Disputa por herencia terminó en secuestro y asesinato en 1980

Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- El 7 de febrero del año 1979, el taxista Manuel Contreras Calles recibió una noticia que sin imaginarlo lo conduciría a su propia muerte. Su padre, de 80 años, falleció de un infarto y meses antes había firmado un testamento en el que le cedía todos sus bienes, dejando de lado a sus otros 23 hijos. 

Desde ese día, la vida de Manuel Contreras Calles se convirtió en un infierno. El 13 de marzo del año 1979 recibió un sobre cerrado y sellado proveniente de la Notaría Pública Segunda, en el que se le notificaba los deseos de su padre. Manuel ni siquiera había lo grado hacer valer su derecho como heredero, cuando ya había comenzado a sufrir algunos infortunios que le impedirían definitivamente cobrar y disfrutar su nueva e inesperada fortuna. 

Los días posteriores se le atribuyeron varios delitos de robo que no se pudieron probar porque él 

no los había cometido. Aunque no se sabe quién los simuló, lo cierto es que alguien no lo quería libre. Luego, alrededor de dos meses antes de su muerte, Manuel Contreras contó a algunos allegados que vivió una desesperante escena cuando tres hombres haciéndose pasar por funcionarios policiales se lo querían llevar a la fuerza sin ninguna orden de captura ni explicación del por qué iba a ser detenido. Se montó en su vehículo, un Impala modelo 78 de color blanco y huyó del lugar, pero de inmediato se percató que los sujetos lo perseguían y tuvo que prácticamente lanzarse del auto en busca de ayuda. 

Después de este suceso, Manuel desapareció sin dejar rastro alguno. Los rumores eran que lo habían secuestrado para persuadirlo de entregar el dinero de la herencia, pero nadie apareció a extorsionar a su esposa. Duró aproximadamente 45 días desaparecido y el 15 de diciembre de 1980, el cadáver del taxista fue hallado semienterrado entre unos matorrales del Cerro El Cristo, en la población de Capacho Viejo. El cuerpo tenía seis perforaciones de proyectiles calibre 38 y uno de los balazos le destrozó el cráneo. 

El cuerpo fue llevado a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal para la autopsia de ley. Allí descubrieron que el indefenso hombre también había sido torturado salvajemente durante varias horas. 

Días más tarde, el auto que utilizaba para trabajar fue hallado en un sector donde se enlaza Las Margaritas con el Barrio 23 de Enero en San Cristóbal. 

Según medios de la época, la muerte de este hombre obedeció a una conspiración criminal en medio de una disputa por haber sido declarado único heredero tras la muerte de su padre. Pese a que se le conoció como un trabajador honesto y de conducta intachable, algunos decían que la codicia lo llevó a la muerte. 

Eran 24 hijos

Cuando las autoridades iniciaron las investigaciones, descubrieron que Manuel Contreras Calles tenía 23 hermanos que no estaban muy contentos con la repartición de la herencia. Cinco de los hijos fueron concebidos por el señor Samuel Contreras durante su matrimonio con Ceila Sánchez, 13 fueron naci dos de varias mujeres sin ser aceptados legalmente y otros cinco nacieron fuera del matrimonio, pero sí fueron reconocidos. Entre estos últimos se 

encontraba Manuel. Suponen que alguno de ellos tuvo algo que ver con su muerte. Sin embargo, en la escena del crimen toda huella dactilar había sido borrada y no fue hallada ninguna pista.

Pasaron los días y los medios de la época comenzaron a preguntarse: ¿Qué pasó con la herencia? Las autoridades explicaban que con la muerte del taxista no había un derecho de trans misión de la herencia, debido a que este hombre no tenía hijos. Por lo tanto, decían que la fortuna tendría que ser repartida en partes iguales a los hermanos legítimos: Francisco José, Samuel de Jesús, Nieves Teresa, Lucía Dominga, Elba Coromoto, Petra Josefa, María del Carmen y Emiliana Calles. Sin embargo, no se sabe con certeza en qué derivó la repartición de los numerosos bienes. Según relatos de la época, la herencia era una gran fortuna entre inmuebles, dinero en efectivo y ganado que Samuel Contreras recibió producto de su trabajo. Se dice que este hombre era un ganadero millonario que nació en un sector de Bailadores en el estado Mérida y se mudó a Pregonero, donde conoció a su única esposa. 

Sin justicia

Pese a todo el tiempo invertido en averiguaciones e interrogatorios, es te trágico homicidio no logró ser esclarecido por la falta de evidencias que lograran identificar al asesino. La viuda de Manuel Contreras Calles clamó justicia durante mu cho tiempo, pero sus súplicas no pudieron ser escuchadas. 

Por su parte, la madre de Manuel Contreras Calles, que para ese entonces tenía 80 años, no aguantó todo el sufrimiento que esta lamentable noticia trajo consigo. La pobre anciana murió de pena moral tan sólo semanas después de haberse enterado del salvaje asesinato de su hijo. Los datos de esta historia se encuentran resguardados en los archivos históricos de la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicado en la sede del antiguo Alberto Adriani en la ciudad de San Cristóbal.

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