Ser anciano en Venezuela es vivir en la indiferencia y la invisibilización

Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- Se sienten solos, invisibles, indefensos, abandonados e incluso llegan a albergar pensamientos suicidas. Esta es la realidad de millones de adultos mayores en Venezuela, quienes se enfrentan actualmente a un desafío de supervivencia que según los expertos es consecuencia de múltiples factores políticos, económicos y humanos. 

La orientadora de conducta, Esperanza Salas Nieto, manifiesta que durante círculos de apoyo emocional con adultos mayores logró darse cuenta que lo que más les afecta actualmente es la indiferencia y la invisibilización. Cuenta que estos términos fueron utilizados por una mujer de la tercera edad, quien le expresaba a su yerno el dolor que padecía por sentirse rechazada e inexistente en su propia casa. 

Para ella, esta población vulnerable se encuentra padeciendo no sólo por lo que vivieron en su infancia ni a lo largo de su vida, sino por el abandono afectivo de sus hijos que los lleva a un "suicidio emocional". 

Explica que al escuchar la palabra suicidio, las personas se ubican en un intento de acabar con su vida usando armas, pastillas o lanzándose de un edificio, pero en el caso del suicidio emocional, se refiere a las ganas interminables de morir, pero que no se asumen, sino se disfrazan. 

Otros, atraviesan situaciones tan extremas que no pueden seguir maquillando lo que sufren y no ven otra salida más que acabar con su propia vida. Tal es el caso de cuatro adultos mayores que se ahorcaron en el Táchira en lo que va del 2023, sus edades: 76, 74, 79 y 61 años. En el Hospital Central de San Cristóbal también ingresaron dos tentativas de suicidio en personas mayores el pasado 12 de mayo, uno de 65 años que intentó asfixiarse en un sector de Ca pacho Nuevo y una mujer, de 75 años, que se cortó ambas muñecas con una hojilla en Palo Gordo. 

El experto, Cruz Yayes Barco, quien ha atendido a más de medio centenar de ancianos en situación crítica, asegura que algunas de las causales de suicidio es el abandono, el abuso del alcohol y drogas, así como problemas de tipo emocionales, sexuales y conflicto en la relación de parejas. 

Esto, aunado a aspectos que se están viviendo en el orden económico y social, como lo es los bajos salarios, la falta de posibilidades y las condiciones de trabajo han tenido un efecto negativo en el bienestar de los adultos mayores. "En este tema hay una multicausalidad, porque es un tema complejo", asegura el especialista. 

Cruz Yayes Barco asegura que las relaciones de pareja tienen un gran peso en el estado de ánimo de los adultos mayores. Dice haber atendido a mujeres de la tercera edad, de quienes toda la familia no quiere que tenga una nueva pareja, y eso puede — si no se resuelve esa realidad— hacerle caer en estado de depresión o de angustia.

Para los expertos, lo más importante que se debe comenzar a hacer es dejar de un lado el estigma y tomar acciones en beneficio de los adultos mayores, teniendo en cuenta sus necesidades afectivas.

Sea cual sea la causa, lo cierto es que los ancianos se encuentran totalmente indefensos y las calles de San Cristóbal es el mejor ejemplo de ello. En cada esquina, plaza y centros de atención de la ciudad se pueden observar decenas de adultos mayores desamparados y deambulando en busca de ayuda. 

Miguel Méndez, con 69 años de edad, se sienta diariamente en la plaza Bolívar a la espera de una sopa que diariamente personas de buen corazón reparten a los más desamparados. Miguel asegura que desde hace más de cuatro años viene viviendo una situación muy crítica: sus familiares lo abandonaron para irse del país y a su edad nadie lo contrata en ningún lado. Depende totalmente de lo que le den los demás y pasa la noche en un "cuartico" que le presta una señora.

Casas hogar 

Quienes están completamente solos y sienten que ya no pueden valerse por sí mismos, buscan la ayuda de terceros para poder sobrevivir. Eufrasio Uzcátegui, con 62 años, tuvo que recurrir a la Casa Hogar Medarda Piñero cuando se dio cuenta que ya no podía permanecer en solitario. Dice que hace 10 años pagaba alquiler, compraba su propia comida y lavaba su ropa, pero que con la crisis del país y la creciente inflación no pudo costear más sus gastos. Viéndose en situación de calle, una señora en Rubio le recomendó ir al albergue y desde ese entonces permanece allí. 

