María Beltrán | La Prensa Táchira.- Ante la precariedad, limitación y falta de recursos suministrados por parte del Estado, las universidades públicas han optado por establecer nuevas medidas que proporcionen (de alguna forma) ingresos para su propio mantenimiento y subsistencia, tras resistir a los avatares que han azotado la obra universitaria en años pasados.
El Táchira goza el privilegio de tener grandes centros universitarios en el área pública, que además de mantener cierto prestigio a nivel internacional cuentan con un patrimonio valioso.
Estos han sido utilizados en la actualidad para formar alianzas estratégicas que permitan su autogestión y en el futuro un posible ingreso económico para cubrir otras áreas.
En el caso de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (U NET), conocida por su amplia gama de estudios a nivel de ingeniería tanto en la parte tecnológica como agro, ha podido establecer alianzas estratégicas con algunos socios privados y asociaciones como Asogata (Asociación de Ganaderos del Táchira), ya que dentro de los bienes propios de la universidad existen al menos seis unidades de producción académica, los cuales cuentan con la capacidad de funcionar como fincas ganaderas.
"Esta alianza iniciada en enero del presente año ha resultado factible, pues además de auto sustentarse, la entrada para que los estudiantes realicen sus prácticas es permitida", señala el rector de la universidad, Raúl Casanova.
Esto sólo abarca el área de las fincas; en el caso de la sede ubicada en la ciudad de San Cristóbal, las alianzas previstas giran en torno a la restauración y utilización de las canchas, en donde el Instituto de Deporte Tachirense es el primer organismo interesado.
"Ya en el caso de la cancha de tenis, gracias a estas medidas se encuentra en fase de recuperación y se estima que dentro de cuatro meses estará operativa para las actividades de la universidad y cualquier otro grupo que desee formar alianza", señaló Casanova, explicando además que la recuperación ha sido posible gracias a inversión de un empresario.
Otras universidades como la ULA (Universidad de Los Andes) están buscando la forma de establecer alianzas estratégicas desde el punto de vista académico.
El vicerrector, Omar Pérez Díaz, manifestó que "a través del rectorado la universidad está desarrollando los procesos de internacionalización. Esa es una oportunidad que se le está dan do a la Universidad de Los Andes para desarrollar aspectos importantes en otros países".
Ante esta oportunidad el interés ha sido notorio por algunos embajadores de Francia, Alemania, España y más recientemente Suiza.
"Estos han propuesto alianzas estratégicas para que exista una compensación entre el desarrollo científico y humanístico que tiene la universidad y los aportes (económicos) que pueden hacer las embajadas", explica Pérez.
Esto le permitiría a la universidad ser la sede de actividades académicas-culturales propulsadas y dirigidas mediante el ingreso internacional.
Cambio
Las universidades han tenido que pasar por todo un proceso largo para llegar a pensar en tomar estas nuevas medidas, pues todo inició desde que el financiamiento anual que recibían por parte del Gobierno comenzó a ser deficiente.
El rector de la UNET, Raúl Casanova, explica que "Inicialmente nos proporcionaban el ingreso necesario para mantener nómina, además de los recursos para el funcionamiento y mantenimiento de la universidad".
Pero a partir del 2007, estos recursos comenzaron a sufrir recortes, manifiestan las autoridades tanto de la UNET como de la ULA.
Ambas universidades públicas llegaron a un estado crítico a causa de las limitaciones presupuestarias y tras ser "eliminado" este derecho de financiamiento y ser sustituido con la implementación de proyectos, los
centros universitarios tuvieron que comenzar a "introducir carpetas con solicitudes".
Sin embargo, estas estrategias sujetas al Estado no funcionaron, sino que ocasionaron que la crisis universitaria llegase a su punto máximo, en donde muchos de los beneficios estudiantiles como rutas de transporte, comedor y seguros médicos fuesen eliminados.
A esto le es sumado los paros, manifestaciones, pandemia y vandalismo que formaron parte del decaimiento de las universidades públicas.
Actualmente, en ninguna de las universidades se han reactivado los beneficios estudiantiles y a pesar de la falta de recursos para un óptimo mantenimiento de la infraestructura, los jóvenes están recibiendo clases.
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