Mercado municipal de La Grita: patrimonio económico local

Carlos Ramírez | La Prensa del Táchira.- El mercado municipal de la Grita, en el municipio Jáuregui, zona de montaña del estado Táchira, representa una pieza importante en el desarrollo de la economía local, regional y nacional. Este centro que oferta bienes y servicios cuenta con más de sesenta años de existencia y día tras día se reinventan para prevalecer como un patrimonio económico que sobrepasa los límites municipales, para formar parte de los sectores productivos con los que cuenta el estado.   

Trabajando con materia prima del municipio, los 151 comercios que convergen en este centro de continua actividad comercial se erigen como fuentes de empleos directos e indirectos en los cuales están inmersas más de 500 personas, quienes a diario utilizan el mercado como promotor de nuevos emprendimientos que luego se disgregan en las distintas parroquias que conforman el municipio y, posteriormente, salen a los centros urbanos más poblados del estado Táchira.

Pese a la recesión que se registró con la caída del poder adquisitivo en el país y que fue agudizada con la llegada de la pandemia de la covid-19, hoy día el mercado municipal de La Grita está en un 90 por ciento de operatividad y suma cada vez nuevos emprendimientos que ven la ubicación como un elemento de importante valía para presentar la gama de productos que desean incluir en el mercado de bienes y servicios. 

La venta de artesanía, víveres, equipos tecnológicos, ropa, calzado, carnes, servicios de asesoría técnica, sastrería y restaurantes es parte de lo que se observa en continua movilidad en este sitio de más de mil metros cuadrados que a diario ve transitar por sus pasillos un aproximado de siete mil personas.

Punto de interés comercial

Eduardo Mora es propietario de la frutería y refresquería El Manantial, tiene más de 45 años dentro del mercado y aduce que pese a las situaciones que se han generado en el ámbito local y mundial las acciones para seguir en permanente avance persisten, siempre, a su parecer, todos están dispuestos a innovar. 

"El mercado es un lugar referencial, es un patrimonio del municipio (…) aquí la gente continúa viniendo al mercado porque es un centro de acopio donde consigue todo (…) charcutería, carnicería, venta de zapatos, fruterías, venta de artesanías (…) aquí hay mucha gente emprendedora, que aparte de los rubros que vende oferta cada día nuevos productos". 

Mora asegura que el movimiento económico está nuevamente en alza con la presencia de divisas que generan la compra-venta de la producción de manera expedita; sin embargo, expresa que ya se debe forjar un cambio en la mentalidad del comprador venezolano para recobrar el valor de la moneda nacional. 

Insiste en el potencial del municipio que produce, genera fuentes de empleo, distribuye y crea nuevas modalidades para presentar el producto dentro y fuera del país.

Arreglos de todo tipo

María Esperanza Pérez tiene 12 años laborando en el mercado con un emprendimiento que pudiera ubicarse en otras latitudes, ella es la costurera. En un cubículo donde instaló su máquina de coser y en compañía de su familia, aduce que la propuesta de su negocio es la falta del servicio en el mercado.

"El mercado es nuestro medio de subsistencia, de nuestro trabajo y en gran parte se convierte en nuestro hogar porque se pasa casi todo el tiempo aquí que en nuestra casa".

Pérez diversifica su emprendimiento, al inicio sólo se encargaba de arreglos generales, ahora también vende todo tipo de productos relacionados con el servicio que presta. "Nos reinventamos para no estancarnos, la idea es progresar, estos son los negocios que mueven la economía".

70 años de tradición familiar

Rafael Moreno es hijo de uno de los fundadores del mercado, desde el inicio la familia emprendió en el sector cárnico y hoy, sesenta años después, aún se mantienen, primero bajo la tutela de la tradición familiar y segundo como parte del desarrollo económico que este sector le ha dado no sólo al municipio, sino a toda la entidad. 

Moreno aduce que las ventas han mermado; sin embargo, la premisa es continuar laborando, aún hay posibilidades en el país, asegura "sólo hay que seguir trabajando (…) lo que uno aprendió por la tradición, por mi papá que empezó este negocio desde niño". 

Destaca que la materia prima con la cual trabaja es del municipio, situación que sirve de plataforma para ser un recinto en el cual los habitantes del pueblo de La Grita visitan con regularidad. "Estamos en el centro y aquí hay de todo".

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