Anggy Murillo | La Prensa Táchira.- Luego de dos años de pandemia, en el que la actividad religiosa en honor al Santo Cristo se mantuvo suspendida para recibir a grandes multitudes, el pasado 29 de julio unos 232 peregrinos distribuidos en 9 grupos realizaron el recorrido a pie desde distintas partes de la entidad, con la finalidad de llegar hasta el Santuario Diocesano, donde reposa la imagen que fue tallada en el año 1610.
Para muchos devotos, ese Cristo del Rostro Sereno les llena de energía y fuerzas para seguir apostando a la vida y en los momentos en los que han llegado a perder la fe, sólo pensar en él y en la ayuda que les ha brindado los recompone, por ello no dejan de llegar hasta su altar a hincarse y elevar sus oraciones, agradecer por los favores y elevar nuevas súplicas.
Aunque muchos de estos peregrinos lo hacen para pagar sus promesas, otros lo ven como una forma de hacer deporte o por brindar compañía a quien la amerita. Sea cual sea el caso, la fe y el fervor es lo que los mueve.
Omar Silva pertenece a Group Táriba que está integrado por 25 personas. Comenta que para ellos el Cristo es muy gratificante y desde el 2012, cuando seis jóvenes decidieron partir hacia La Grita sin ningún tipo de preparación ni logística, sus vidas han cambiado mucho.
Al principio este recorrido lo realizaba por agradecimiento, pero luego tras una enfermedad que comenzó a padecer su mamá y por sus pedidos de fe vio cómo su salud mejoró y se dio el milagro de la sanación.
"La primera vez que fuimos y estando frente al Santo Cristo entendimos que teníamos que hacer las cosas mejor y de ahí en adelante comenzamos con esa gran devoción. Agradeciendo por los favores y, en el caso mío y de mi familia, por mi mamá. Gracias a tantas oraciones y pedidos que se hicieron por razones de salud, consideramos un milagro el hecho de que mi mamá se haya podido recuperar", explicó.
Desde otros estados del país, diferentes grupos también realizan los trayectos. Tal es el caso de ocho ciclistas que partieron desde la ciudad de Caracas con rumbo a La Grita.
Un recorrido de 893 kilómetros que han dividido por etapas. En el trayecto se han unido a ellos tres personas más.
El grupo denominado "Reto Santo Cristo", se inició para la práctica del deporte, pero como varios de sus integrantes son oriundos de La Grita, decidieron realizar por primera vez esta peregrinación como un acto de fe y devoción.
"No hay mucho que decir del Santo Cristo porque es algo muy grande para representarlo en palabras. Para mí, el Santo Cristo es una energía que cada día nos hace avanzar", señaló el ciclista Dawerson Méndez.
No pararon
A pesar de las restricciones por covid-19 que impidieron la llegada de algunos peregrinos hasta el altar del Cristo del Rostro Sereno, algunos grupos o personas se mantuvieron firmes y nunca han dejado de cumplir con sus promesas.
En el caso de Gean Carlos Méndez, comenta que incluso en el 2020 acudió a pie en dos ocasiones. Tiene 12 años realizando el recorrido, la primera vez para pagar una promesa, el resto de ediciones por deporte, pero este año vuelve a pagar una promesa realizada el año pasado, luego que sufriera una grave lesión en una de sus rodillas, lo que dificultaba su entrenamiento deportivo.
"Ahorita con el Santo Cristo es la prueba más fuerte que le voy a poner a la rodilla. Vamos a ver cómo responde. Lo estoy haciendo por la promesa de la rodilla y también por la promesa de un primo que está en Argentina y lo diagnosticaron con cáncer, lo operaron, le hicieron una biopsia y ahorita ya no tiene la enfermedad. También por un primo de mi papá que lo operaron del estómago, le van a hacer la biopsia a ver, pero con el favor de Dios que no sea cáncer, igual voy a peregrinar por él", explicó.
El grupo Senderistas Táchira tampoco paró y aunque en los dos años anteriores acudieron en fechas distintas al seis de agosto, no dejaron de cumplirle al patrono.
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