 Instituciones como los tribunales, el parlamento y la prensa son vistas como débiles e incapaces de desafiar el liderazgo del país, en muchas oportunidades manipuladas por presiones para que se autocensuren. La economía está llena de tramas de apoyo personal y sus productos suelen ser limitados, lo que la hace particularmente vulnerable a las tendencias globales. Este sistema opresor se mantiene unido por una poderosa combinación de líderes autoritarios y sus mentiras

La verdadera y real democracia se funda, en parte, en reconocer el valor de la verdad como un elemento básico para que los seres humanos seamos falibles. De ahí la razón de escuchar a un gran número de personas antes de tomar una decisión y, a veces, cambiar a los que toman las decisiones.

Por eso las verdaderas democracias valoran tanto el derecho al voto. Los gobiernos autoritarios hacen lo contrario. Al dar una gran cantidad de poder a una persona o a un pequeño grupo de personas.

El autoritarismo suele exigir la sumisión, subordinación, y acatamiento ciego a la autoridad, eliminando la libertad de elección, acción y opinión. A menudo logra esto a través de la coerción o la fuerza. Los líderes autoritarios o las personas poderosas autoritarias con frecuencia no prestan mucha atención a las leyes, no les interesa, menos las que les desfavorecen, pero principalmente enfatizan su voluntad y la imponen, concentran el poder en ellos mismos y en aquellos que les son leales.

En este sentido, los regímenes autoritarios tienden más o menos a parecerse directamente a los regímenes dictatoriales. En los sistemas autoritarios, cuando el autoritarismo se convierte en modelo de gobierno, suele contar con una poderosa élite o liderazgo leal a los deseos y mandatos de un líder autoritario, o caudillo, cuya voluntad se respeta por encima de la ley, bajo amenaza de daños físicos, económicos o sociales.

En consecuencia, no es el autoritarismo una construcción de los adversarios del socialismo del mal llamado siglo XXI, no, es que el modelo de gobierno y estilo que se subsume en los conceptos que la ciencia política, la filosofía, y el derecho, cuando conceptualizaron al Autoritarismo, de donde el gobierno de Venezuela es uno de sus mejores ejemplos para el mundo, que así lo ven.

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