Misterio y codicia rodearon la muerte de un ganadero tachirense en 1964

Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- Envuelto en la codicia y en manos del rey de los venenos, murió uno de los hombres más ricos y reconocidos del Táchira hace 58 años. La misteriosa partida del ganadero Antonio Pabón acaparó los titulares desde el año 1964 hasta 1969, convirtiéndose en uno de los sucesos más notorios de la época y de la cual hasta el día de hoy no se conoce la realidad de los hechos que llevarían a su muerte. 

Antonio Pabón, de 61 años de edad, con una fortuna calculada en más de doce millones de bolívares para aquel entonces, gozaba de un alegre estado de ánimo y muy buena salud. Sin embargo, de un día para otro comenzó a sentirse débil y a presentar náuseas, mareos, dolores en la región abdominal, pérdida del apetito, vómito, diarrea, dolores musculares y otros malestares que fueron deteriorando poco a poco su organismo. Su fortaleza física también se vio bastante afectada, pues antes de tener estos síntomas, el hacendado era un hombre robusto con una altura de más de un metro ochenta, pesaba alrededor de 90 kilogramos y luego empezó a bajar de peso, hasta llegar a menos de sesenta kilos. 

Ante esta situación, los familiares más cercanos decidieron llevarlo al médico, pero su esposa, conocida como Arriet Merjech Saab de Pabón, expresó que el hombre su fría de una úlcera en el aparato digestivo y ya se le estaba aplicando tratamiento. Su salud siguió empeorando, hasta que el 24 de noviembre de 1964 murió de una presunta hemorragia cerebral e hipertensión arterial mientras estaba internado en el Hospital Central de San Cristóbal. 

Las causas de su muerte, aunque extrañas y tempranas, fueron aceptadas por todos al ser un diagnóstico conferido por su notable médico de cabecera de nombre Idelfonso Moreno. Para aquel entonces, los familiares no vieron curioso el hecho de que su esposa no haya querido practicarle una autopsia, por lo que nadie discrepó acerca de su muerte; sin embargo, meses más tarde, la disputa por la herencia del fallecido les haría cambiar de parecer. 

A mediados del año 1965, los hermanos del millonario quisieron reclamar una herencia que les había dejado el difunto a través de un testamento registrado en el año 1947. Cuando se dirigieron al lugar correspondiente, se enteraron que el documento que los acreditaba como herederos había desaparecido y 

la viuda Arriet Merjech Saab de Pabón ya se había declarado como heredera universal, debido a 

que cinco años antes había regularizado su unión concubinaria ante el Juzgado del Distrito Capacho. 

Los hermanos identificados como Julio César Pabón, Esperanza Pabón de Mogollón, María Magdalena Pabón y Víctor Manuel Pabón resolvieron emprender una acción judicial en contra de la viuda, con el objetivo de que la justicia les reconociera lo que según ellos, le correspondía. 

Dudas

Las investigaciones iniciaron y se logró determinar que la mujer, quien estaba obligada a hacer la declaración de la herencia en la ciudad de San Cristóbal, la hizo ante la Fiscalía de Timbre Fiscal de otra Circunscripción con sede en Caracas y donde la declaración formulada representaba menos del 10 por ciento de los bienes reales del millonario. Asimismo, durante la indagación, los parientes se entera 

ron que la mujer estaba casada con un hombre en el departamento de Norte de Santander en Colombia, por lo que dudaban de la validez de su situación legal con Pabón. 

Todo esto, aunado a la misteriosas circunstancias en las que falleció el hombre dio origen a la idea de que el difunto ganadero podría haber muerto a manos criminales ya que, según informaron los familiares, la preparación de los alimentos que el fallecido consumía y las medicinas que se le suministraban estaban estrictamente reservados a su señora esposa y a la madre de esta, pues a las domésticas no se les permitía en ningún momento atenderlo.

Para mediados de 1967, el Tribunal Primero de Instrucción en colaboración con la Policía Judicial aprobó la exhumación de cadáver del aludido millonario, con el objetivo de realizar un análisis anatomopatológico para determinar con certeza si el fallecimiento de Pabón fue provocado por lo expuesto en el certificado de defunción o sipor el contrario, fue otra la causa de su muerte.

La exhumación tuvo lugar en el Cementerio Municipal de San Cristóbal ante la presencia de médicos anatomopatólogos de la División de Toxicología de la dirección del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial. Estuvieron también presentes los hermanos: Julio César Pabón, Víctor Manuel Pabón y Esperanza de Mogollón, quienes notaron con gran rechazo la ausencia de la viuda, Arriet Merjech Saab de Pabón, desconociéndose las razones por las cuales no estuvo presente, pese a que para la fecha se encontraba en la ciudad.

Los análisis de las vísceras, trozos del ataúd, y trozos de la ropa que vestía Pabón arrojó como resultado, ochodías después que el cadáver contenía grandes cantidades de arsénico, demostrando que el hombre fue vilmente asesinado mediante el suministro lento y diario de este veneno.

Hoy en día, se sabe que 

el arsénico podía obtenerse con facilidad y apenas tiene sabor, por lo que se podía suministrar en comidas sin levantar demasiadas sospechas. Algo que debió haber aprovechado eficazmente el asesino del millonario Pabón durante esa fecha. 

 Luego de conocer el resultado de los exámenes practicados por los forenses, la viuda fue detenida y sometida a un minucioso interrogatorio por parte de las autoridades; sin embargo, las pesquisas se extendieron durante mucho tiempo y Arriet Merjech Saab duró privada de libertad durante un año y medio. Primero, estuvo recluida en la ciudad de Caracas bajo constante vigilancia policial y luego fue trasladada a la capital andina para continuar con las averiguaciones. 

