Cráteres, baches y desidia invaden la vía de Arjona

Vecinos y comerciantes están cansados de denunciar el mal estado de la vía que conecta Las Vegas de Táriba con Arjona

María Villamizar (pasante) | La Prensa Táchira.- Grandes huecos y hundimientos que obstaculizan el paso vehicular, problemas con las alcantarillas y baches que dificultando el libre tránsito son algunos de los problemas a los que se someten quienes a diario se ven obligados a transitar la vía principal que conecta Las Vegas de Táriba con las comunidades de Arjona, El Junco, Cordero y otros sectores de los municipios San Cristóbal, Andrés Bello y Cárdenas.

Cada día la situación se agrava. Desde el colapso del puente La Chivata, hecho que ocurrió hace un año, y que trastocó la vida de quienes habitan el sector, entre ellos varias viviendas y comercios locales que han visto reducidas sus labores diarias por el mal estado de la vía. 

Uno de los tramos con mayor problema se encuentra en las adyacencias del colegio Virgen del Valle, situación que se agrava aún más por un flujo constante de aguas negras que acelera el daño presente en la carretera y asfixia a los vecinos por el mal olor que estas generan, afectando la salud y bienestar de los vecinos y comercios cercanos.

Los vehículos que transitan habitualmente este paso, en su mayoría son de carga pesada. Los conductores deben maniobrar para poder abrirse un camino entre los grandes cráteres, llegando inclusive a abordar parte de la acera peatonal, con la finalidad de amortiguar el impacto que estos pueden generar en sus autos. 

Afortunadamente, no se han registrado accidentes de tránsito que guarde relación con el deterioro de este tramo; sin embargo, el peligro sigue latente, sobre todo en las noches cuando la falta del alumbrado público y las continuas fallas de luz eléctrica se suman para empeorar la situación.

Medidas agotadas

Los vecinos están cansados de esta problemática que sigue sumando años y aunque algunos de ellos han logrado amortiguar el efecto de los hundimientos en algunos tramos vertiendo cemento, piedras, arena o asfalto bajo sus propios medios, hay otras zonas afectadas que están fuera de su capacidad. 

Los residentes de los sectores afectos califican de poco eficiente a los entes competentes y el consejo comunal, los cuales no quisieron brindar declaraciones al respecto. 

Según los pobladores, han realizado múltiples denuncias, reuniones y acuerdos, pero aún no obtienen soluciones reales.

Entre los más afectados están los talleres mecánicos, los cuales deben buscar alternativas para que los carros puedan llegar hasta el negocio. Los habitantes están cansados de llamar a las autoridades para que den soluciones.

En Arjona la luz es otro problema

Los cortes eléctricos en Arjona suelen ser muy largos, su duración abarca entre 4 y 7 horas diarias; por lo tanto, el servicio de luz no es constante y esto afecta en gran medida a los pobladores. Keila García, habitante de la zona desde hace años, comenta que la mayoría de la comunidad utiliza cocinas eléctricas, pero ahora debido a las fallas en el servicio, agradece que durante los últimos meses han tenido la oportunidad de comprar gas, al menos "así se logra cocinar algo, porque si es por la luz, pasamos hambre".

Con más de 6 horas sin luz, los habitantes de Arjona sólo cuentan con unas pocas horas de servicio eléctrico, algo que no solamente afecta en la cocina, sino que también alcanza otras labores diarias de los pobladores. Por ejemplo, algunos de los comercios que hacen vida en el lugar han optado por comprar plantas eléctricas para garantizar su operatividad; sin embargo, el alto costo de la gasolina y la dificultad para conseguirla es uno de los obstáculos que los sobrepasa.

José Álvarez, quien trabaja en uno de los bodegones de Arjona, dice que en el local utilizan planta eléctrica de vez en cuando. Sin embargo, se limitan a emplearla para las neveras y el punto de venta.

Proliferan comercios

Debido a que en años anteriores habían pocas unidades de transporte disponibles para la zona, la compra de productos de primera necesidad y otros se vio afectada. La mayoría de los habitantes se trasladaba a San Cristóbal para comprar estos suministros, pero gracias a esta crisis varios negocios locales surgieron para cubrir las necesidades de la población. 

Karla Colmenares, habitante del lugar, dice que una de las ventajas es que ahora la compras del hogar se pueden hacer sin salir del municipio, resalta que aunque el flujo de transporte ha ido mejorando en comparación con otros años, el costo del pasaje es un factor que se debe tomar en cuenta, porque al final termina sumando en las compras. Por ello, destaca que estos nuevos comercios han ayudado.

Sin embargo, Juan Barrera, fiscal tributario de la alcaldía del municipio, dice que la mayoría de estos nuevos negocios son informales. Explica que pocos comercios siguen activos y esto les afecta, pero al menos las personas pueden abastecerse con más facilidad.

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