Ariana Moreno | La Prensa del Táchira.- Con un cigarrillo encendido dentro de la mano derecha, abundantes hematomas y un solo zapato se halló el cuerpo inerte de la joven María Elvira Rosales, de 23 años, quien yacía a escasos metros del cadáver de Daniel Escalante Ramírez, de 28 años, debajo de un puente y en el lecho de la quebrada "La Onda" aldea Salomón, vía páramo El Zumbador, por la carretera Trasandina.
Una festividad tradicional de la religión católica como lo es la "Paradura del Niño" pasó de ser una celebración a convertirse en una noche de terror que invadió de luto por muchos años a la aldea Salomón y sus alrededores. Según cuenta un periódico local, el acontecimiento ocurrió el 08 de enero del año 1973, cuando decenas de personas se encontraron en una humilde casa de esta aldea para dar inicio a la mencionada actividad tradicional de los pueblos andinos.
Suceso
En la vivienda se encontraba un hombre llamado Francisco Cárdenas, quien a las dos de la mañana salió de la paradura con un camión que manejaba desde Caracas junto a su primo hermano Daniel, quienes habían venido al Táchira de visita.
Francisco, durante su trayecto a la casa de uno de sus familiares donde se estaba hospedando,
sufrió un infortunado accidente de tránsito que acabó instantáneamente con su vida. El sitio donde hubo el vuelco queda entre el puente donde estaban los dos cadáveres y la aldea Salomón
Las malas noticias llegaron con suma rapidez a la casa donde se estaba celebrando la Paradura del Niño, por lo que la mayoría de los asistentes procedieron a dirigirse rápidamente al sitio. Según reportes, unos cuatrocientos metros separaban el lugar del accidente con la casa donde hubo la reunión familiar, por la misma carretera Trasandina.
Daniel, al conocer el terrible acontecimiento, agarró a su acompañante y presunta pareja sentimental, María Elvira Rosales para ir hasta el lugar del accidente; a pesar de la premura, la pareja fue una de las últimas en salir del lugar. Según testigos, María a esa hora de la noche ya se encontraba embriagada. Lo que nunca imaginaron es que al salir en vez de lograr ver el cadáver de Francisco Cárdenas, hallarían su propia muerte.
Desaparecidos
Desde que salieron de la casa en la madrugada del lunes 08 de enero, la pareja fue dada como desaparecida. Se dice que los familiares no los buscaron activamente porque presumían que ambos se habían ido juntos a algún domicilio, ya que Daniel sólo estaría pocos días en la ciudad andina y quería pasar el mayor tiempo posible junto a María.
Doce horas después, un lugareño que pasó por un puente cercano a la aldea
miró el lecho de la quebrada y se dio cuenta que un hombre y una mujer estaban tirados encima de las piedras. El hombre, inmediatamente llamó a las autoridades municipales, quienes se acercaron al sitio a realizar el levantamiento de los cadáveres.
Hallazgo
En el sitio del suceso para retirar los cadáveres se presentaron el juez del municipio Andrés Bello, doctor Benito Varela, y su secretario, Régulo Arturo Lupi. El juez expresó que había sido enviado el Cuerpo Técnico de Policía Judicial y una comisión del Buró Homicidios, la cual a la una de la tarde llevó los cadáveres a la morgue de la PTJ.
Al llegar al lugar, los funcionarios se percataron que la mujer estaba dentro del agua y tenía un cigarrillo encendido dentro de la mano derecha, casi tocando el pulgar y el índice. María Elvira fue encontrada con un solo zapato, el otro estaba como a un metro de su cadáver, su cuerpo estaba lleno de múltiples hematomas y escoriaciones en la parte superior de la pierna izquierda. Una cartera negra que portaba quedó sobre una roca entre los dos cuer pos, en ella había un billete de cincuenta bolívares, otro de diez y unos 3,75 bolívares en monedas fraccionadas.
Daniel Escalante, por su parte, quedó bocarriba en medio de rocas con las manos entrelazadas
que formaban un arco; entre sus pertenencias fueron encontrados unos sesenta bolívares y documentos personales. El zapato del pie derecho de Daniel también salió desprendido y cayó sobre María.
¿Accidente?