Mientras estaba en prisión, la exesposa del magnate le concedió una pequeña entrevista a los medios de comunicación de la época, donde aseguró que todo se trataba de un "vulgar chantaje" que habían levantado en su contra estos "supuestos" familiares a quienes nunca antes había visto. La mujer aseguraba que jamás habían visitado la casa del matrimonio y que su esposo siempre le manifestaba que era solo y que no tenía ningún pariente cercano. Asimismo, expresó que sólo frecuentaban su casa varios clérigos radicados aún en el Táchira, quienes eran sus consejeros espirituales.

Dijo también que días antes de que los hermanos se presentaran en la antigua Policía Técnica Judicial, un abogado que los representaba se presentó en la puerta de su hogar acompañado de un sujeto de nacionalidad colombiana, quien le pidió una gran suma de dinero a cambio de "guardar silencio" y "dejar las cosas como estaban". La mujer aseveró que no le prestó atención a la amenaza y siguió con su vida hasta que se vio envuelta en ese escándalo. 

Al preguntarle sobre por qué no quiso que se le practicara la necropsia al cadáver de Pabón, aseguró que confió plenamente en el médico y las autoridades del Hospital Central de San Cristóbal, donde el hombre falleció. Además, subrayó que la presencia de sangre en el líquido cefalorraquídeocomprobó que había sido víctima de un derrame cerebral. En esta apreciación coincidieron los médicos, expresando que era absurdo que su esposa ante un cuadro clínico claro, tan siquiera por imaginación pensara en la autopsia del cadáver.

La inteligente mujer dijo a los reporteros que por qué mejor no se preguntaban el por qué si existen más de 80 venenos que producen idéntica sintomatología, quienes presentaron la denuncia a la PTJ señalaron tan sólo el arsénico. 

Eran "felices"

Durante la entrevista, la viuda del extinto millonario dejó entrever parte de su vida personal y de su matrimonio. Contó que nació en Cúcuta, siendo la tercera hija del matrimonio de los libaneses Elías Merjech y Mery Saab de Merjech, donde su progenitor se desempeñaba como comerciante mayorista, y a  quien le ayudaba en sus labores alternándose con sus estudios.

Dijo que a finales de los años 50 conoció al ganadero Pabón, quien a pesar de llevarle casi 30 años de diferencia logró enamorarla. Asimismo, definió sus años de matrimonio con él como totalmente felices. Finalmente, dijo que jamás se había visto sometida a una situación tan angustiante y dijo "sigo creyendo en el veredicto de una justicia imparcial, honesta e idónea". 

Explicó que también recibió decenas de llamadas anónimas pidiendo dinero. "Una verdadera guerra de nervios fue desatada en Caracas y aún acá, anónimos repudiables me son enviados al sitio donde me encuentro. Ni un minuto me han dejado en paz, pero con verdadero estoicismo y confiando en la justicia de Dios y de los hombres lo he soportado", aseguró la viuda. 

Pese a las dudas y críticas en su contra, la viuda compareció ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia acompañada de sus abogados defensores José Enrique Díaz Moreno y Orlando Sánchez, para escuchar la lectura de la sentencia emanada por el citado tribunal. Tras más de tres años de investigaciones, el Juez Segundo de Primera Instancia, doctor Ramón Vielma Granados, declaró no haber méritos para formular cargos en contra de Arriet Merjech Saab de Pabón y en tal virtud, sobreseyó la causa en favor de la viuda dejándola en libertad.

Las autoridades expresaron que esta decisión estaba fundamentada bajo el artículo 182 del Có digo de Enjuiciamiento Criminal, el cual expresa que para proceder a la de tención de una persona debe encontrarse plenamente comprobado que se ha cometido un hecho punible que merezca la pena corporal. Asimismo, explicaron que en este caso no existía hecho delictivo alguno, quedando comprobado a juicio de la ley que no podía ser desvirtuada la constancia de defunción emanada del Hospital Central de esta ciudad, que fija como causa de la muerte de Antonio Pabón la de derrame cerebral, hipertensión arterial y cardiopatía hipertensiva, afección pulmonar crónica e insuficiencia cardíaca. 

Críticas

Ante esta decisión, allegados, amigos y ciudadanos se atrevieron a tildar de "injusta" la sentencia del juez, ya que todo indicaba que el ganadero había sido envenenado por quien preparaba y servía sus alimentos diariamente.

Los hermanos de Pabón, tampoco quedaron satisfechos con el dictamen y expresaron que si no pudieron dar justicia ante el vil asesinato del ganadero, harían lo posible por intentar recuperar su fortuna de las manos de la viuda, por lo que interpusieron una demanda por 10 millones de bolívares contra Arriet y su progenitora, para disputar los bienes. "En el desenvolvimiento de esta acción tuvimos que demandarlas, ya que gran parte de los bienes del señor Antonio Pabón fueron vendidos durante el desarrollo de las investigaciones", así lo aseguró el abogado Raúl Sambrano Lozada, representante legal de los hermanos Pabón. 

Estos acontecimientos continuaron en una eterna disputa, hasta que los familiares del fallecido se cansaron y la viuda logró años más tarde rehacer su vida con un hombre mucho más joven, quien según los periodistas de la época murió de forma muy similar a como lo hizo el señor Pabón. 

Este hecho, según cuentan, logró revivir las sospechas en contra de la viuda, pero nunca se pudo comprobar nada. Hasta el sol de hoy, casi seis décadas después, esta muerte sigue impune y no se pudo confirmar quién o quiénes provocaron la muerte del millonario y si el motivo tuvo que ver con su gran fortuna o hubo algún otro motivo que desencadenó la furia de su asesino. 

Los datos de esta historia criminal se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes, que se encuentra ubicada en el antiguo Alberto Adriani, en San Cristóbal, estado Táchira.

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