La economía informal es un flagelo que ataca a las economías, cuando las crisis económicas están presentes, pues ante el debilitamiento de los salarios los agentes económicos siempre buscaran hacer economía, es decir, conseguir ingresos extras con el fin de cubrir sus gastos básicos, y ello paso desde el último año hasta hoy con un crecimiento del 70% en el caso del Estado Táchira, dichos productos convergen con la poca producción nacional, con productos vencidos, dañados, que pasan de contrabando y que están presentes en la microeconomía.
Lo anterior se evidencia en más bodegas, mayor cantidad de vendedores ambulantes, mesitas, que cohabitan en cada sector o municipio del Estado dichas unidades convergen en no facturar, no tienen fondos de comercio, por ende, no tributan ni contribuyen con el desarrollo económico local. A nadie parece importarle y muchos organismos como las alcaldías han justificado de algún modo su existencia. A esto hay que sumarle, que muchos de los productos que provienen de Colombia entran a Venezuela de manera informal, por tal motivo no cuentan con la documentación respectiva como facturas y nacionalización, por ende, la cadena de comercialización ha optado por vender como documentos no fiscales como las notas de entrega.
Una empresa formal hoy en Venezuela, debe pagar a la alcaldía de su municipio entre el 0.5% y el 5% de sus ventas brutas el cual se encuentra en la actualidad anclado al petro, a esto se le suma el 34% de impuesto sobre la renta, 16% de IVA, 2% de Impuesto a las grandes transacciones financieras, retenciones, anticipos del 1%, aranceles por registros y notarías que se acaban de publicar, servicios públicos de carácter comercial con precios internacionales, gasolina en divisas, impresoras fiscales que superan los 1.000 dólares, entre otras obligaciones fiscales y para fiscales que por un lado mantienen las utilidades mermadas y por el otro han traído la quiebra inminente de empresas sobre todo del sector distribución, imposiciones que claramente no son asumidas por la economía informal.
Ordenar la economía local, es un deber, que suma progreso, estadísticas, tributos, crecimiento local, despeja las calles y aceras, impide vender productos ilegales, vencidos, sin la permisologia adecuada y por ende conlleva al desarrollo de la municipalidad, el crecimiento económico y el embellecimiento de la ciudad, esto debe ir acompañado de un plan de formación de emprendimiento y capacitaciones que permitan ir desde lo informal hasta lo formal así como leyes pendientes como la de comercio electrónico que faciliten y permitan al Estado ordenar estas economías.
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