Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- El sábado 27 de enero del año 1979, Doris María Vivas Chacón, de tan sólo 15 años de edad, desapareció de la vista de sus familiares sin dejar rastro alguno.
Sus padres José Abel Vivas Altamiranda y María Griselda Chacón de Vivas, la buscaron desesperadamente por toda la ciudad de San Cristóbal y sus alrededores sin obtener información alentadora. Finalmente, recurrieron a los cuerpos policiales, pero ni siquiera ellos lograron encontrar alguna pista que los ayudara a localizar el paradero de su hija.
Cuando habían transcurrido siete meses de su desaparición, recibieron una terrible noticia: Doris había sido hallada ahogada en un canal de riego a aproximadamente a 500 kilómetros de distancia de su casa, ubicada en la vereda 7 del barrio Santa Teresa.
El cadáver de la adolescente fue encontrado en la carretera que conduce a la población de Pimpinela en el estado Portuguesa, a las 8:15 de la mañana por una señora que transitaba por el lugar. Su cuerpo estaba boca abajo y vestía sólo una de sus "pantuflas". La otra fue hallada a unos 50 metros del cuerpo sin vida.
Ese mismo día, los padres junto a su hija mayor viajaron a dicha población para trasladar el cuerpo de Doris María Vivas Chacón y averiguar lo que había pasado. Regresaron con el cadáver a San Cristóbal 24 horas después del hallazgo y los restos fueron sepultados pasadas las 72 horas en el cementerio municipal de Táriba, municipio Cárdenas.
Inmediatamente solicitaron a las autoridades policiales que investigaran el hecho. Sin embargo, las primeras pesquisas arrojaron un supuesto, del cual los padres habían estado sospechando desde que la joven desapareció el 27 de enero.
Se enamoró
Meses atrás, Doris María Vivas Chacón había conocido a un hombre oriundo de la ciudad de Guigue, estado Carabobo, que se dedicaba a la cría de vacas. La adolescente adulada se dejó pretender por el sujeto que le doblaba la edad y sin darse cuenta, terminó enamorándose perdidamente de él. Lo que no sabía era que este hombre tenía otras intenciones con ella.
El 27 de enero de 1979 día en el que la muchacha desapareció la joven se dirigió a un templete en la zona alta de la ciudad junto a un vecino de nombre Luis Adolfo Zambrano, quien al parecer la dejó abandonada en el centro de San Cristóbal. Según cuentan, fue vista por última vez por su hermano Nelson Vivas Chacón, un año mayor que ella, quien aseguró haberla encontrado a altas horas de la noche en la esquina de la calle 9 con Quinta Avenida.
Nelson le preguntó a su hermana qué hacía en ese lugar, pero la muchacha le respondió que a él no le importaba qué estuviese haciendo y que no se metiera en su vida. El joven de 16 años la dejó tranquila y se fue a su casa a notificarles a sus padres que había visto a su hermana Doris María Vivas Chacón acompañada de un hombre "melenudo".
Los padres de Doris se preocuparon mucho porque ella padecía constantemente de ataques epilépticos. Un mal que se fue agudizando con el tiempo y le produjo un notable desequilibrio mental que no le permitía tomar decisiones por su cuenta.
Averiguaron con sus amigas y personas que la conocían y se enteraron que la joven mantenía una relación sentimental con Manuel Emigdio Piña Cervén, a quien apodaban en algunas ocasiones como alias el "Fúnebre" y otras como el "Piña", un novillero de más de 30 años de edad, a quien habían visto conversando con la muchacha.
Esta fue una noticia que no sorprendió a los padres, puesto que la joven se había tornado rebelde y agresiva.
Según investigaciones, Doris fue raptada por el "Fúnebre" y llevada desde el centro de la ciudad de San Cristóbal hasta una vieja vivienda, ubicada en la calle 14 con Pasaje Barcelona de Puente Real. En ese lugar la mantuvo durante tres días bajo engaño.
El engaño
Para poder lograr sus objetivos, el hombre se encargó de convencer a otra joven, de 19 años, también de nombre Doris, de prestarle su cédula de identidad por algunos días a cambio de una considerable suma de dinero por lo que la joven accedió sin pensarlo dos veces. Así fue como la llevó al estado Portuguesa sin obstáculo alguno y con el nuevo nombre de Doris Consuelo Gandica Omaña.
Los primeros días del mes de febrero de 1979, Doris llegó a la localidad de Agua Blanca a unos 42 kilómetros de Acarigua, vía San Carlos. Allí creía que iniciaría una aventura amorosa con el noville ro, pero la realidad sería aterradoramente diferente.
En el sector Agua Blanca, el hombre le ordenó trabajar en un prostíbulo para que le proporcionara dinero diariamente. La amenazó con dejarla e incluso matarla si se atrevía a desobedecer sus órdenes. Estando tan lejos de casa y sin nadie a quién más recurrir, la joven no tuvo más opción que hacerle caso. Así fue como por algunos meses Doris fue prostituida en varios bares y burdeles de Agua Blanca en el estado Portuguesa.
Cuando se había dado por vencida, Manuel Emigdio Piña Cervén alias el "Fúnebre" comenzó a dejarla sola en casa durante largas horas, lo que la motivó a planificar su escape. Un día, este hombre se descuidó y la adolescente logró huir hasta la localidad de Pimpinela, a unos 40 minutos de donde se encontraba.
