422 años de devoción por la Virgen de La Consolación

Anggy Murillo | La Prensa Táchira.- Llenos de fe, esperanza y devoción, los tachirenses conmemoran este 15 de agosto 422 años desde que la imagen de la Virgen de La Consolación en una tabla comenzó a ser venerada.

Fue en 1570 cuando dos frailes Agustinos que se habían instalado en la Villa de San Cristóbal decidieron cruzar el río Torbes con rumbo a Táriba, donde comenzarían su misión evangelizadora. Llevaban consigo una tabla en la que estaba pintada una imagen de la Santísima Virgen María. 

Como era de noche y debido a que el río había aumentado su caudal, para evitar perder la imagen la ataron a una caña brava y en medio de oraciones pudieron cruzar hacia el otro extremo en el que hoy se encuentra la plaza Bolívar. Allí lograron construir una ermita para realizar la catequesis y celebrar los sacramentos.

Tras conflictos que se registraron entre los indios Guásimos y los Capachos, los frailes se vieron obligados a partir al otro lado del río. La tabla se quedó en la ermita y fue guardada por una india que decide llevarla hasta su vivienda.

A finales de 1600, cuando se estaba disputando un juego de bolas criollas en la vivienda de Alonso Álvarez de Zamora, jefe encomendero de Táriba, sus hijos necesitaban algo con el que se pudiera cubrir un boquete que estaba en la cancha, fueron a la despensa en la que se guardaba el maíz y dieron con la tabla con una imagen casi oculta de la virgen.

Al intentar ajustarla, la pieza era muy resistente y con cada golpe emitía el sonido como de un tambor, situación que atrajo la atención de la esposa de Zamora, quien al recordar cuál era el contenido de la madera la guardó de nuevo.

Horas más tarde, notaron que desde el granero salían una serie de luces como de un incendio, cuando se acercaron, vieron que un resplandor salía de la tabla y en ella se iba formando una imagen delineada y con vivos colores de una virgen con un niño en brazos.

Luego de la aparición decidieron avisar al vicario, quien junto a otras personas fueron al granero a constatar lo que la familia contaba. La fecha de esa renovación milagrosa es el 15 de agosto de 1600, desde ese momento fue bautizada con el nombre de Nuestra Señora de La Consolación.

Relicario

La tabla en la que se encuentra la imagen de la virgen con el niño en brazos tiene 31,5 cm de altura por 21 cm de ancho y un grosor de 1 cm. 

El relicario que la resguarda fue donado en 1687 por Gregorio Jaimes de Pastrana, obispo de Santa Marta, que al ser oriundo de San Cristóbal era gran devoto de la patrona. 

A los pies de la virgen fue dispuesta una media luna obsequiada por Cipriano Castro. El símbolo más significativo es la corona, representativa de la Coronación Canónica de la imagen, máximo privilegio que la iglesia puede conceder a una reliquia. 

Este acto que se realizó el 12 de marzo de 1967, fue aprobado por el papa Juan XXIII el 9 de noviembre de 1959. 

Milagrosa

Son incontables los favores y milagros que durante 422 años ha concedido la Virgen de La Consolación, lo que ha llevado a sus devotos a describirla como muy milagrosa.

Jesús García tiene 40 años visitando el altar de la patrona, comenta que siempre le pide favores y ella se los concede. Rememora que hace varios años sufrió una hepatitis y al entrar a su casa y sentir un dolor insoportable, le pidió que lo dejara llegar hasta un centro asistencial sin que la enfermedad pasara a mayores. 

"Los médicos estaban sorprendidos, porque me dijeron que eso había sido para que se hubiera reventado", explica.

La señora Ana María Contreras tiene 20 años vendiendo relicarios y velones frente a la Basílica de la Consolación, destaca que todos los días es innumerable la cantidad de personas que llega hasta el lugar a postrarse frente al altar. "Aquí viene mucha gente, yo siempre le pido por la salud y por muchas cosas. El 15 vienen muchas personas a pagar promesas, es una virgen muy milagrosa".

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