Los que no pueden ser recibidos esperan a las afueras de estos centros para recibir comida. A Simón Enrique García Carreño, de 74 años, lo encontramos a las afueras de la Casa Hogar San Pablo, quien al preguntarle qué creía que era lo más difícil de llegar a cierta edad, respondió "todo". Dice que al llegar a anciano ha tenido que cargar con desprecios y pisoteos que sólo pudo enfrentar gracias a su fe en Dios, porque sus hijos se fueron y lo dejaron completamente solo. Dice que pese a que en el lugar le ofrecieron refugio, no quiso aceptarlo porque se siente preso. 

Así como estos testimonios, varios adultos mayores en la calle—en su mayoría hombres —aseguraron sentirse cansados, abandonados por familiares y el Estado, sin esperanzas y a la espera de "lo que Dios quiera".

Supervivencia económica a cambio de su salud mental

El psicólogo, Alfonso Amaya, expresa que desde la perspectiva económica, quienes trabajaron toda su vida ven ahora en sus años dorados una pensión que no sustenta sus necesidades y quienes dependen de sus hijos e hijas en otros países se ven obligados a negociar su supervivencia económica a cambio de su salud emocional. 

Asegura que los cambios físicos, intelectuales y sociales que se presentan en esta etapa de la vi da unida a la pérdida y duelo de familiares y amigos, pueden socavar las redes de apoyo social y económico que sustentan la vida emocional de estas personas.

Estas situaciones pue den generar la aparición de desórdenes psicopatológicos en la tercera, cuarta y quinta edad, como lo es el síndrome de Argos, la soledad, frustración, entre otros. 

Entre los riesgos que presentan estos desórdenes del estado de ánimo y los duelos no tratados es la ideación suicida o la conducta parasuicida. El especialista manifiesta que sentirse una carga para la familia o estar en situación de abandono, puede llevar a este tipo de comportamientos.

Expresa que en Venezuela "no ha existido ni antes ni ahora una política coherente para prevenir el suicidio en la ancianidad". Aunque existen programas puntuales en algunos centros de salud, explica que no hay una política para garantizar y defender el derecho humano a la vida y la salud en esta etapa del desarrollo humano.

Alfonso Amaya manifiesta que para estos casos sólo queda que las familias transnacionales creen condiciones para brindar servicios de atención integral en esta etapa o sacarlos del país. Esta última alternativa se ve enfrentada a una serie de circunstancias de la burocracia gubernamental en torno a pasaportes y documentos. 

"No tienen tiempo"

Para la orientadora de conducta, Esperanza Sa las Nieto, el tema de los migrantes es complejo. Expresa que quienes deciden irse del país lo hacen en busca de un mejor futuro para sus familia res; sin embargo, la migración trae consecuencias igual de devastado ras como lo es quedarse en el país. 

Expresa que en los casos de los adultos mayores que tienen a sus familiares en otros países tienen la nevera llena de comida porque los hijos le mandan, pero el corazón vacío. Dice que una mujer de la tercera edad le explicó durante uno de los círculos de apoyo emocional que se siente mal porque "me mandan la comida y la meten en la nevera, pero no me preguntan si quiero comer eso". Para eso, asegura que es necesario hacer ver el sentir de los adultos mayores. 

Manifiesta que se convirtió en un asunto en el que envían dinero mensualmente y así sostienen la situación de los padres, las madres o los abuelos, pero no quieren hablar por teléfono porque están muy preocupados. Manifiesta que esto está dañando a los abuelos y a las abuelas, porque no hay cosa más alentardora para una madre y para un padre que oír el timbre de voz de su hijo. 

La profesional se cuestiona la manera en cómo son llevados por el "Dios dinero" y la búsqueda del dólar a costa de no quedarse en el sentir y en el amor para el adulto mayor. Expresa que la medida en que se ama a estas personas, es la misma medida en la que uno se ama a sí mismo.

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