Fabiola Barrera | La Prensa Táchira.- La Autopista San Cristóbal-La Fría es una de las principales arterias viales del estado, pues ella conecta la capital del Táchira con la Zona Norte de la entidad.
Sus más de 5 kilómetros son, en gran parte, una muestra del abandono al que la han sometido todos los gobernantes de turno. Tanto de oposición como del gobierno, olvidaron echarle una manito y ahora conducir por esta vía, se convierte en una verdadera aventura.
Baches, desniveles, grietas, huecos, derrumbes y fallas de borde adornan casi todo el trayecto, poniendo en riesgo la vida de quienes transitan por esta zona, bien sea en carro, camionetas, motos o camiones.
Y es que no hay un tramo que no esté golpeado por los años de abandono. Pasando la panadería El Viajero, el rosario de huecos en el sentido sur-norte, estresa y pone nervioso a cualquiera.
En este lugar distraerse puede salir caro, pues el caer en alguno de estos huecos, es un daño seguro bien sea al tren delantero o en su defecto, a los cauchos del vehículo.
La maleza abunda en la zona, pero si algo escasea es el rayado y la iluminación, pues en horas de la noche, la oscuridad se apodera de gran parte de este tramo, salvo en lugares donde hay restaurantes, la estación de servicio y entrada a zonas urbanas.
A pesar de ello, el peor tramo, es justo al entrar a la carretera troncal 1. Son poco más de cien metros, pero la vía realmente no da para más.
Allí hay un derrumbe que incluso arrastró un poste de electricidad y el tubo aún sigue allí, poniendo en riesgo a quienes pasan a diario por este lugar.
De regreso está peor
En sentido norte-sur, la situación está lejos de mejorar. A escasos metros de iniciar a autopista, la vía tiene cráteres que la misma comunidad con escombros y cemento han tapado para evitar accidentes.
Más adelante, a la altura de caneyes, hay varios tubos en la isla y a su lado, pozos de agua que tienen años a la espera de ser atendidos por las autoridades. Mientras tanto, el agua corre por la cuneta de manera constante.
Siguiendo la vía, hay un par de fallas de borde y en ellas, la señalización es inexistente. Las defensas de la vía es estos tramos quedó flotando y no se sabe a ciencia cierta el porqué de este derrumbe.
Solo a la altura de la panadería El Viajero, es que hay un asfaltado. Sin embargo, el mismo es por partes y en algunos casos, a un solo canal, mientras que los dos colindantes los dejaron sin bachear. Es precisamente este tramo el que tiene demarcación. La razón de este pañito de agua, es que en enero, una de las etapas de la Vuelta al Táchira pasó por allí.
De no haber sido así, aun estarían los cráteres que hacían intransitable esta zona.
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