Sin embargo, ya sea por su condición mental, la situación que estaba atravesando o porque el hombre la obligaba a tomar drogas, la joven estaba desvariando. Fue vista por un agente policial deambulando por la zona y dio alerta a otro funcionario que se presentó inmediatamente en el lugar. Uno de ellos, de apellido Pineda, decidió en contra de las leyes llevársela a vivir junto a él en un vecindario en la localidad de Pimpinela.
Se conoció que Doris María Vivas Chacón convivió once días con el policía, hasta que fue hallada sin vida. Al parecer, la menor salió de la casa calzando pantuflas, y se dirigía a un puesto policial en busca del agente cuando se enfrentó a su muerte.
Según medios de comunicación locales de la época, todos estos acontecimientos se dieron a conocer gracias a que la adolescente había entablado una breve amistad con muchachas de su misma edad que vivían en la zona. Como medio de escape, Doris les confió todo lo que había vivido en los últimos meses. Esto conllevó a que las muchachas al enterarse de lo sucedido, contaran todo a las autoridades.
Hipótesis
Luego de que la Policía Técnica de Acarigua acudiera al lugar a levantar el cadáver, muchas fueron las hipótesis que surgieron en torno a este caso. Unos decían que alias el "Fúnebre" la asesinó como acto de venganza por haberlo abandonado y como medida de protección para que la joven no contara que fue secuestrada y prostituida por él. Otros, manifestaban que el policía había tenido algo que ver en su muerte, porque en vez de devol verla a sus padres se la llevó a vivir con él.
Las autoridades, por su parte, sin lograr hallar pruebas en contra de ninguno de los antes mencionados, aseguraban que la joven murió por accidente. Expresaban que al ser una persona epiléptica desde los 11 años de edad, lo más probable es que le haya dado un ataque epiléptico cuando transitaba cerca de un canal de riego y que lamentablemente cayó en él. Tanto los familiares como quienes la conocían veían como absurda esta hipótesis y más por el hecho de que para que le hubiese dado un ataque en pleno canal tenía que haber estado prácticamente sumergida en él.
Los familiares decían que Manuel Emigdio Piña Cervén era el culpable de la muerte de la adolescente. Aseguran que en contra de su voluntad la convenció de huir con él y hacer lo que le pidiera. En un ataque de lucidez, Doris se dio cuenta de sus intenciones hacia ella y se escapó de sus manos. Decían que la asesinó para silenciarla por todo el daño que había cometido contra su indefensa hija.
Las primeras investigaciones se centraron en el agente policial, quien al ser interrogado expresó que él sólo la estaba ayudando y que no había podido localizar a sus familiares, puesto que la joven contaba con una falsa identidad. El policía también narró lo que ella le había confiado, incluyen do el secuestro por parte de Manuel Emigdio Piña Cervén.
El caso fue notificado el mismo día a la Delegación de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ) de San Cristóbal y se le dio la noticia a la madre de la víctima, María Griselda Chacón de Vivas.
En ambos estados se inició la búsqueda del "Fúnebre", quien ya se encontraba solicitado por otros asuntos pendientes con la Policía.
Detenido
Sólo días después de iniciadas las pesquisas por parte de las autoridades regionales, el delincuente fue encontrado manejando un vehículo marca Volkswagen con placas 9A-2569, en la séptima avenida de la ciudad de Acarigua, en Portuguesa. Al ser detenido, le fueron incautados cinco kilos de marihuana envueltos en nueve bolsas plásticas. La droga fue hallada en el caucho de repuesto del vehículo.
Manuel Emigdio Piña Cervén fue puesto a orden de la justicia por el delito de posesión de drogas y por el secuestro de la adolescente Doris María Vivas Chacón, de 15 años de edad.
En aquel entonces, el comisario Delfín Sierra Barón, jefe de investigaciones de la Policía Técnica Judicial de San Cristóbal, declaró a los medios que pese a que el delincuente había sido interrogado e investigado por la muerte de la menor, no pudo ser hallado cul pable en el crimen.
Esta situación incomodó enormemente a la familia Vivas Chacón, quienes durante mucho tiempo clamaban a las autoridades que se encontrara al asesino de Doris. Exigieron que se investigara al joven Luis Adolfo Zambrano, quien estaba con ella en el templete y que la condujo al centro de la ciudad el día que desapareció para no regresar más a su hogar.
Sin embargo, en este caso tampoco fue mucho lo que se pudo avanzar, ya que el muchacho aseguraba que él sólo había seguido órdenes de Doris. Según cuenta, la joven le pidió que la llevara hasta el centro de la ciudad para encontrarse con su novio.
Pasaron los meses y este caso quedó sin resol verse. Hasta la fecha, no se tiene conocimiento de cuál fue el verdadero motivo de la muerte de esta joven. La familia de Doris, días después de lo su cedido, decidió mudarse de la calle 7 de Santa Teresa a la carrera 9 del mismo sector. Según vecinos, esta decisión se debe a que querían olvidar todo recuerdo en torno a este horrible hecho.
Este caso fue cubierto por los periódicos de la época por la manera en que se desarrollaron los hechos desde el día en que Doris María Vivas Chacón desapareció.
Los datos de esta historia criminal del Táchira, se encuentran resguarda dos en los archivos de la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la antigua sede del antiguo Alberto Adriani en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira.
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