GOBIERNO, AUTORIDAD Y PODER

Un Gobierno es un estructura organizativa y funcional, dentro de un Estado que se responsabiliza de llevar adelante planes, programas y proyectos en beneficio de la colectividad. Esa dirección y administración a nivel nacional, estará a cargo del Poder Ejecutivo encabezado por el Presidente de la República, bajo cuya jefatura se desenvuelven un conjunto de órganos y entes que conforman la Administración Pública en general, la que se rige por un conjunto de normas constitucionales y legales, para ejercer su actividad procurando satisfacer las distintas necesidades sociales, contando para ello también con la adscripción de órganos de seguridad y defensa y la colaboración de los otros poderes. 

Esas normas jurídicas representan una plataforma de autoridad sobre las cuales fundamenta su actuación el Gobierno o la Administración. De otra parte, los órganos de seguridad y defensa, lo mismo que los restantes poderes, encarnan un sistema de colaboración que de manera coactiva pueden someter a cualquier persona que se resista al peso de la autoridad o a las decisiones del Gobierno de manera ilegal o ilícita. Y es que autoridad y poder, son los dos elementos con los que cualquier Gobierno debe contar para avanzar en su gestión, dado que en un momento dado puede sufrir los embates de conductas contrarias a sus propósitos. 

Autoridad y Poder son entonces nociones relacionadas, pero no son una misma cosa, como brevemente se ha explicado. El poder se encuentra depositado en un sistema jurídico que se materializa en la autoridad. Para Max Weber el poder es "la posibilidad de imponer la propia voluntad sobre la conducta ajena. En el plano político el poder fundado en la autoridad se ejerce a través de las instituciones centrales, descentralizadas y desconcentradas que tienen don de mando, designan funcionarios y empleados y ejecutan un presupuesto con los ingresos que reciben por distintos conceptos. 

Ahora bien, ¿qué ocurriría si un Gobierno adolece de autoridad y poder? indudablemente que no podría hacer ejecutar sus decisiones, desarrollar procedimientos, ni menos imponer sanciones. Por tanto, no puede existir ningún Gobierno que funcione sin estos dos elementos claves. Sin embargo, si puede existir aun cuando no tenga legitimidad de origen, ello no impedirá su normal funcionamiento, eso sí con apariencia de normalidad, lo que hace que muchas veces y mientras llega un proceso electoral si opere la legitimidad social al serle acatadas sus decisiones sin mayor resistencia. 

Un Gobierno para -Jorge Etkin- refiere a la función que hace acuerdos con factores de poder, establece rumbos, diseña estrategias, construye futuros, escenarios posibles, negocia y articula relaciones con otros actores sociales, pues esa es su esencia. Sin embargo, cuando se crea un supuesto Gobierno, sin autoridad ni poder para intentar restablecer un orden constitucional, se está en presencia de un remedo de estas estructuras, que más bien, en lugar de concitar el apoyo y colaboración ciudadana, genera rechazos en virtud de que se convierten en un aparato burocrático ineficaz e ineficiente para conseguir los objetivos de restablecer la democracia y el orden constitucional, por estar dedicados a otras cosas. 

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