LORENZO MONROY Y LA GRAN TAREA DE LA UNET

De los Tachirenses que abrieron caminos dejando una huella para que la juventud transitara sobre sus propósitos, el camino de la superación en virtud de la educación como el mecanismo de movilidad social, fue la obra de Lorenzo Monroy.

La Universidad del Táchira producto de sueños traducido en la lucha de muchos para engrandecer el espíritu magnánimo del gentilicio que nos caracteriza. Primer Rector de la UNET, designación que recae en quien fue considerado como un académico reconocido por tales virtudes en el tiempo en el que le correspondió actuar, con una dilatada hoja de servicios en la edificación de la educación de nuestro país.

Es así que formó parte de la directiva de la Fundación Mariscal de Ayacucho en los tiempos donde la juventud emigraba para ir a estudiar en las universidades del mundo para luego regresar y aportar su conocimiento al engrandecimiento de la Venezuela que conocimos como próspera y democrática, con una marcada diferencia del éxodo que lamentable y tristemente lleva el venezolano al abandonar su patria por falta de condiciones para vivir.

Fue Monroy vice ministro de educación con los méritos suficientes para serlo, era el tiempo de los mejores preparados y sobresalientes méritos. El propósito de este artículo es que hombres como Monroy no se queden el tiempo y tengamos siempre presente la obra de los que antes de nosotros actuaron para ser depositario las nuevas generaciones de la herencia del trabajo de otros que debemos perpetuar en su memoria y realizaciones.

La UNET representó para el Táchira la incorporación de la juventud a la profesionalización del trabajo agronómico y pecuario, pero a su vez la incorporación al mundo de la industria, la tecnología y la informática.

Es comentario obligado el hecho de que los pasantes aun hoy en la peor crisis educativa por su fracaso, siguen encontrando pasantías en las industrias a donde se quedan laborando, en su mayoría fuera de nuestras fronteras patrias.

En esta involución llamada revolución podemos afirmar que nada de lo hecho en educación por la revolución se puede comparar ni siquiera con una hoja de servicios y resultados del Profesor Lorenzo Monroy a quien hoy recordamos y agradecemos su trabajo que no se pierde en el tiempo sino que es recordado.

A sus compañeros y amigos, gracias por estar pendientes de su memoria y obras para que queden plasmadas en los papeles, que son testimonio del paso del tiempo, de aquel y de este cuando lo recordamos.

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