María Beltrán | La Prensa Táchira._ La celebración del Día del Padre ha cobrado mayor importancia y significado en los tiempos actuales, pues la imagen de aquel hombre autoritario, fuerte y casi inalcanzable ha sido transformada por el hombre que ama, respeta, comprende, apoya y enseña a sus hijos mientras desarrolla actividades laborales y "lava los platos en casa".
Si bien es cierto que para los años 60 la figura paterna jugaba un rol importante en áreas como la provisión y sostenimiento económico de la familia, más allá de esto, la comunicación y convivencia con los hijos era casi inexistente (en la mayoría de las familias).
Aunado a esto, el hecho de que papá estuviese ausente en el crecimiento diario de los hijos (aunque fuese por situaciones laborales) titulaba a la madre como la responsable o figura principal en la crianza de los pequeños.
La costumbre de estar con mamá durante el día y sólo ver al padre duran te la noche o ejerciendo autoridad en situaciones de castigo, fue un impedimento que por muchos años forjó la imagen de un padre proveedor, pero autoritario y ausente.
Es por ello que la celebración del Día del Padre en los años 60 era casi inexistente.
Traje y corbata
La época de 1970 trajo consigo las primeras formas de celebrar la paternidad, pues los trajes, corbatas y calcetines fueron los regalos que durante varios años recibieron los padres de familia.
Esto desarrolló las primeras oportunidades de ver el día del padre como una oportunidad comercial.
Cabe destacar que para esta época las familias realizaban comidas especiales.
Sin embargo, la privacidad formaba parte de la celebración del día del padre, los regalos eran muy selectos y las demostraciones de afecto entre los hijos y progenitores no existían.
No había confianza, nadie sobrepasaba los límites que tradicional mente regían a cada integrante de la familia.
Sin embargo, a partir de 1990 la celebración comenzó a cobrar vida, pues fue añadida la tendencia de salir a compartir y comer en restaurantes (tradición que hasta la presente fecha es empleada por muchas familias).
Los regalos también cambiaron, pues ya el tradicional obsequio de traje y corbata quedó en la mo da de los 70. Hoy día, los padres reciben amplia variedad de ropa, zapatos, accesorios como relojes y anillos. A otros, por su parte, les regalan herramientas u otros artefactos que formen parte de su día a día.
Paternidad
Estos cambios en la celebración fueron y han sido posibles gracias a la nueva percepción de la imagen paterna que fue adoptada a partir de la generación "Z", es decir, las personas nacidas desde 1995.
Ante esto, el sociólogo, Otto Rosales, señala que "la imagen del padre autoritario y fuerte forma parte de la cultura del ayer", pues la paternidad ya no sólo es definida como "provisión y autoridad".
Hoy día la paternidad es muy semejante al concepto de maternidad de los años 60.
Ahora por los cambios sociales y diversos factores como la economía, ambas figuras (padre y madre) han cambiado o mejor dicho ejercido nuevos papeles y roles tanto en la sociedad como en el núcleo familiar.
Antes, la mujer se dedicaba a los quehaceres de la casa y la formación de los hijos, mientras el padre dedicaba la mayor parte de su tiempo en trabajar para mantener a su familia.
Pero ahora, la mujer también trabaja mientras es madre y el padre ha establecido un balance entre las actividades laborales y su obligación de ejercer la paternidad en áreas nuevas.
La imagen del padre proveedor, pero ausente se ha desdibujado (al me nos en las familias constituidas).
Muchos de los padres en la actualidad limpian y cocinan en casa y cuidan a los niños en sus distintas edades. En otras palabras, "el trabajo entre ambos géneros es más compartido", señala Rosales.
Actualmente, los padres también cambian pañales, enseñan a leer, orientan a sus hijos en la realización de las tareas
escolares, facilitan el trabajo doméstico de las es posas y crean vínculos afectivos demostrados tanto en hechos como en palabras.
El resultado de estas acciones giran en torno al establecimiento de una mejor comunicación y relación con los hijos.
Antes, el respeto de los hijos hacia los padres era implementado de forma arbitraria, pero ahora el ejemplo, la buena conducta y la admiración es lo que impulsa el respeto en el hogar.
Cabe destacar que estos cambios en el núcleo familiar han acabado con las ideologías machistas y patrones de conducta que para nada benefician a la sociedad.
Hoy día, tanto los varones como las hembras están siendo criados por padres multifacéticos que trabajan en equipo y les instruyen en el aprendizaje del trabajo doméstico y físico, es decir, los conceptos erróneos de que las mujeres son las únicas que limpian, cocinan y cuidan a los hijos se ha acabado, al igual que la idea de que el hombre sólo debe trabajar para sustentar económicamente a la familia.
"Ser padre es un milagro divino"
Desde su experiencia personal, Julio Sánchez define el ser padre como el mejor regalo que Dios puede darle a un hombre, pues luego de saber que jamás podría procrear "el milagro se hizo persona".
Julio Sánchez está casado con Luz Marina Arias, actualmente tienen una hermosa hija llamada Vittoria. Desde muy joven había intentado tener hijos y a pesar de estar en tratamiento, todo esfuerzo era en vano.
