En la entidad, las fiscalías 10 y 19 son las encargadas de manejar los casos en los que se evidencia la responsabilidad penal de los adolescentes que hayan cometido delitos graves
Anggy Murillo | La Prensa Táchira.- La falta de valores, la deserción escolar, los gritos, peleas y demás abusos a los que son sometidos los niños y adolescentes en el seno de sus hogares son algunos de los factores que los lleva a comenzar a delinquir, y aunque al principio este tipo de hechos suelen ser inocentes, con el transcurrir del tiempo se vuelven graves.
En Táchira, los principales delitos que han cometido menores entre los 14 y 18 años que se encuentran tanto en la entidad de atención de hembras Wilpia Flores de Centeno, como en el de varones Che Guevara, han sido homicidios y abusos sexuales con y sin penetración.
"De las siete femeninas que están detenidas todas son por asesinato. En el caso de los masculinos son más de 20 detenidos, un gran porcentaje es por abuso sexual, otros por homicidio", explicó una fuente que pidió no ser identificada.
El artículo 628, parágrafo 2 de la Lopnna, establece que un menor de edad será detenido cuando cometa "homicidio, salvo el culposo; lesiones gravísimas, salvo las culposas; violación; robo agravado; secuestro; tráfico de drogas en cualquiera de sus modalidades; robo o hurto sobre vehículos automotores".
Esta legislación estipula que la edad mínima para que un menor sea procesado legalmente es a partir de 14 años.
Los delitos se catalogan en dos estándares: los graves que reciben penas de entre 6 y 10 años donde se encuentran los homicidios y los menos graves, como el acceso carnal violento que va de 4 a 6 años en prisión. "Los delitos sexuales sin penetración siempre se solicita el máximo, aunque los culpables admitan el hecho para que le rebajen la mitad de la sanción. Las víctimas en este caso son menores de entre 2 y 8 años de edad", explicó.
Para el abogado criminalista, Fermín Mármol García, la delincuencia juvenil e infanto-juvenil se origina gracias a la crisis que existe en las familias, como la materialización de una paternidad irresponsable que lleva al maltrato psicoemocional de un niño, el hambre, la deserción escolar y en muchas ocasiones cuando las madres permiten abusos por parte del padrastro de turno.
"El avance de la delincuencia juvenil e infanto juvenil en Venezuela es una realidad desde hace mucho tiempo, porque Venezuela tiene profundos problemas sociales", explicó el especialista.
De esta situación, además se aprovechan las bandas delincuenciales que comienzan a reclutar a menores para utilizarlos como mensajeros, imponiéndoles tareas que van desde "campanear la zona", hasta llevar drogas o armas.
Mármol García destaca que el problema de crimen y violencia en menores de edad es social, por lo que las soluciones deben tener el mismo carácter. "Aquí el problema es que no hemos podido detener las fábricas de delincuentes, mayormente en zonas populares y mayormente hombres, pobres, que han desertado de la escolaridad y que tienen problemas en su estructura familiar".
Para la coordinadora del Observatorio Venezolano de Prisiones, Raiza Ramírez, la principal causa por la que una persona comienza a delinquir es por falta de valores, pues la pobreza no justifica los delitos. "En la doctrina existe el hurto famélico que es por hambre, esos casos extremos en que se puede justificar que una persona robe, pero yo he visto personas que roban un teléfono porque tienen hambre, eso no es hurto famélico, eso es robo", dijo.
Aunque esta situación es más visible en zonas populares, no quiere decir que en la clase media y alta no se observe, allí se manejan los delitos de astucia y riqueza fácil.
Desde el punto de vista psiquiátrico, la falta de normas en el hogar, la alcahuetería y la desautorización genera comportamientos disociales.
"Esa conducta de mantener el criterio de la autoridad es lo que te protege de la sociopatía, del malandraje y de esas manifestaciones delincuenciales. Eso es fundamental para que la sociedad cambie y que este fenómeno no se siga repitiendo. La estructura familiar se ha perdido, los muchachos o son criados con un solo padre con sus errores o son criados por la calle", resaltó Juan Echeverri, médico psiquiatra.
De las 300 consultas mensuales que recibe el especialista, más del 50% son de menores de edad que presentan alguna distorsión en su comportamiento, en el caso de los adolescentes la mayoría es porque consumen sustancias o por romper la ley, así sea la de su casa.
Escuela para delinquir
Para la abogada, Raiza Ramírez Pino, del Observatorio Venezolano de Prisiones, los retenes de menores no están ayudando a la redención de los reclusos y su posterior reincorporación a la sociedad. "Al contrario, esas cárceles son escuelas para delincuentes".
"La criminalidad en los adolescentes ha existido desde hace muchos años, por eso existe la Lopnna y por eso hubo necesidad de crearla, esta ley no sólo habla de la protección de los niños y adolescentes, sino que también habla de la responsabilidad penal que tienen y que en este país empieza a partir de los 14 años", explicó.
Bandas de menores
La delincuencia organizada ha hecho estragos en barrios populares de la capital venezolana, en estas zonas los menores de edad han comenzado a formar bandas criminales con la finalidad de protegerse de la inclemencia de los adultos, el maltrato y abusos sexuales.
En el municipio Libertador se asentó la "Banda los Cachorros", conformada por menores de edad que cometen delitos como el homicidio. Situación que para el abogado Fermín Mármol León es preocupante, pues si no se controla y toman las medidas necesarias a tiempo se va a tener a niños y adolescentes involucrados en hechos violentos, como autores materiales o encubridores.
"Lamentablemente, hay niños y niñas de ocho años involucrados en estructuras criminales incipientes, pero también en estructuras perfectamente manejadas por adultos que saben qué papel van a jugar esos niños", señaló.
Muertes violentas durante el 2021
De acuerdo con el informe anual del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), 21 menores de edad murieron violentamente en Caracas durante el año 2021.
Ocho de estos casos se registraron luego de intervenciones policiales en contra de bandas delincuenciales que se efectuaron en las parroquias Petare, Baruta, El Valle, Filas de Mariche, La Vega, San Agustín, San Juan y Sucre.
Además, en el informe se explica que los tipos de violencia sufrida por los niños, niñas y adolescentes en el territorio nacional la encabezan los homicidios, las violaciones, las agresiones graves y el suicidio.
Venezuela finalizó el 2021 con al menos 11.081 personas fallecidas por causas violentas, cifra que corresponde a una tasa de 40,9 muertes por cada cien mil habitantes.
"En el año 2021 ocurrieron 3.112 homicidios cometidos por delincuentes. Se contabilizaron 2.332 muertes catalogadas por las autoridades como resistencia a la autoridad, las cuales fueron homicidios cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado, con una tasa de 8,6 víctimas por cada cien mil habitantes", señala el informe del del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
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