170 pacientes renales esperan un trasplante en el Táchira

Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- Se sienten atados sin posibilidades y cada día que pasa ven cómo su estado físico se va deteriorando aún más. Una realidad a la que se deben enfrentar diariamente los más de 170 pacientes renales que se encuentran a la espera de un trasplante de riñón en el estado Táchira. Quienes no cuentan con la bendición de tener un padre, una madre, un hermano, un tío, un primo o un sobrino que pueda— y quiera— ser donante de este importante órgano, se aferran a la esperanza de que sea reactivado el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (SPOT) que durante muchos años permitió salvar la vida de miles de pacientes con diversos diagnósticos a nivel nacional. 

Ángel Moreno, representante regional de Amigos Trasplantados de Venezuela, manifiesta que de los cientos de pacientes que actualmente están en diálisis al menos 170 pueden ser trasplantados y hasta el momento no han podido hacer nada, porque los trasplantes de donante cadáver a paciente vivo están paralizados en toda Venezuela. Si llevamos esta cifra a nivel nacional, los datos son realmente alarmantes. Según Jorge Altuve, coordinador educativo de la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV), alrededor de 1.300 pacientes se quedaron sin la posibilidad de ser trasplantados durante los seis años que lleva suspendido el programa.

Asegura que de todos los pacientes que están actualmente en diálisis, alrededor del 40% de ellos podrían ser trasplantados y no pueden hacerlo. "Imagínate cuántas personas que están a la espera de un trasplante se pudieran beneficiar si se activa el programa".

Explica que durante años esta organización tuvo en sus manos el sistema, pero que en el año 2014 les fue arrebatado y otorgado a la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), por el propio Ministerio del Poder Popular para la Salud. Dos años después, anunciaron que las condiciones en Venezuela no estaban dadas para llevar a cabo un trasplante de donador cadavérico. 

"Decían que no había los medicamentos inmunosupresores que necesita una persona recién trasplantada y suspenden el sistema, también dijeron que iban a arreglar la situación en tres meses y han pasado seis años y hasta el momento no hemos tenido respuesta y la gente lo está esperando", expresa. 

Cuando este sistema estaba activo, los pacientes tenían la oportunidad de ser trasplantados en al menos siete estados del país en los que estaba incluido el estado Táchira. Para él, la importancia de la reactivación de este tipo de procedimientos radica en que los donantes vivos sólo pueden conceder un riñón y parte del hígado, mientras que un donante fallecido permite utilizar órganos vitales como el corazón, los pulmones, el hígado, el páncreas, la córnea y las válvulas cardíacas. 

Podían elegir

También existe el caso de los pacientes que prefieren los trasplantes de cadáver porque no quieren someter a sus familiares a este proceso y para evitar complicaciones en la salud que se puedan derivar tras el procedimiento quirúrgico. Tal es el caso de Jorge Rojas, a quien hace 12 años su hermano le ofreció la posibilidad de donarle su riñón tras ser diagnosticado como paciente renal en fase terminal y al cual rechazó, porque tenía la opción de incorporarse a un listado para optar por un trasplante de un donante fallecido. 

Jorge cuenta que su historia comenzó en el año 2009, cuando trabajaba como jefe de recursos en Protección Civil Táchira. En diciembre de ese año entró al área de emergencias del Centro Clínico por presión arterial alta. Pasó dos días en coma y cuando reaccionó, el médico le explicó que los riñones que tenía estaban deshechos. 

Comenzó a realizarse diálisis tres veces a la se mana durante un año y ocho meses. Un período muy duro en el que tuvo que padecer por cuestiones sociales, laborales y psicológicas. Si dejaba de hacer diálisis, el cuerpo empezaba a contaminarse y allí fue cuando entendió que su vida dependía de una máquina. 

Comenzando el año 2011 empezó a realizar todos los trámites para hacerse un trasplante de riñón en Mérida. Para ese entonces, solamente se hacían trasplantes en Maracaibo, Mérida y Caracas. Iba cada dos o tres meses a Mérida, donde hizo alrededor de 50 exámenes para cumplir con el protocolo establecido.

