San Cristóbal, zona pendular entre las realidades de Venezuela y Colombia

Elizabeth Montoya | La Prensa Táchira.- Desde su fundación, el 31 de marzo de 1561, de la mano de un capitán español venido desde Pamplona -Colombia, donde Juan Maldonado y Ordoñez de Villaquirán residía, y su concepción como "villeta de paso", entre Pamplona y Mérida, San Cristóbal estuvo marcada por las realidades de ambas regiones -luego separadas en países distintos- y la mezcla de culturas.

"San Cristóbal fue llamado El Lugarejo, porque se pensaba en este sitio como un aliviadero de bestias y de hombres en el paso entre Mérida y Pamplona, donde no vivían más de 100 personas y era azotado continuamente por pestes, terremotos y calamidades. El nombre en honor al santo asaetado surge como una forma de invocar la protección contra las flechas de los indios que los atacaban constantemente", relata el cronista de San Cristóbal, Luis Hernández.

Hernández resalta que esa visión despectiva cambia con Simón Bolívar, quien a su paso por el Táchira se da cuenta de la posición geoestratégica de San Cristóbal, al conectar "en línea recta hacia el norte con el lago de Maracaibo, mientras que hacia el sur, venciendo la montaña de San Camilo, se puede ir a los llanos y a Angostura –hoy Ciudad Bolívar-. Hacia el oeste, venciendo las Lomas del Viento, se pasa a Capacho, San Antonio del Táchira y lo que es hoy día Colombia".

Sin embargo, el cronista resalta que San Cristóbal no ha sido solo lugar de paso, sino de acogida, especialmente para el colombiano que huyó de la violencia en su país y fue atraído por la bonanza venezolana. Pero asegura que junto a la mano de obra especializada, además de docentes y periodistas colombianos que impulsaron la educación y el arte en nuestro estado, llegaron otras influencias como la violencia política, el anticlericalismo, la masonería.

Fotos: Edwin Martínez

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