Elizabeth Montoya | La Prensa Táchira.- La apertura de la frontera no ha modificado ni el abastecimiento ni los precios de los productos de la cesta básica, pues los comerciantes y usuarios aseguran que las condiciones del paso de la mercancía se han mantenido prácticamente invariables y, aunque los costos de movilización y la matraca aumentan los precios de los productos que se traen de Colombia, muchos usuarios, especialmente del área metropolitana y otros municipios lejanos a la frontera, prefieren seguir comprándolos del lado venezolano en vez de bajar a Cúcuta.
Afirman que no vale la pena traer en pequeñas cantidades, cuando la diferencia de precio no es muy relevante y el traslado implica gastos y ajetreo. Sin embargo, todavía quedan algunos productos como los de higiene personal, detergentes y cosméticos que presentan mayor diferencia y por los cuales algunos usuarios "se echan el viaje".
De por sí, el precio entre un mismo producto de fabricación venezolana y otro de calidad similar en Colombia puede variar un 50, 100 y hasta 200%. Tal es el caso de productos como el champú, donde un artículo de la misma casa matriz, como Elvive Reparación Total, el precio del mismo champú de producción nacional termina estando casi 200% por encima del colombiano, como se puede visualizar en la tabla adjunta. Igual pasa con otros productos de cuidado personal y belleza, como cremas, tintes y cosméticos, donde la diferencia de precios es abrumadora. Aunque también está el caso de la mayonesa o la mantequilla que, pese al precio, prefieren la venezolana, porque la consideran de mayor calidad.
Los comerciantes no creen que vaya a darse cambio en esta dinámica en el corto plazo, debido a las limitantes de cantidad por los puentes, los costos de traslado, especialmente tras el aumento en los precios de la gasolina, y la denominada "matraca" no sólo en el paso puntual de la frontera, sino a través de los diversos puntos de control por los que pasa la mercancía hasta su destino final, que van sumando y pasan a formar parte de la estructura de costos de los comerciantes, quienes afirman que esto es algo que ni siquiera pueden estimar porque depende del humor del o los funcionarios de turno.
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