El día de su cumpleaños le informaron que tenía que estar el 01 de octubre de 2011 a las 6:00 de la mañana en Mérida porque ya habían donantes. Luego de superar todas las pruebas de compatibilidad, Jorge recibió el riñón de una joven, de 15 años que lamentable mente perdió la vida en un accidente de tránsito. Desde entonces, asegura sentirse más vivo que nunca y que ahora hace muchas más cosas de las que nunca pudo haberse imaginado. 

Asegura que todo esto fue posible gracias a que para aquel entonces las condiciones para este tipo de trasplantes estaban dadas. Manifiesta que si tuviera que volver a atravesar por lo mismo, sólo le quedarían dos opciones: resignarse a no poder salir nunca de ahí o buscar opciones fuera del país. 

Altos costos 

Para aquellos que no encuentran opciones en el sistema de salud venezolano deben enfrentarse a la realidad de no poder costear por su cuenta un trasplante de órganos. Jorge Altuve, coordinador educativo de la ONTV, manifiesta que para cualquier persona el costo de este procedimiento es supremamente caro. En el caso de un trasplante de riñón, expresa que se podría estar hablando de un precio entre los 80 y 90 mil dólares en una clínica privada. En el caso de un trasplante hepático, el costo se elevaría a unos 50 mil dólares. "De ahí la importancia de que el Estado asuma esa responsabilidad".

Reiteró que en Venezuela sí se están haciendo trasplantes de órganos, pero sólo de donantes vivos. Pese a que el Ministerio de Salud informó el pasado 17 de abril que se están realizando estos procedimientos en los estados Aragua, Mérida, Miranda, Carabobo y Distrito Capital; el representante de esta organización ase gura que actualmente Caracas y Maracaibo son las únicas entidades que están realizando trasplantes. Dice que de 20 cirugías de este tipo realizadas en lo que va del año, únicamente dos han sido en Maracaibo y el resto en Caracas. En el Zulia, también se registró un trasplante de donante vivo el pasado 16 de agosto de 2022.

Viven atados a una máquina

Para la mayoría de los pacientes renales en diálisis, lo más difícil es tener que sentarse cuatro horas diarias frente a una máquina y sentir que su vida depende de ella. Manuel Mendoza, quien lleva al menos seis meses recibiendo este tratamiento, asegura que se siente deprimido y condenado a muerte. 

Manifiesta que día por medio debe asistir a la unidad de hemodiálisis para que le extraigan las toxinas de su cuerpo. Para él, esta situación es muy difícil porque ha tenido que presenciar la muerte de algunos de los pacientes que estaban a su lado ante la falta de un donante. 

En su caso, asegura que hasta el momento no ha podido encontrar a alguien compatible para donarle el riñón que necesita. El año pasado hizo someter a su hermana por varios exámenes, pero ella no puede ser donante por sufrir de diabetes. Mientras aparece alguien, dice sentirse preso, cansado y sin poder ir a ningún lado porque debe asistir sin falta a la terapia.

"La mejor calidad de vida sólo la da un trasplante"

El nefrólogo y especialista en trasplante de órganos, Orlando Ysea, manifiesta que en el estado Táchira hay entre 450 y 500 pacientes en diálisis y aunque es difícil sacar un porcentaje de cuáles requieren y pueden ser sometidos a un trasplante, expresa que la calidad de vida de un paciente renal no es la hemodiálisis, no es la diálisis peritoneal, sino el trasplante renal y de allí la importancia de este proceso. 

Aquellos que son trasplantados experimentan una mejora en todos los niveles de su vida. El especialista asegura que inclusive estas personas pueden llegar a tener hijos. En el caso de la mujer, asegura que puede embarazarse después de dos años de trasplantada y en el caso del varón, vuelva a tener esperma nuevamente con morfología correcta y con las hormonas correctas que le permiten fecundar a su pareja y volver a tener un hijo "les da una nueva oportunidad". Manifiesta que el trasplante de órgano es el tratamiento sustitutivo renal más ideal. Sin embargo, manifiesta que desde que se someten a este procedimiento los pacientes deben adaptarse a una vida sana que les permita vivir adecuadamente.

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