A cada rato se caen bloques, se cae algo. No hayamos dónde ir o acudir para que nos ayuden

Teresa Ramírez

Afectada

Queremos una colaboración. De mi casa he ido quitando ventanas y puertas para venderla porque tenemos que irnos

María Rivas

Afectada

En Santa Teresa tienen 11 años esperando ayuda

Anggy Murillo | La Prensa Táchira.- Aunque a primera vista en la vereda 5 de la calle principal de Santa Teresa en San Cristóbal pareciera no ocurrir nada fuera de orden, al ingresar a un callejón el panorama cambia, pues después de 11 años de registrarse derrumbes, dos familias permanecen en el lugar habitando casas que en cualquier momento se pueden venir abajo y tapiar a quienes se encuentran en el interior.

La acera está en pésimas condiciones, representando un peligro para quienes deben transitarlas obligatoriamente, incluso por el lugar debe pasar una joven de 19 años que está a punto de dar a luz y quien junto con su mamá, dos hermanas y dos sobrinos de 4 años, viven en una de las estructuras que aún se mantienen en pie.

Teresa Ramírez es la propietaria de esta casa, comenta que llegó al lugar en el año 2008, que se le otorgó a través de un crédito de Fundatachira, pues vivía en una vivienda improvisada del municipio Torbes. Sin embargo, ese ambiente bonito y agradable cambió rotundamente, cuando en 2011 los terrenos comenzaron a ceder y de las siete viviendas que estaban construidas en esa zona, solo dos se han salvado de la devastación.

Esta infraestructura presenta grandes grietas, algunas paredes se han separado y de un lado está hundida, por lo que claman la atención gubernamental que no han recibido.

"Mi vivienda se está cayendo, está torcida, se mete el agua por todos lados. Cuando llueve no tenemos como salir o bajar por ese camino. Tenemos que mantener todo recogido para que no se moje porque el agua se mete. Cuando llueve no tenemos vida. A cada rato se caen bloques, se cae algo. No hayamos dónde ir o acudir para que nos ayuden", explicó.

En varios informes de riesgo que les ha otorgado Protección Civil, se les ha dicho que deben desalojar, porque estas estructuras son inhabitables, pero tampoco tienen donde ir y, el sueldo que recibe tanto ella, como sus hijas, no les permite cancelar un alquiler, por los altos costos de los mismos.

Las demás familias que perdieron sus casas, unas se fueron del país o están donde familiares. Solo en un caso hubo adjudicación de vivienda frente al mercado de Santa Teresa.

La señora María Rivas es otra de las vecinas, vive con su esposo y tres hijos mayores de edad. Su casa quedó inhabitable y ahora vive en la de al lado, ya que la propietaria le permitió ocuparla. Sin embargo, tampoco tiene condiciones y también está a punto de colapsar.

"El agua que baja por la parte de atrás de la casa, se mete por debajo de la tierra y revienta en los cuartos. Todo esto parece una quebrada. Estamos aquí porque no tenemos para donde irnos. Queremos una colaboración. De mi casa he ido quitando ventanas y puertas para venderla porque tenemos que irnos", explicó.

Estas familias explican que a pesar de haber intentado entregar carpetas al actual gobernador solicitándole ayuda no ha sido posible. Al ser consultadas sobre si se irían a un refugio, explicaron que de no haber otra opción aceptarían la ayuda mientras se les asigna una vivienda por parte del gobierno, pues temen por sus vidas.

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