Anggy Murillo | La Prensa del Táchira. -Durante el año 2021, en el estado Táchira y según Ildemaro Useche, presidente de la Federación Venezolana de Maestros en la entidad, se estimaba que habían al menos 50 mil docentes, entre nacionales, estadales y municipales.
Al menos el 60% de esta cifra, es decir, unos 30.000 educadores, decidieron abandonar las aulas de clases, muchos salieron del país, otros siguen en Venezuela, pero realizando otro tipo de actividades que en muchos casos no tienen nada que ver con su profesión.
"Algunos se dedicaron a las tareas dirigidas, otros como UBER o de delivery para algunas compañías, otros en empresas, supermercados, algunos han creado negocios en línea y se dedican a eso", explicó el docente.
La estampida de maestros de las aulas se inició en el año 2018, luego de la reconversión monetaria anunciada por el gobierno de Nicolás Maduro, la que, según explica, liquidó los salarios, los dejó sin prestaciones sociales y otros beneficios, como los seguros de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM) o los seguros funerarios.
"Actualmente, un docente categoría seis que tenga 25 años de servicio, sólo está ganando el equivalente a 35 dólares mensuales, mientras que de delivery o trabajando de UBER eso se lo ganan en dos o tres días, es más lucrativo", aseveró.
De acuerdo con Useche, la situación para los maestros se complicó aún más cuando el Gobierno nacional decidió igualar los salarios de los trabajadores, pues cuando muchos se habían preparado, realizando estudios de cuatro y quinto nivel para obtener un ingreso adicional, ahora van a recibir el mismo pago que un profesional que sólo tenga un pregrado.
"Ya no es lucrativo hacer un posgrado, una especialización, porque se va a ganar lo mismo que un docente que tenga cuatro o cinco años ejerciendo", dijo.
Nada que celebrar
Desde hace 87 años, cada 15 de enero se conmemora el Día Nacional del Maestro; sin embargo, este año y según Gerardo Ramírez, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación, capítulo Táchira, no hay motivo para celebrar, pues no cuentan con el salario suficiente para cubrir al menos la Canasta Básica Alimentaria, que para diciembre de 2021 se ubicaba en 370 dólares, por lo que un docente que devengue 30 dólares mensuales necesita más de 12 salarios para poder alimentar a su familia, sin tener ningún gasto adicional.
"Al Gobierno no le interesa la educación, le tiene miedo al conocimiento y a que la gente se forme y se prepare, porque mientras un niño sea más ignorante es mejor para el Gobierno", denunció.
Latinoamérica
Al hacer un comparativo con el salario que reciben los docentes en otros países de Latinoamérica, como México, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil y Perú, y según una tabla publicada por el Observatorio de Universidades el 4 de diciembre de 2021, se evidenció que el salario de un docente en Venezuela no supera los 0,25 dólares por día.
En México, el salario mínimo de un docente es de 624 dólares, mientras que el máximo es de 2.127; en Ecuador el mínimo es de 2.200 y el máximo de 4.700; Perú le cancelan a sus maestros un sueldo mínimo de 520 dólares, y el máximo se ubica en 1.958.
Países como Argentina cancelan 512 como mínimo y 2.092 de máximo; Brasil ofrece un salario mínimo de 889 dólares y 4.082 como máximo; el gobierno de Chile paga 530 dólares de salario mínimo a los docentes y el máximo llega a superar los 7.000 dólares mensuales.
Prefirieron migrar a otros oficios
Como barberos, peluqueros, empleados de panaderías, personal de vigilancia, vendiendo café en estaciones de servicio o en puestos en mercados y algunos disponiendo de espacios en sus residencias, bien para dar clases privadas o vender algún tipo de producto, hoy en día muchos docentes que renunciaron a sus puestos en instituciones educativas se ganan la vida en oficios que desde que comenzaron sus carreras universitarias no pensaron llegarían a desarrollar.
Uno de estos casos lo representa Jaqueline Sánchez, quien durante 14 años trabajó en una institución educativa, inicialmente como personal administrativo ya luego pasó a aula. Decidió renunciar porque el poco salario que devengaba se lo estaba comiendo la inflación y sólo le alcanzaba para pagar un pasaje y poder cumplir sus labores en la institución.
"El Ministerio de Educación comenzó a hacer exigencias, había que cumplir horario y el sueldo no me alcanzaba. Esto me llevó a la tarea de buscar otro oficio, era una profesión que me gusta, que me encanta, pero que no se puede continuar por el bajo sueldo que se recibe", explicó.
Señala que decidió emprender en otra área y ahora se dedica a hacer cortes, peinados y todo lo que se relaciona con la peluquería infantil. "La parte económica es más accesible que la que me daba el ministerio. Cada quien busca su comodidad en su entorno y en que la parte económica sea rentable", dijo.
Luego de dedicar 15 años a dar clase en una escuela especial de la ciudad de San Cristóbal, Ámbar Torres presentó su carta de renuncia, comenta que debido a que el salario no le alcanzaba, antes de retirarse había comenzado a instalar una pequeña tienda en la sala de su hogar, con la finalidad de obtener mayores ingresos, ya que es madre soltera con tres hijos que sacar adelante.
"El sueldo que tenía, cuando mucho eran 20 mil pesos mensuales, eso no me alcanzaba para nada. Ahorita me rebusco, sigo con la venta en mi casa, pero igual ofrezco productos en revistas, en diciembre incluso trabajé vendiendo ropa en el centro o hago mondongo para vender. Si me vuelven a llamar a dar clases, aunque ame mi profesión no lo haría, porque uno sale decepcionado", resaltó.
Un tercer caso es el de Éricka Becerra, quien con el sueldo que recibía mensual sólo lograba comprar un kilo de carne, renunció hace dos años para poder dedicarse a un negocio familiar y mejorar los ingresos.
Salieron hacia otros países
Según estimaciones de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación, capítulo Táchira, entre 10 y 15 mil docentes han salido del país buscando mejor calidad de vida. Muchos han corrido con la suerte de ejercer su profesión, pero la misma oportunidad no se les ha dado a todos, dado que no cuentan con los papeles en regla para poder dedicarse a la enseñanza.
Servio Parada vive en la ciudad de Bogotá desde el año 2018. En Venezuela ejerció su profesión durante 10 años, explica que afortunadamente en el país que lo acogió siempre ha trabajado como docente. "En Venezuela la precariedad era enorme, lamentablemente", señaló.
Carla Vásquez vive en Chile, donde no ha sido posible ejercer su profesión. Desde su llegada ha tenido que trabajar lavando baños y limpiando un supermercado, como operadora en una línea de taxis. Actualmente, se dedica a un proyecto de enseñanza a través de internet.
"Los docentes venezolanos tienen el alma rota"
Aunque el sector educativo se haya declarado en terapia intensiva y según el exdirector de Educación, Arturo Molina, "los docentes tienen el alma rota, pues no hay estímulo para asumir la profesión", son muchos los que permanecen en las aulas para brindar a las nuevas generaciones los conocimientos y herramientas que ellos recibieron cuando eran estudiantes.
En los últimos cuatro años, las escuelas municipales tuvieron una baja de maestros. Rosmary Escalona, quien se desempeñó como directora de Educación en la anterior gestión, aseguró que en algún momento tuvieron que recurrir a las redes sociales en busca de profesionales. "Actualmente, incluso han vuelto a las aulas profesores jubilados".
Olga Lagos tiene 21 años en la docencia, comenta que aunque el sueldo que recibe no le alcanza y se mantiene gracias a clases privadas, elaboración de piñatas y remesas que le envía su hijo desde el exterior, impartirá clases hasta que le sea posible. "Me gusta enseñar y tratar que los niños aprendan y adquieran conocimientos excelentes como los que yo aprendí", resaltó.
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