Con el tiempo se determinó de forma clínica que jamás podría procrear. Cuando Julio conoció a Luz le contó sobre el anhelo que tenía de ser padre, pero además advirtió sobre su diagnóstico.
A pesar de esto y contra todo pronóstico, la familia Sánchez Arias hizo su mayor esfuerzo a través de controles y tratamientos, pero al cabo de un tiempo desistieron.
Sin embargo, "sin esperarlo mi esposa Luz quedó embarazada, lo cual fue una gran sorpresa debido a que se suponía
que yo no podía tener hijos". Dios fue bueno, me dio el mejor regalo de mi vida", relata Julio. Actualmente, Julio Sánchez vive feliz y plenamente agradecido por tener la dicha de ser padre.
Amor de padre reflejado en hechos
Moisés Arias y Andrea Hernández son padres de dos hermosos niños: Aarón, de 3 años de edad y Santiago, de 5 meses.
Ambos trabajan y son proveedores del hogar sin embargo, esto no le ha impedido ejercer sus roles como padre y madre a plenitud.
Moisés crea contenido de redes sociales para diferentes empresas y Andrea es fotógrafa de la empresa Baraquel Studio.
Al tener hijos tan pequeños, la dedicación y compromiso es mayor; sin embargo, el responder a los compromisos laborales también lo es.
El trabajo de ambos les exige estar bastante tiempo tanto al aire libre como en casa, pues al trabajar con contenido audiovisual y multimedia deben abarcar ca da una de las fases de la producción.
Es por ello, que en muchas ocasiones mientras Andrea se dedica a editar las fotografías de una sesión durante las noches, Moisés atiende a los niños y aunado a eso hace la cena de la casa.
En otras oportunidades, cuando cada uno debe trabajar y dirigirse a diferentes lugares, cada uno se hace cargo de un niño.
La familia Arias Hernández son un equipo en el trabajo, en las responsabilidades del hogar y en la crianza de los niños.
Moisés señala que ejercer la paternidad es "algo maravilloso. Aprender de mis hijos, conocer lo que les gusta y acompañarlos en su crecimiento en conjunto con mi esposa es una bendición de Dios".
"Un padre que es ejemplar en todo"
Epifanio Monsalve es un hombre, de 78 años, y está casado con Miriam Cárdenas de Monsalve desde hace 53 años. Tiene dos hijas, un hijo, dos nietas, cuatro nietos y dos bisnietos. Siempre fue funcionario de tránsito terrestre.
Sus hijos lo definen como un hombre sano que disfruta de la compañía de su familia. Nunca se caracterizó por ser un hombre maltratador. De hecho, cada vez que sus hijos hacían algo que estuviese mal, sólo los miraba seriamente y con gesto de negación les corregía. Siempre ha sido un padre ejemplar.
Según su hija menor, "él siempre ha sabido dedicarnos tiempo de calidad. Siempre hemos contado con él, ha sido un padre presente en todo sentido. Hoy en día tratamos de retribuir tanto amor que nos dio". Cabe destacar que parte de su familia se encuentra fuera del país.
Actualmente no trabaja, está disfrutando una vejez tranquila, rodeado de mucho amor por parte de sus hijos y nietos presentes. Su pasatiempo favorito es pasear a su nieto Jeremías (el más pequeño) por las tardes cuando baja el sol, lo sube a su coche y camina frente a su casa.
Epifanio define la paternidad como "tiempo de calidad, responsabilidad, entrega absoluta". Además, añade que "un padre nunca tiene un no por respuesta, siempre busca la forma de resolverlo todo".
"El amor a la familia deber ser primero"
Alejandro Ocampo está casado con Laura Contreras desde hace 32 años, tienen dos hijas, un hijo y cinco nietas.
Siempre se ha caracterizado por ser un hombre responsable, trabajador y luchador; de hecho, desde que sus hijos estaban pequeños ha trabajado en una compañía constructora, ferreterías y como comerciante de distintas fuentes.
Alejandro Ocampo es un hombre que infunde en sus hijos y nietos el respeto, pero desde el amor y cuidado, siempre ha sido un padre y abuelo protector e inculcó en sus hijos que la familia es lo primero antes que el trabajo y los bienes materiales.
Es más, algunas de sus nietas no le llaman "abuelo", sino "papi Alejandro".
Actualmente es dueño de una agencia de vehículos en la ciudad de San Cristóbal y trabaja en conjunto con sus hijos y yernos.
"La convivencia con la familia es supremamente excelente. Un consejo que podría darle a los padres de familia en la actualidad es que siempre debemos ser como ese patrón y modelo a seguir, que sean responsables, amorosos y protectores", señala Ocampo, quien además añade que el amor a Dios fortalece el núcleo familiar.
Alejandro Ocampo define la paternidad como una "responsabilidad muy grande, en donde se debe dar un buen ejemplo a los hijos y suplirles en todo, aconsejándoles, enseñándoles valores, ayudándoles en lo que necesiten".
Próximamente será abuelo de otra niña y tanto él como toda su familia están muy felices y esperándola "con los brazos abiertos".
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