Pobreza y abandono agobia a los habitantes del 8 de Diciembre

La falta de empleo, ingresos bajos, poco acceso a los servicios básicos, el abandono y el desinterés son algunas de las causas que propician el aumento de los niveles de pobreza en el barrio 8 de Diciembre

Ariana Moreno | La Prensa Táchira.- La precariedad invade a las familias que habitan en el barrio 8 de Diciembre de San Cristóbal, quienes padecen un rosario de problemas al vivir en pobreza crítica, pues en algunas viviendas llueve más en el interior que afuera, sin dejar a un lado que deben hacer de tripas corazón para poder llevar a diario el pan a la boca al no contar con ingresos fijos, en especial si se trata de personas de la tercera edad.  

Luis y Betty Morales son el vivo ejemplo de lo que se padece en la comunidad. Ellos son dos hermanos de la tercera edad que viven en condiciones críticas. A pesar de que en su juventud tuvieron trabajos bien remunerados, hoy se encuentran en total abandono.

Luis, mecánico de profesión, hoy con más de 70 años de edad tuvo que abandonar su vivienda en la localidad de Palmira para vivir junto a su hermana Betty, quien lo cuida. Actualmente, están completamente solos. 

Durante sus muchas solicitudes de ayuda, recibieron una puerta y un techo de zinc por parte de la Alcaldía de San Cristóbal; sin embargo, quedó mal instalado y trajo consigo más problemas de los que tenían. 

En la época de lluvias el agua se cuela por los infinitos agujeros que se observan en el techo. Betty afirma que las noches se les hace eternas. Para ella, "pareciera que estuviéramos durmiendo en la calle", dijo en tono de lamento.

En cuanto a la alimentación dependen de las bolsas de CLAP que llegan cada dos o tres meses y se bandean mensual con lo poco que reciben por ser pensionados. 

Ingresos no alcanzan

Carmen Espitia, su hija y nieta viven en una casa "prestada" por su madre que tiene Alzheimer. Su hija Zulay afirma que cuando su abuela fallezca ya esa casa tiene herederos, por lo que temen quedarse en la calle.

Zulay es "cocinera de la patria", dice que lo que le dan allí no le alcanza para mucho y debe buscar otros trabajos alternos, pero lamentablemente tiene un problema en la columna que le impide trabajar por largas jornadas; y en su humilde vivienda no hay manos de hombres que las puedan ayudar para poder salir adelante.

Situación similar con la vivienda padece Fernando Jaimes, quien es carpintero y vive junto a su esposa e hijo en un galpón que anteriormente pertenecía a Cadafe, hoy la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). Según Jaimes, esta estructura fue donada por el organismo hace aproximadamente 20 años.

La estructura presenta problemas graves de deterioro. El techo y las antiguas columnas se están pudriendo. Al no ser un espacio habitable, los Jaimes han tenido que ingeniárselas para ubicar una cocina y cuartos improvisados. 

En lo que antes parecía ser un almacén, Fernando ha instalado su carpintería, pero se enfrenta a constantes riesgos de derrumbes en la estructura. 

Pero la historia no se queda allí, además de Fernando, en la parte posterior del galpón viven unas seis familias más. Carmen Espitia, una de las personas que vive en el antiguo galpón, expresa su preocupación debido a que algunos vecinos que anteriormente habitaban allí, ahora los quieren sacar. Carmen asegura que ella pagó 7 millones de bolívares de la época a su antigua dueña, pero que se enfrentan diariamente al temor de ser desalojados. 

Promesas 

Durante varios años y en diversas ocasiones — estas familias que viven a escasos metros por debajo del viaducto viejo— han solicitado a las autoridades ayuda para solventar tan sólo algunos de sus problemas, pero según los habitantes el gobierno "promete y promete" y no hace mucho.

Hace algunos años, el barrio 8 de Diciembre fue dotado con puertas de seguridad por parte de la alcaldía y la gobernación del estado. A pesar de que agradecen las ayudas que puedan ofrecer, expresan que en estos momentos necesitan muchas cosas y que la inseguridad es la menor de sus preocupaciones.

Al parecer, la violencia y la delincuencia han pasado a un segundo plano en uno de los barrios "más peligrosos" de la ciudad, puesto que hoy son otros los problemas que tienen preocupados a sus habitantes, pues las familias más pobres han sido olvidadas.

Residentes preocupados por crisis de servicios públicos

Durante los años que tienen viviendo en el 8 de Diciembre, los habitantes no recuerdan haber tenido un servicio de transporte público que les permita entrar o salir del barrio. Expresan que para los que no tienen una moto o un carro, la única forma que tienen para movilizarse es caminar. 

Para ir a trabajar tienen sólo dos opciones, caminar hasta el viaducto viejo y esperar una ruta que los lleve a su destino, o bajar por todo el barrio para llegar al centro de la ciudad. 

Zulay Saavedra mostró su deseo de tener una ruta de transporte que pase por Puente Real, entre al Barrio 23 de enero y finalmente llegue al 8 de Diciembre. Asegura que nunca se ha manifestado el transporte por el temor que enfrentan los conductores. A pesar de que la inseguridad ha disminuido, la mala fama continúa.

Este problema es acentuado por las condiciones en la que se encuentra la vialidad. Según la vecina Belkis Jaimes, se han registrado varios accidentes de motorizados que tropiezan con los enormes baches. Los pocos taxistas que ingresaban, ahora no lo quieren hacer más por el estado de las calles. 

Sara Villamizar, jefe de la comunidad, expresó que el pasado lunes 06 de junio se reunieron el Instituto de Vialidad del estado Táchira, con el fin de solventar esta situación. 

No llega el gas 

En cuanto al servicio de gas doméstico, deben comprarlo revendido debido a que en la comunidad sólo llega dos veces al año, a través de la junta comunal. Cuando no tienen gas deben recurrir al uso de la cocina eléctrica y si en ese momento se va la energía eléctrica, acuden a la buena fe de los vecinos.

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