Según la oficina regional de Sunagro, el subsidio de harina que otorgaba el Gobierno nacional se acabó hace dos años y son las mismas empresas las que deben buscar otras alternativas para adquirir la materia prima
Anggy Murillo | La Prensa Táchira.- Desde el año 2019, la producción de pan en el estado Táchira ha disminuido en al menos un 86%, situación derivada del confinamiento por la pandemia del covid-19 y el poco poder adquisitivo, pues aunque para el momento en la entidad se maneja un sistema multimoneda que ha permitido que haya mayores ingresos o que el dinero no se devalúe tan rápido, son muchos los ciudadanos que prefieren comprar otro producto de la cesta básica que puede rendir más, a invertirlo en un pan.
Hace unos años, era común que muchas panaderías utilizaran un promedio de 10 sacos de harina diarios para sacar a la venta una producción de acuerdo a la demanda que existía. Sin embargo, para el momento esa cantidad puede usarse en una semana o incluso más.
Luis Gómez tiene 30 años en el negocio del pan, destaca que usualmente trabajaba con un inventario para al menos 30 días, pero destaca que eso se acabó, incluso, en la actualidad trabajan casi que al diario; es decir, con las ventas de un día compran la materia prima que necesitan al otro. "Ahorita nos toca invertir a medida que vas reuniendo, porque ya no tenemos capital de trabajo porque la pandemia nos secó. Es trabajar como hace 50 años, contra toda lógica. Yo vendo hoy y con lo que vendo compro la harina mañana, casi al diario. Si una panadería hacía 10 sacos promedio diario, ahorita eso es casi lo que se hace en la semana. Aquí no llegamos a los dos sacos en el día", explicó el también presidente de la Asociación de Panaderos del estado Táchira.
El gremio explica que se mantienen a flote gracias a que el trabajo lo hacen por pasión más que por las ventas, pues en muchos casos el dinero que reciben sólo les alcanza para cubrir el pago de nómina. En algunas panaderías de la entidad, el número de empleados también se redujo considerablemente. Si antes tenían hasta 30 personas laborando en un establecimiento, hoy sólo cuentan con 15 o menos. "Las ventas dan para pagar nómina y algunas veces nosotros ni cobramos, no es como antes que los clientes venían y compraban de todo. Ahorita sólo compran lo necesario, compran el pan más barato, es lógico, pero no nos hemos desanimado porque vemos que esto va agarrando otro color, no digo que va a ser otra vez como antes, pero tenemos esperanzas. No nos podemos quejar", añadió Antonio Simoes, propietario de una panadería de San Cristóbal.
Sin subsidios
Desde hace dos años, el Gobierno nacional a través de Sunagro dejó de otorgar la harina subsidiada, por lo que son los mismos empresarios los que deben buscar la materia prima, que en el caso del estado Táchira y gracias a su cercanía con la frontera es de origen colombiano, hecho que en ocasiones aumenta el valor del producto final, por la fluctuación constante de los precios.
"Yo estoy trabajando con harina colombiana. Es un poquito más costosa, pero también tiene un poquito más de volumen. Los productos importados nos toca a veces sobre-pagarlos al precio que nos ofrezcan para poder llevarle al consumidor un producto todos los días.
En realidad, el problema no es de escasez, el problema es económico, el problema es que manejan los precios a una manera muy arbitraria", destacó Luis Carvalhos, también propietario de una panadería.
Explicó que tiempo atrás contaba con tres códigos de molinos, pero "eso pasó a la historia", pues actualmente cualquier persona llega hasta su establecimiento a ofrecerle la harina, sin mayores requisitos.
"Los trigos que siguen llegando a Venezuela son trigos importados. A pesar de esto, el producto nacional se consigue un poco más económico, pero hay productos que en algún momento fueron de muy alta calidad y ahora ya no lo son", destacó.
En el mes de marzo, la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan), informó que en el país había unas 70 mil toneladas de trigo en los molinos, situación que pudiera generar un alza en el precio del pan. En su momento, Tomás Ramos López, presidente de esta federación, explicó que en Venezuela hay cuatro molinos importantes, pero estaban paralizados por falta de capital.
