Bajos sueldos y ejercicio ilegal golpean a profesionales de la medicina

Elizabeth Montoya | La Prensa Táchira.- El Gobierno nacional ha empujado la profesión médica hacia el foso, manteniendo a los hospitales de muerte lenta, sin insumos, con equipos obsoletos y averiados, problemas de infraestructura y la falta de un salario digno y justo que le permita al médico cubrir sus necesidades básicas y las de su familia. 

Así lo señaló Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana (FMV), para quien actualmente, a 237 años del natalicio del ilustre médico cirujano, científico y profesor, José María Vargas, "la profesión médica está de capa caída", y el Gobierno nacional no ha sido capaz de garantizar el derecho a la salud consagrado en la Constitución Nacional, "sino que arremete contra todo aquel que porta una bata blanca". 

Según León Natera, aunque se pudo superar, a duras penas, la crisis de la pandemia COVID, no se puede decir que se ha resuelto la crisis en el sector salud tras dos décadas de desinversión y agresión permanente hacia el médico venezolano.

"Empezando por la aberración de traer personas en calidad de médicos, de origen cubano, que a nadie le consta sus credenciales porque nunca cumplieron con el registro ni las normativas nacionales y les pagaban salarios en dólares para usurpar las funciones de médicos venezolanos preparados".

Sin embargo, destacó que poco se puede esperar de un Gobierno que nombra de ministra de Salud a una abogada y cuyos partidarios, como la alcaldesa de Upata, Yulisbeth García, nombran director de hospital a un falso médico y permiten el ejercicio ilegal de la medicina a otro ciudadano en calidad de cirujano, ginecobstetra y psicólogo sin ningún título que avale dichas especialidades e "incluso salían en fotografías con la ministra de Salud".

Convención

León Natera subraya que para nadie es un secreto que los salarios de los médicos en Venezuela son miserables, lo que ha obligado a los médicos a "buscar otros derroteros", ya sea emigrando o buscando cualquier otra actividad económica que les resulte más rentable, a fin de garantizar su sustento.

"Desde hace casi 20 años, el Gobierno se ha negado a discutir una nueva contratación colectiva con la Federación Médica Venezolana, único órgano autorizado por la ley para sentarse a discutir con el Estado las condiciones de un salario justo y digno para los trabajadores del sector salud", subrayó. 

El dirigente gremial considera que se ha venido actuando "de manera caprichosa", aumentando los salarios vía decreto, sin prever las verdaderas necesidades del gremio no sólo salariales, sino sociales y de estabilidad laboral con el debido acceso a cargos por concurso. 

De pelea

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos del estado Táchira, Gustavo Uribe, destacó que "el gremio médico no escapa de las vicisitudes que padecen todos los venezolanos, por lo que estamos esperando con ansias buenas reivindicaciones y que el aumento esté acorde a las expectativas de los ciudadanos para tener una calidad de vida cónsona con los tiempos que vivimos".

Uribe, quien además de dirigente gremial es docente universitario y dirige el área de Traumatología del Hospital Central de San Cristóbal, asegura que tras el éxodo masivo de médicos ocurrido entre el 2015 y 2019 —que la FMV estimó en más de 40 mil emigrantes—, los hospitales de la región se resintieron y fue el caldo de cultivo para los casos de intrusismo. 

Destaca que en Táchira se presentaron pocos casos por ser una ciudad pequeña, "donde todos en el gremio nos conocemos" y se trató de médicos generales haciéndose pasar por especialistas para el tratamiento de pacientes covid durante la pandemia. 

En este sentido, destacó la importancia de exigir la colegiación y la inscripción en el Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS) para el control del ejercicio ilegal, aunque reconoció que un importante número de profesionales ejercen sin cumplir con estos requisitos, especialmente en el sector privado, y de los 750 inscritos el 60% se encuentran inactivos, ya sea porque no les interesa la actividad gremial o simplemente se encuentran ejerciendo otras actividades económicas ajenas a su profesión.

Sin embargo, señala que las plazas de los ausentes se han venido recuperando debido a que las universidades continuaron la formación de nuevos profesionales tanto a nivel de pregrado, como de las diferentes especialidades y las convocatorias a posgrados se mantienen llenas. Destacó, por ejemplo, que ante la falta de anestesiólogos se abrió la convocatoria para esta especialización y así van solventando las carencias de personal. 

"A pesar de las dificultades económicas el médico venezolano es de pelea y quiere a su tierra. Los que nos hemos quedado hemos dado la cara para mantener esta hermosa profesión en nuestro territorio", afirma Uribe, para quien la posibilidad del ejercicio público y privado —fuera del horario de contratación— ha permitido a estos profesionales sortear la crisis.

"La medicina es una profesión de sacrifico. No es que el médico se va a hacer rico, pero debe tener cubiertas al menos sus necesidades básicas para seguir ejerciendo. Por eso se debe sincerar cuánto le vale al Estado venezolano un médico y, de ser posible volver a la contratación colectiva, para que su remuneración sea acorde a su formación. Es decir, que con sus honorarios se honre el trabajo que cumple en nuestra sociedad", subrayó.

Relevo

Para el doctor Édgar Ballesteros Quintero, médico anestesiólogo con más de 40 años de ejercicio profesional, es fundamental contener la diáspora si se quiere contar con una generación de relevo. 

"Mientras la economía no mejore los jóvenes talentos van a seguir emigrando, porque van a ir a buscar en otros países las oportunidades que en Venezuela se les ha negado, como la estabilidad para formar sus propias familias", destaca Ballesteros, quien declara que este fue el caso de sus dos hijos, ingenieros de profesión, que emigraron a Europa. 

Indica que aunque muchos cuentan con la ayuda de los que se van, los que se quedan también deben ingeniérselas para garantizar el sustento "porque no hay sueldo que alcance", y es lo que lo ha llevado, a sus 80 años de edad, a mantenerse activo en la profesión, ya que el trabajo es la única forma de sobrevivir en medio de la crisis social y económica que atraviesa el país. 

"Exhorto a los jóvenes médicos a saberse administrar. Antes, los salarios alcanzaban para todo y ahora con la inflación lo que se gana hay que irlo administrando para asegurar por lo menos lo básico, pero también hay que pensar a futuro, porque tampoco hay un plan de jubilación que nos permita un retiro tranquilo", subrayó.

Por su parte, el ginecobstetra, Víctor Hugo Romero, destacó que la formación de los nuevos profesionales debe revisarse porque hay universidades cuyas unidades curriculares no están acordes con la realidad y la exigencia de la profesión y en medio de esta crisis se debe priorizar la calidad antes que la cantidad. 

Igualmente, hizo un llamado tanto a las autoridades como al Colegio de Médicos para eliminar la anarquía que reina en el ejercicio profesional, recuperando las instituciones y activando los mecanismos necesarios para otorgar seguridad social y jurídica a los médicos que cumplen con la reglamentación nacional y volver a tener un gremio fuerte, cónsono con el rol fundamental que desempeña en nuestra sociedad.

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