INTRODUCCIÓN.- Ví una intervención de Álvaro García Lineras relativa al devenir de los movimientos que se autocalifican de "izquierda". El ex-vicepresidente de Bolivia daba su punto de vista acerca del "desdibujeamiento" de estos movimientos cuando asumen un gobierno, después que han concitado tantas esperanzas en los millones de postergados y excluídos. Así los "desordenados de ayer", los que lucharon "subvirtiendo el orden", se vuelcan a ser los "más ordenados".
¿ SER DE IZQUIERDA ?.- Siempre he pensado que una "condición necesaria", para que alguien pueda decirse "de izquierda", es que sea "anticapitalista y antiimperialista". Obviamente faltaría la "condición suficiente", y ello "podría" ilustrarse, si se considera como sustentamos "la gobernanza". La disyuntiva es, "si vamos" a hacer primar la "estabilidad" del gobierno, o haremos que prime la "transformación". En América Latina llevamos, en "el corazón y la mente", el sueño de "otro mundo posible", sueño que por generaciones hemos hecho nuestro. Pero, cuando se llega al gobierno, muchas veces pasa a ser "prioritaria la estabilidad" del mismo. Los ciudadanos que han "luchado toda una vida", que han concienciado "su concepto de clase", se "decepcionan" al ver que "su gobierno", se comporta como la "continuación de los gobiernos anteriores".
JUSTIFICACIÓN Y CAMBIO.- Las "fuerzas de izquierda" aparecieron en el estrado político, combatiendo a los que "defendían el orden establecido". Era la consecuencia de la dinámica social, que se encarna en "la lucha de clases". Lo "contradictorio" es que una vez que "somos gobierno", mutamos a "otro tipo de partido", uno que defiende el "orden" dado por el "establishment", y con ello corremos el riesgo de "no cumplirle al pueblo", con la "justificación" que hay que mantener "el orden", muchas veces para no molestar "a la derecha" o lo que ella representa. Si todo estuviera bien, la educación, la salud, la vivienda, en fin, lo necesario para "vivir viviendo de manera digna", es claro que no habría necesidad de hacer los cambios, pero eso "no es el mundo de hoy". Para lograr ello hace falta "transformar", hacen falta los "cambios" necesarios.
EL ASALTO DE LA DERECHA.- Si "el progresismo" se está "desdibujando", ello trae como consecuencia la "decepción de muchos". Así ocurre que nuestras "posiciones" comienzan a ser "rebasadas" por otros movimientos. Si son "más a la izquierda", no sería un "gran problema", suponiendo que en sus programas traen "transformaciones", las cuales alguna vez "postulamos". Lo increíble y "peligroso", es que en muchos casos, esas reivindicaciones las está haciendo suya la ultraderecha. El lenguaje violento y odioso que le es propio, lo cambian, presentándose como "defensores de la paz, la libertad, la democracia", "apoyando reivindicaciones" sociales, políticas y económicas propias de la izquierda, hasta que adquieren el "poder indispensable" para mostrarse como son y cuya carta de presentación, es la explotación, la represión, la exclusión. Si no lo cree, examinen lo que ocurre y ha ocurrido en Bolivia, Perú y Brasil.
¿QUÉ HACER?.- La aparición de movimientos de ultraderecha, similares al fascismo, actúan en América Latina. Manifestaciones violentas, cargadas de odio, que se deben a que nosotros, los que nos autonombramos "progresistas", hemos abandonado los "espacios de transformación", de los "cambios necesarios". Recordemos que la "estabilización", se ha "ensayado suficientemente" y no nos ha ido bien. "Valdría la pena" entonces, ensayar la "transformación". Si pensamos en "la pobreza" y practicamos la "estabilización", lo más que lograremos, será "la administración de la misma". Si ensayamos los "cambios ofrecidos", diremos que valió la pena, si es que hemos logrado que hayan "menos pobres", y ello para comenzar.
ACERCA DEL ARTICULO.- Lo aquí escrito no es culpa de Alvaro García Linera, ex-presidente de Bolivia. Fué sólo "mi interpretación". Soy "culpable" de todo el texto.
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