POLÍTICA ENTRE POLÍTICOS

Cuando la política se ejerce con constancia y regularidad, esa práctica puede producir disminución o supresión de conflictos de esa naturaleza, cerrar brechas, sobre todo las que están abiertas entre los distintos sectores de la diversa oposición venezolana, con la actividad política sincera y a fondo, se limarían desencuentros que en definitiva tenderían a producir acuerdos sustanciales entre tan importantes fuerzas políticas y de éstas con la ciudadanía; sin embargo, en la práctica el ejercicio de la política entre políticos es muy escasa por no decir que nula, lo que se traduce también en una atomización opositora injustificada. Y es ahí dónde surge la interrogante ¿Qué clase de personas ejercen la política? 

La política es el modo civilizado de gestionar y resolver los conflictos, todo con el propósito de conseguir la tan anhelada cohesión y coordinación estratégica entre las alianzas o plataformas opositoras, que no pueden seguir prolongando ese distanciamiento de manera infinita. Por tanto, dentro de su actividad política, todos ellos sin excepción están obligados a tomar decisiones y medidas que lleven a acuerdos pacíficos, inteligentes y razonables, sin desconocer que la política es una actividad de gran dureza en opinión del autor Daniel Innerarity, por las condiciones en que se ejerce, la severidad del juicio político y el comportamiento de los dirigentes políticos. 

Dirigiendo la atención a la primera condición, hay que decir que en Venezuela se hace política en condiciones muy difíciles entre otras causas por el sectarismo del Estado-partido que implantó la cultura del desprestigio a sus adversarios, en razón de la disidencia política; la jugada inconstitucional del régimen de no asignar por vías legales, fuentes de financiamiento y contribución a los partidos políticos, hecho que tampoco ha sido reclamado por ninguna oposición; y de último el uso de la justicia penal y la ausencia de valores entre otros inconvenientes que hacen sumamente riesgosa la actividad política, por estar cargada de incertidumbre.

No obstante, las anteriores dificultades, la diversa oposición venezolana, no hace eficiente la política, o sea, no logra resultados en cuanto a una verdadera unificación y una oposición atractiva para los ciudadanos. Todo lo contrario, por falta de un ejercicio político idóneo, las diferencias entre todos los sectores se ahondan, unos pecan por acción y otros por omisión, a pesar de que se les conoce como tales. A pesar de las precarias condiciones de vida de nuestra gente, los "dirigentes democráticos" se trituran entre sí; más se preocupan por fortalecer sus propios grupos, que ampliarse a variados sectores de la sociedad, incluidos quienes los adversan, y eso hace que se produzcan duros juicios. 

Hacer política entre políticos de la diversa oposición democrática, implica que cesen los antagonismos entre ellos, que no se insulten o descalifiquen, que tengan la suficiente seriedad y responsabilidad para convocarse entre ellos y poder así dialogar, consensuar y llegar a acuerdos, lo que es característico de una Democracia, sin temor alguno. Que entiendan que ser sensatos no es ser débil, sino realistas. Hoy en día se necesita de más política entre los dirigentes involucrados en estos conflictos mediocres para la ciudadanía, que piensa además que, si los mismos no se alcanzan, debe emerger otro tipo de liderazgo, menos sectario y sordo, que no privilegie la hostilidad, sino la política a través de los entendimientos.   

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