LA INDUSTRIA DEL TRANSPORTE COMO FACTOR DE DESARROLLO MUNDIAL 

Para nadie es un secreto que, desde los albores del desarrollo de las sociedades, éstas se han soportado para su consuetudinario avance sobre los medios de transporte, en principio el terrestre y náutico posteriormente el aéreo, todos con una importancia vital en cada periodo histórico, lo que hace de este medio un elemento vital en dos vertientes, una esbozada de manera particular y otra consolidada en el ámbito general de intercambio de mercancías. 

Bajo estas premisas es el transporte, especialmente el terrestre, el que sumó para sí una serie de aciertos que hoy día se evidencia en el progreso de los centros sociales, primero por ser partícipes directos de los cambios de paradigmas al trasladar de un lugar a otro a las personas, como acción primigenia de su potencial y, segundo cuando el intercambio comercial se instauró como modelo de transformaciones promovido por la distribución de la producción nacida en el seno de cada país. 

Es allí donde la industria del transporte es vital, tomando en consideración su incidencia en los países del tercer mundo o menos desarrollados, puesto que el avance en otras latitudes se evidencia con una presencia inequívoca en cada paso que los gobiernos y naciones dan en beneficio de sus habitantes. 

En el caso venezolano, es a finales del siglo XVIII con la presencia de medios de transporte primitivos, que funcionaban a tracción de sangre, cuando se da inicio a una serie de estamentos que accionarían sobre los desafueros que ocurrían en los carruajes impulsados por bestias. Ya para el año 1950 se ejecutan actividades que llegan a los cimientos de las comunidades nacionales con el proceso de alfabetización y con ello, una serie de cambios que determinaría, siete años después (1957) un plan de educación vial desarrollado por la Dirección de Tránsito Terrestre de Venezuela. 

En la actualidad es el artículo 50 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela quien destaca la importancia de la movilidad en el territorio nacional 

"Toda persona puede transitar libremente y por cualquier medio por el territorio nacional, cambiar de domicilio y residencia, ausentarse de la República y volver, trasladar sus bienes y pertenencias en el país, traer sus bienes al país o sacarlos, sin más limitaciones que las establecidas por la ley (…)"

Con estos preceptos se da certeza de la importancia del sector transporte en la escalada nacional, haciendo énfasis en el terrestre, del cual derivan todas las incidencias que motorizan la economía venezolana ya sea para el traslado de las personas como para la distribución de la producción nacional de bienes y servicios.   

Y es allí donde la incongruencia se percibe, pues un país donde el transporte terrestre es vital no cuenta con un parque automotor idóneo para mejorar los servicios, prueba de ello está en las permisologías establecidas con la apertura de la frontera colombo-venezolana, donde no solo las unidades sino la misma estructura vetusta de nuestro sector transporte limitó el inicio inmediato de la transitabildiad de transporte público y de carga en todo el eje fronterizo. En el país no estamos adecuados a los nuevos cambios y eso no se puede eludir ante la presencia axiomática del retraso reinante. 

Es por ello que es necesario instaurar normas precisas a corto y mediano plazo que deriven en cambios transcendentales no solo del sector, sino además de las políticas públicas que incidan positivamente en esta industrialización que requerimos con urgencia del sector transporte. 

Debemos tener como meta que en un lustro estemos adecuados a los estándares internacionales con la profesionalización de sector en todos sus ámbitos, con la apertura de planes y estrategias que preparen a todos los involucrados en tareas que vayan de la mano con el desarrollo sustentable del país, de nada sirve avanzar en diversas áreas de producción donde se anule el medio de transporte, pues este es el engranaje que hace que todo avance en pro del bienestar nacional. 

La petición no es más que llamar a una confluencia de la dirigencia política que ostenta las riendas en instituciones, entes, organismos y ministerios para que converjan en dictamines que vayan direccionados al fortalecimiento del sector en todos sus ámbitos para construir de manera consciente el presente y por ende, el futuro de una sector productivo de interés y desarrollo necesario para el país y la nación.

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