Precios
Al acudir a La Concordia donde existen distribuidoras para las panaderías, se pudo conocer que la harina nacional que viene en presentación de 45 kilos, tiene un costo de 170, 185 y hasta 190 mil pesos colombianos, que en dólares y calculado a una tasa de 3.811 pesos, tienen un valor de 45, 49 y $50. En el caso de la harina colombiana, cuya presentación es de 50 kilos, en esta zona se encuentra en 185, 192 y 195 mil pesos el bulto, que en dólares sería 49, 50 y 51.
Sacrifican ventas
En las panaderías tradicionales y de alta trayectoria, sus propietarios aseguraron que prefieren sacrificar las ventas antes que la calidad que los identifican como marcas.
Esto teniendo en cuenta la proliferación de pequeños negocios que ofrecen pan a precios muy bajos. "El factor económico no puede estar por encima de la calidad del producto. Uno ofrece una alternativa de producto económico, pero no distorsionemos algo que tiene más de 100 años. El pan dulce andino es una historia centenaria, entonces cómo vamos hoy a destruir ese legado", dijo el presidente de Asopan Táchira.
Estos panaderos trabajan con masas madres y fórmulas que aseguran deben respetarse para mantener a los clientes contentos. Y a pesar de ofrecer alternativas más económicas a las personas que ya acostumbran a visitarlos, muy poco les importa el valor que se va a cancelar, siempre que se trate de un producto de alta calidad y sabores naturales, sin esencias.
"No es abrir el negocio y vender cualquier cosa, porque no podemos menospreciar al cliente y mucho menos desmejorar un producto que toda la vida nos ha caracterizado. En mis 50 años de esta arte, siempre lo he hecho con mucho cariño y trato que el cliente siempre reciba lo mejor", destacó Luis Carvalhos.
Pan barato, pero sin calidad
Durante los últimos años, en la entidad se ha hecho común la instalación de pequeñas panaderías en casas, que si bien ofrecen un pan a muy bajo costo no es de la misma calidad que el que se acostumbra a conseguir en las tradicionales.
"Yo he hecho pruebas, he comprado de ese pan económico. Un pan en materia prima solamente puede llegar a costar sobre los 4 mil pesos y tú consigues un pan en el mercado a 3500 pesos de venta al público, eso quiere decir que evidentemente no va a tener los mismos ingredientes", destacó Luis Gómez.
Desde hace tres años, Gerson Meléndez tiene una pequeña panadería. Al día saca 100 panes que distribuye en tres negocios. Un pan dulce en este establecimiento cuesta 4 mil pesos, la ganancia que queda por cada pieza es de tan sólo 800. "Aquí trabajamos con esencias para poder dar los sabores y los toques", explicó. De igual forma, destacó que algunos días las ventas no son buenas.
Venezuela depende de la importación de trigo
Según la Red Agroalimentaria de Venezuela, actualmente el país importa unas 1.100.000 toneladas de trigo al año. En entrevista con medios nacionales, Alejandro Gutiérrez, presidente de la Red, explicó que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectará el consumo de este rubro debido a la fuerte dependencia en las importaciones.
"Si queremos importar trigo vamos a tener que pagarlo a un precio mucho más elevado; ahora esta guerra impacta no solamente el precio del trigo, impacta en el precio de oleaginosas, porque Rusia es un exportador de aceite de girasol; impacta el precio del maíz porque Rusia y Ucrania aportan alrededor de un 20% de las exportaciones mundiales de maíz", dijo en entrevista con Unión Radio.
En marzo, Nicolás Maduro garantizó el trigo necesario para producir los alimentos derivados de este producto en el país. "Nosotros vamos a garantizar todo el trigo que le hace falta a Venezuela, lo vamos a garantizar", explicó en su momento el mandatario, a la vez que destacó que se deben buscar otras alternativas y cambiar el patrón de consumo.
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR