Elizabeth Reyes León | La Prensa del Táchira.- Para algunos expertos, los hechos del 4 de febrero de 1992 significan el despertar de la conciencia del venezolano y una nueva forma de hacer política con el ciudadano como protagonista, para otros, son la simbología de una derrota que con el tiempo se tomó como justificación para asaltar las instituciones del Estado. Lo cierto es que para todos, el 4F marcó un antes y después en la política venezolana.
Para el politólogo militante del PSUV, Eduardo Marapacuto el 4F, "es la voz que abrió las compuertas para el inicio de un proceso tremendamente revolucionario en Venezuela. A su juicio el "Por Ahora" se convirtió en una fuerza que impulsó los ánimos de muchos venezolanos para avanzar hacia otras formas de hacer política y así construir un nuevo sistema, de rostro social, que atendiera las necesidades y demandas de una población olvidada por los gobernantes del puntofijismo".
Agrega que el 4F más que una fecha, "es un día de despertar de la conciencia que se consolida con la frase del "por ahora", como signo de lucha, de resurgir, de rebeldía y del renacer".
Marapacuto recalca que el 4F revolucionó la política venezolana que "estaba secuestrada en el cuarto oscuro de la democracia puntofijista". Por lo que hace un llamado a verlo más que una narrativa histórica, y convertirlo en un razonamiento histórico, es decir, "su devenir y su esencia como propuesta de transformación asertiva. El 4F es la revolución".
"Ya son 31 años del 4 de febrero, que abonó el terreno para la revolución en Venezuela y también consolidó un proyecto y una forma de hacer política", puntualiza.
Lo que pudo ser
Por su parte el analista Nicmer Evans señala que hoy el 4F significa un hecho de intento de ruptura institucional que no trajo beneficio alguno al país. "Se convirtió en un elemento con el que se trató de hacer una épica y fue utilizado como un discurso manipulado para profundizar aún más los problemas, que supuestamente habían originado la acción del 4F".
Evans además califica este hecho como la justificación para el asalto a las instituciones venezolanas, para la permanente violación de derechos humanos y la ausencia de estado de derecho y de justicia. "Hoy en día es uno de los peores referentes que hay para la concepción de la práctica política", recalca.
Explica que fue un hecho claramente fallido y derrotado que cobró posterior venganza y significó la utilización de la violencia para la práctica de la política en Venezuela, utilizada como una herramienta permanente en el asalto al Estado.
Si bien es cierto que muchos venezolanos pusieron sus esperanzas en los resultados de la insurgencia militar, 31 años después el panorama es muy desalentador, señala el historiador Walter Márquez, quien además afirma que el 4F inicialmente pudo haber sido un símbolo de cambios profundos de la vida republicana, se convirtió en un tsunami que ha destruido todas las instituciones, la economía y el éxodo de más de 6 millones de venezolanos; además la destrucción de la clase media, deterioro de la calidad de vida y la educación, así como la destrucción del poder adquisitivo y la moneda. "Ha sido una de las acciones militares más nefastas de la historia contemporánea de Venezuela".
Desde su perspectiva, el 4F es producto de los errores de Carlos Andrés Pérez en la presidencia de la República, al no escuchar al Comandante General del Ejército, quien anteriormente había detenido a los integrantes del llamado movimiento de los COMACATES.
"El presidente Pérez ordenó que los pusieran en libertad y eso fue un gran error". Destacó que el famoso "por ahora" se convirtió en un símbolo del 4F y sobre él catapultó su liderazgo político y electoral Hugo Chávez Frías, "quien fracasó militarmente, pero triunfó política y electoralmente, mientras que su compañero Arias Cárdenas triunfó militarmente, pero fracasó políticamente".
Asimismo el analista Carlos Casanova asegura que el 4F dejó un modelo revolucionario donde el carácter de la Fuerza Armada cambia para ser completamente de la revolución y no de los ciudadanos. Asegura que hemos llegado a lo que se denomina el "Estado total", donde el gobierno tiene todos los derechos que le ha quitado al ciudadano.
A su juicio esta fecha representa una revolución que se montó a instancias de la penetración del comunismo en la Fuerza Armada. "Un modelo centralista que acabó con todo para instaurar un modelo híbrido, donde militares y civiles gobiernan".
Nuevas praxis políticas arrastran viejos vicios
El analista Freddy Contreras asegura que el 4F representó una ruptura con el viejo modo instaurado por el pacto de Nueva York o Punto Fijo, cuyos elementos medulares eran la representatividad, la pasividad de las masas populares y los partidos como protagonistas.
Afirma que comenzó una nueva forma de hacer política con el ciudadano como protagonista en lo público, la participación como ejercicio cotidiano, la visibilización de la mujer en las instituciones políticas, los movimientos sociales como factores esenciales en la vida pública y el concepto de democracia participativa y protagónica como referente conceptual, pero "por desgracia, las nuevas praxis políticas siguen arrastrando vicios y rémoras del viejo modelo".
Explica que son el clientelismo y la corrupción las principales amenazas, las cuales deben ser combatidas con educación, concienciación e ideologización de la población, "teniendo a la Constitución como principal instrumento teórico".
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