Elizabeth Montoya | La Prensa Táchira.- Vivir con estrés, estar sometido a ciertos escenarios relacionados con ansiedad, depresión o presiones laborales son factores que ayudan a aumentar la posibilidad de fumar, según la psicóloga Josey Guirigay.
De hecho, la probabilidad de fumar cigarrillos es dos veces mayor en las personas que viven con depresión o ansiedad, que aquellas que no presentan afecciones de salud, por lo que Guirigay asegura que para evitar este hábito es fundamental que la población aprenda a manejar sus emociones.
"La adicción al tabaco se ha visto muy frecuente anclada a las emociones en estos tiempos marcados por el estrés de la economía, las presiones sociales o la ansiedad que generan ciertas situaciones, incluso a nivel laboral. La persona piensa que el cigarro le va a ayudar a adormecer los síntomas cuando realmente es todo lo contrario", destacó.
La psicóloga resalta que la "sensación" de alivio sintomático de este vicio frente a situaciones inquietantes es algo temporal y que la adicción como tal "puede desencadenar a la larga crisis de ansiedad y hasta depresión más profundas".
"El tabaquismo es un paliativo, pero la raíz del problema que son las necesidades inconscientes y emocionales pendientes por resolver, siguen allí. Y una persona adicta verá un incremento en aquellos problemas emocionales y físicos que quiere esquivar con el cigarrillo. Por eso más que adormecer un síntoma que volverá a florecer cuando pase el efecto, la persona debe invertir en su salud mental y apoyarse en los especialistas para superar el problema real que tiene que ver con el manejo de las emociones", subrayó.
Círculo vicioso
El psicólogo Alfonso Amaya coincide en que abandonar el hábito de fumar amerita una atención interdisciplinaria -médica y psicológica-, especialmente cuando ya la adicción física está establecida y se presentan síntomas de abstinencia a la nicotina -altamente adictiva-.
"El cigarrillo es sumamente adictivo para poblaciones en carencia, pero, aunque brinda la sensación de afrontar más plácidamente las adversidades, va generando patrones de pensamiento y emocionales que crean un desastre en los mecanismos de resiliencia, es decir, en nuestra capacidad para adaptarnos y superar positivamente situaciones adversas. De hecho, el fumador crónico condiciona un factor personal de resiliencia como la actividad física. Si haces ejercicio y fumas, dejarás de ejercitarte. Si fumas y deseas iniciar una rutina de ejercicio, fumar te lo impedirá, especialmente por la incapacidad de conseguir todo el oxígeno que tu cuerpo necesita, y el sedentarismo destrozará lo que te quede de salud. Es un círculo vicioso", destacó.
Además, resalta que la propia adicción genera un bloqueo para reconocer, aceptar y expresar emociones que le perturben o traumas, además de enfrentar "la desconfianza total de su cuerpo, por la terrible esclavitud química que padece".
"El aspecto más oscuro del cigarrillo es que psicológicamente crea una contradicción entre la personalidad y el cuerpo. Es decir, el cuerpo desea más cigarrillo, aunque la persona sabe que le hace daño. La personalidad se debilita por la desconfianza en la capacidad para afrontar a la necesidad corporal de la sustancia", explicó.
Así mismo, indica que los aumentos de los niveles de ansiedad y estrés en personas fumadoras comparados con el resto de la población, está relacionado directamente con la liberación de dopamina a causa de la nicotina, por lo que regular los niveles alterados de dopamina es la clave de la terapia para dejar de fumar.
"La liberación de dopamina y los estímulos de placer asociados al cigarrillo refuerzan el apego y convierte a los fumadores en egocéntricos, en general, reacios a reconocer errores. Se puede fumar como chimenea y es probable que lo niegue en consulta o diga que lo hace ocasional y que lo puede dejar cuando quiera. Un paso importante es entender el daño que no solo se está causando a sí mismo, sino también a sus seres queridos, porque vivir con un fumador es tan riesgoso como fumar y una pareja pueden desarrollar incluso un cáncer tan solo como fumador pasivo del otro", advirtió.
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