María Beltrán | La Prensa Táchira.- A causa de la pandemia, situación que afectó al mundo entero incluyendo a Venezuela, hizo que en el Táchira la conocida Feria Gigante de América estuviese paralizada durante dos años, perdiendo asimismo su esencia.
Cabe destacar que no sólo la pandemia afectó negativamente a esta costumbre que lleva 58 años de tradición, la misma ha ido en decadencia a causa de la situación política, económica, social y hasta internacional.
Sin embargo, Alfredo Oligino define esta edición como "el renacer de la feria", basándose en que luego de dos años de quietud "vuelve a sentirse algo de armonía e intentos de continuar y llevar las próximas ediciones a un auge mayor".
Por su parte, Humberto Valero, destaca que para esta feria la Exposición en los Pabellones Venezuela y Colombia superó las expectativas tanto de los expositores como de los visitantes, esto gracias a la apertura fronteriza vehicular extendida durante todo el mes de enero.
"Los pabellones están llenos de stands no sólo de expositores venezolanos, la presencia de empresas colombianas también es notoria y en comparación con los años anteriores, este año destacó el comercio", comenta Valero.
En cuanto a los aspectos a mejorar, Alfredo Oligino recomienda una mejor organización en cuanto a la presentación del cronograma de las actividades, así como también instaurar orden en la llamada Franja que separa las instalaciones de Asogata y los pabellones, ya que en este espacio se observan cables eléctricos en la calle y desorden por parte de los vendedores allí instalados.
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