Tras el hallazgo de estos cadáveres, fueron muchas las hipótesis que comenzaron a rondar en
torno a estas misteriosas muertes. Desde riña sentimental, accidente, asesinato hasta suicidio fueron algunos de los rumores que circularon los próximos meses del año 1973.
Para algunos, la mujer y el hombre cayeron accidentalmente en el lecho de la quebrada, ya que las defensas del puente donde ocurrió el trágico hecho estaban partidas y oxidadas. Según vecinos del sector, la carretera donde hubo el hallazgo de los dos cuerpos presenta una pronunciada curva en forma de "U" donde se encuentra un antiguo puente de concreto, cuyas defensas están destruidas por la acción del tiempo y el paso de vehículos pesados. En el momento de las investigaciones, funcionarios policiales descubrieron que donde cayó la pareja está un boquete bastante pronunciado y la plataforma de la vía al lecho de la quebrada se estima que hay unos siete metros de altura.
Se presume que los dos bajaban por el lado derecho de la carretera, posiblemente abrazados o de gancho, caminando la mujer al lado de la baranda del puente. Tal vez por la misma oscuridad reinante (serían las tres de la madrugada) no vieron el boquete que presenta el puente y al no encontrar apoyo cayeron verticalmente.
Crimen
A pesar de que esta es una de las hipótesis más defendidas, tanto las autoridades como lugareños no descartan que el hecho pudo haberse originado por un asesinato, ya que no tienen conocimiento si al momento del accidente la pareja se encontraba sola o acompañada por una o más personas. Ambas víctimas se habían venido de la ciudad de Caracas en extrañas circunstancias.
Se dice que dos años atrás, en 1971, el esposo de María Elvira, identificado como Cruz Zambra
no fue asesinado en el sector "El Sinaral", en Caracas de un botellazo. Al reportero que cubrió el suceso durante esa época, los vecinos le aseguraron que la joven viuda había llegado hacía pocos días de la capital del país, en donde al parecer tenía fijado su domicilio. Aunque no se establece qué relación podría haber traído la muerte de su esposo, se presume que la mujer huyó de Caracas a raíz del hecho.
Riña
Otra de las teorías que los habitantes se encargaron de difundir era que la muerte de esta pareja había sido provocada por una fuerte riña sentimental. Según vecinos y familiares, la viuda de Zambrano tenía pocos días en la aldea Salomón cuando fue visitada por Daniel Escalante, quien habría viajado desde la capital para visitarla a ella y a sus familiares.
Orilde de Sarmiento, hermana de Daniel, ase gura que el joven llegó al Táchira el día jueves 4 de enero de ese año y luego de visitar a sus padres en Salomón, regresó a Cor dero y Táriba, donde viven otros miembros de la familia.
Infidelidad
Orilde manifestó que vio a su hermano por última vez a eso de las ocho de la noche del sábado en casa de su hermana Rosario, en Táriba. Presumen que desde el domingo hasta el lunes habría estado con María Elvira, con quien sostenía una relación romántica a pesar de que era casado. Daniel Escalante Ramírez vivía en Caracas junto con su esposa Esperanza Pernía y cuatro hijos; trabajaba como chofer de un camión cava de la empresa Intercentro. Se conoce que el hombre era hijo de Maximiano Escalante y María José Ramírez de Escalante, nacido el 21 de julio de 1944 en la misma aldea Salomón, donde ocurrió el trágico accidente. Si el hecho no hubiese ocurrido, Daniel habría viajado ese mismo lunes hacia Caracas.
De María no se sabe mucho, nació el 10 de agosto de 1949 y los reportes de esa época no
aclaran si había tenido hijos con su fallecido esposo Cruz Zambrano. Sólo se percataron que era una mujer hermosa y muy alegre, a pesar de que la conocían desde hace muy poco tiempo.
Sin aclarar
A pesar de las averiguaciones, los detectives de la Policía Judicial no pu dieron mostrar evidencia que permitiera esclarecer el hecho. Manifiestan que posiblemente la pareja se resbaló y se proyectó al vacío, cayendo sobre grandes piedras y como consecuencia de las múltiples lesiones murieron instantáneamente. Sin embargo, las misteriosas circunstancias que rondan esta tragedia hasta la fecha no han podido ser aclaradas.
Los datos de esta historia fueron recopilados de la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicado en el antiguo Alberto Adriani, en el municipio San Cristóbal.
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