LA PRIMARIA Y EL CISNE NEGRO

La revolución gobernante encuentra en la realización de la primaria opositora un adversario real, y es el caso de que venezolanos en el exterior sumen sus votos a los que vivimos en el país para elegir un candidato legitimado por una fuerza de por lo menos 4 millones de votos que Maduro no los tiene, ni tiene tampoco la legitimidad.

Por tanto el oficialismo afina estrategias para mantenerse dentro del autoritarismo tratando de lavarse la cara de su otro enemigo como lo es el posible juicio por delitos de lesa humanidad y de violación grave de los DDHH.

En consecuencia mantiene a media máquina abierto el registro electoral, de donde ya se sabe, si no cambian sus políticas que obstruye la inscripción 10 millones de venezolanos que quedarían sin poder ejercer su derecho al voto.

Una de las políticas comunicacionales más recurrentes del gobierno es sembrar desconfianza en el ciudadano de la ausencia de transparencia en los procesos de escrutinio llevados adelante por el CNE, desconfianza que se traduce en abstención.

Por otro lado la crisis de los partidos, de todos, es grave, están incomunicados y ya la propuesta unitaria no es su paradigma, la división en la oposición es un logro del chavismo no superado por los partidos que están en fase de dispersión.

A esto se suma la circunstancia de candidaturas que tienen más rechazo que aceptación con lo cual están garantizando que no ganarán, ese acontecimiento conforme al cual el ciudadano votaba por el que le pusieran con tal de votar contra el chavismo, ya no es así.

El gobierno ha jugado a la normalización de lo malo, en la escasez y regularizar la crisis, que aunado al rechazo de los partidos y sus candidatos lucen como estrellas para el gobierno, lo que le permitió a la sala situacional cubana adelantar la estrategia de presentar un candidato estimulado y dentro de la estrategia revolucionaria de competir en el proceso como es Rauseo, que está ubicado de segundo por debajo largo de MCM, pero superior al tercero de los partidos.

Siendo esto así, al gobierno no le interesa que públicamente un opositor se legitime en autoridad opositora y por ello buscara eliminar la posibilidad de que los venezolanos en el exterior no voten y dos, inhabilitar a MRC.

Si esto les rueda bien, la campaña seria entre Maduro y Rauseo para asegurar el triunfo del primero, tal como sucedió en Colombia con el candidato Hernández fabricado para quitarle la posibilidad a quien sería seguro Presidente como lo era Fico.

Las cartas así echadas ponen a la Comisión Nacional de Primarias entre la espada y la pared, para ello el gobierno jugará con el TSJ para obligar a la incorporación de candidatos que nos sean de oposición para tener la excusa de apelar al TSJ y lo demás lo vamos sabiendo.

Lo grave es que los partidos olvidan que esta revolución impone un modelo de partido único, y que ellos están en fase de dispersión como antesala de su disolución. Sobre éste particular nadie opina.

Lo cierto es que la revolución comunitaria gobernante tiene una estrategia y la oposición forma parte de ella sin dar visos de montar una que supere a la del chavismo, juega en el mismo tablero estratégico.

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