¿Apertura comercial cubrirá expectativas de auxiliares aduanales?

Elizabeth Montoya | La Prensa Táchira.- Tras invertir hasta más de 25 mil dólares en el proceso de adecuación física y tecnológica que implicó la reactivación de sus empresas por el reinicio del intercambio comercial entre Colombia y Venezuela, agentes aduanales y almacenadoras aseguran tener grandes expectativas, teniendo en cuenta el aumento progresivo que han tenido los volúmenes de carga en tránsito y el hecho que se hayan ido subsanando oportunamente las fallas que presentó el sistema al principio de la reactivación, reduciendo los retardos a un máximo de dos días.

Beatriz Gutiérrez, presidenta de Aduanas y Almacenadora Caprenco, C.A. (Adualca), la almacenadora más antigua del municipio Bolívar recordó que tras el cierre de fronteras en el 2015, mientras otras empresas del sector se mantuvieron activos, en algunos casos gracias al tránsito de mercancías por las trochas, en el caso específico de los auxiliares aduaneros "nos quedamos en cero, porque nuestra razón de ser es el almacenaje de mercancía de importación o exportación que pasan legal y formalmente la frontera".

"Durante ese tiempo de inactividad nos unimos como empresas para subsistir y, de hecho, formamos la Asociación Civil de Auxiliares Aduaneros del Táchira (Asoata), y siempre le transmitimos a las autoridades, en ese entonces al protector del Táchira, la necesidad de una apertura formal que generara impuestos para el estado. Hoy vemos cómo se logró este anhelo y tenemos claros objetivos de crecimiento, porque quienes tenemos años trabajando en esto sabemos que podemos volver a ser la frontera más dinámica de toda Latinoamérica", afirmó.

Gutiérrez señala que, afortunadamente, Adualca no tenía deudas al momento del cierre y al tratarse de una empresa mayoritariamente familiar, pudieron operar al mínimo, al menos contablemente y no dejaron vencer los permisos, a la espera de la reapertura. 

"Uno a uno los trabajadores se fueron retirando por cuenta propia, nos quedamos unos pocos para mantener todo el día en materia fiscal y contable", subrayó.

Sin embargo, declara que no todos lograron mantenerse y dejaron vencer los permisos que junto a los altos costos de la reactivación ha llevado a que la recuperación del sector sea más lenta. "En San Antonio éramos cinco almacenadoras, ahorita estamos operando tres. Se quedaron dos en el camino. No sé exactamente cuál es la situación en Ureña, pero estamos más o menos igual", señaló Gutiérrez.

Respecto a los costos, señala que incluso ellos que tenían la parte fiscal al día, para poder reactivarse debieron invertir más de 25 mil dólares tanto en infraestructura por mejoras y daños de una pared perimetral, como a nivel fiscal y de maquinaria, sobre todo, porque muchos vehículos como los montacargas, por tanto tiempo en desuso se dañaron y la recuperación y mantenimiento de este equipamiento ha sido el más costoso.

 Un reto 

Lolimar Labellarte, representante de la agencia aduanal Bermur C.A., asegura que tampoco cerró del todo su empresa porque ser agente aduanal es su pasión. "La apertura fue una gran emoción. Fue volver a llamar a nuestros clientes y reencontrarnos con los trabajadores de este rubro, empresarios, comercializadoras de ambos lados de la frontera, para volver a hacer lo que nos gusta y recuperar esa actividad económica que debimos parar durante tanto tiempo", señala.

Sostiene que todavía cuentan con la confianza de muchos de sus antiguos clientes —tanto de Colombia como Venezuela—, construida tras tantos años de experiencia en el sector, pero que este reinicio de operaciones también se ha convertido en un gran reto debido a los cambios en el proceso aduanal. 

No obstante, sostiene que son cambios positivos, ya que buscan agilizar el proceso de nacionalización y les permiten tener un mayor volumen de actividades en menos tiempo.

"En el tema de aduanas tenemos otras modalidades y han cambiado las condiciones de ambos países, por lo que debemos adecuarnos para ser competitivos. Pero vemos que los cambios han sido para mejor. Por ejemplo, a través del puente Atanasio Girardot el proceso es más dinámico y expedito porque allí mismo se hace la revisión documental y física, especialmente para el paso hacia Colombia que antes era muy engorroso", señaló.

Sólo al 10% 

Por su parte, Sergio Gutiérrez, directivo de Adualca, asegura que el sector aduanal está preparado para alcanzar niveles, incluso superiores a los presentados antes del cierre.

"Actualmente estamos trabajando entre un 10 a 15% de nuestra capacidad. Y por los mismos números están nuestros compañeros de otras almacenadoras. Para fin de año, nuestra proyección, con el ritmo que estamos viendo, es alcanzar 30 a 40% de nuestra capacidad operativa", subrayó. 

El directivo de Adualca resalta que sólo a través desde esta almacenadora se movilizaron desde el momento de la apertura de la frontera hasta el día 31 de diciembre de 2022, 297 vehículos cargados de mercancías y que en los primeros 45 días del año ya rondaba los 100 vehículos movilizados.

"Y cada día vemos cómo estas cifras van en franco aumento", dijo Gutiérrez, reiterando que no se puede visualizar el beneficio de esta reapertura sólo a nivel del estado Táchira, pues; de hecho, la mayoría de productos que se están ingresando desde Colombia van hacia el centro del país. 

"Por nuestra frontera se surte toda Venezuela, desde San Cristóbal hasta el oriente del país. Aunque se traen sobre todo productos terminados, hemos visto un incremento también de materia prima, ya que antes el paso por Paraguachón prácticamente triplicaba los costos de importación y aquí poco se consigue la materia prima", aseguró.

Gutiérrez destacó que existe una diferencia de 1400 kilómetros entre una frontera y otra para llegar a las principales ciudades de Venezuela. Por ende, considera que la de Táchira con Norte de Santander es "la indicada a nivel logístico para el proceso de importación y exportación de mercancías entre los dos países".

En cuanto a los tipos de mercancía en tránsito actualmente, destaca el paso de carbón y otras materias primas de Venezuela hacia Colombia, mientras que en materia de importación resaltan alimentos y otros productos de primera necesidad, así como insumos agropecuarios, médicos y, en menor medida, algunos materiales para la industria textil, marroquinera y del plástico.

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